Revista Mexicana de Investigación Educativa, México, CMIE-UNAM, vol. I, núms. 1 y 2, 1996.
La Revista Mexicana de Investigación Educativa, de aparición semestral, es notable en el medio de las publicaciones educativas de nuestro país por la calidad y diversidad de los trabajos con que se inaugura, y está enfocada a la difusión del quehacer investigativo en el campo de la educación. Reseño aquí los dos primeros números,* editados en 1996, que recién salieron a la luz, y cuyo contenido es producto de una selección -y adaptación- de las ponencias presentadas en el III Congreso Mexicano de Investigación Educativa.
La tradición sociológica se hace presente en el trabajo de Dagmar Zibas, investigador brasileño, quien al hablar sobre la escuela pública y la escuela privada, analiza la conveniencia de las políticas educativas de privatización en el marco latinoamericano, con información proveniente del sistema educativo chileno y brasileño. En esta misma tradición ubicamos el artículo de Ulloa y Latapí, denominado ¿En dónde se alfabetizan los mexicanos? Consideraciones y precisiones metodológicas para identificar el origen de la alfabetización entre 1980 y 1990 (1). En este trabajo, con base en datos censales y en las estadísticas básicas del sistema educativo nacional, los autores nos presentan una argumentación concluyente acerca de la inoperancia del INEA en la tarea alfabetizadora que le ha sido encomendada. Susana García Salord, con base en los estudios mexicanos anteriores sobre la carrera académica, desarrollados por Larissa Lomnitz en la UNAM y por los investigadores del área de sociología de la UAM-Azcapotzalco, nos expone su trabajo denominado Los tiempos académicos: tiempos estatutarios y tiempos reales (1), donde a partir de información sobre académicos de la UNAM, intenta desentrañar ritmos, contenidos, lógica y significados del tiempo en las carreras académicas.
A partir de su preocupación por la reducción de la matrícula de la carrera de Sociología y del mercado de trabajo de los profesionistas de esta área, Sonia Reynaga construye, desde la perspectiva de la nueva sociología, su investigación reportada aquí con el título de Procesos de formación y representaciones en estudiantes de la licenciatura en Sociología (2). Como punto de partida tiene el reconocimiento de la complejidad de la realidad, lo que le permite tejer diferentes dimensiones de la misma, para construir un objeto alejado de simplificaciones que expresa el movimiento de la formación. Sus hallazgos y reflexiones merecen ser leidos. También en el terreno de la nueva sociología y el estudio de las identidades se encuentra el artículo Algunos rasgos constitutivos de la identidad del docente de Psicología (2), de Rosa Martha Romo. Identidad aquí es concebida como una forma de producción cultural, constituida a partir de la relación entre las prácticas de los maestros y la representación que éstos tienen acerca de su quehacer.
Representaciones sociales y formación de profesores. El caso de la UAS(2) es el artículo que presenta Fidencio López Beltrán. El ámbito empírico del estudio es el Bachillerato de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en una aproximación cualitativa que utiliza como técnica la entrevista a profundidad. El autor hace un breve recorrido por los antecedentes del concepto de representación social, lo cual ubica con claridad el enfoque de la psicología social que adopta en su estudio, planteándolo como puente entre la esfera psicológica y la social. Las conclusiones permiten ver que las representaciones elaboradas por los profesores acerca de sus estudiantes se mueven más en el plano de lo afectivo-social que en el intelectual, de lo que el autor desprende la tesis de que la práctica educativa se dirige más a la interacción afectivo-social que a la formación científica.
Angel Díaz Barriga en su artículo Los programas de evaluación (estímulos al rendimiento académico) en la comunidad de investigadores.Un estudio en la UNAM(2) aporta información sobre un tema que resulta central para la vida de los académicos mexicanos y que se ha convertido en asunto de debate público, en virtud de que la evaluación, como el mismo autor señala, invade la totalidad de las tareas académicas. La información, obtenida de académicos de la UNAM dedicados a la investigación en las áreas de ciencias sociales o humanidades, por una parte, y por la otra en ciencias exactas o naturales, Díaz Barriga la organiza en dos rubros: recepción del programa y efectos entre los académicos. Una conclusión que cabe destacar de este trabajo es que los programas de estímulos están modificando los patrones de comportamiento de los académicos, lo cual puede tener consecuencias no previstas en el plano de las prácticas educativas.
Justa Ezpeleta y Eduardo Weiss presentan su artículo Las escuelas rurales en zonas de pobreza y sus maestros: tramas preexistentes y políticas innovadoras (1), donde recogen metodológica y teóricamente la tradición etnográfica desarrollada en el DIE, para realizar una valoración de carácter cualitativo de un programa de educación compensatoria en zonas de pobreza extrema de los estados de Guerrero y Oaxaca; este análisis está enfocado a la gestión escolar que significa la consideración de asuntos como la precariedad institucional, representada entre otras cosas por el ausentismo de los maestros, que se traduce en un promedio de 100 días de clase sobre los 200 que marca el calendario escolar. Con este dato quiero destacar los resultados de una evaluación cualitativa que aporta información difícilmente obtenible en otro tipo de acercamientos metodológicos.
Celia Díaz Argüero, con su artículo Ideas infantiles acerca de la ortografía del español (1), se inscribe en la tradición que inició el DIE en México sobre la adquisición de la lecto-escritura desde el enfoque del constructivismo, línea que desarrolla en la Universidad Veracruzana el maestro Jorge Vaca. En este trabajo, Díaz Argüero ofrece información acerca de las ideas de los niños sobre las normas de la escritura, elementos no-alfabéticos y la función que juegan cuando se trata de escribir.
Patricia Ducoing y José Antonio Serrano realizan la actualización del estado del conocimiento sobre los docentes que incluyó el Consejo en su publicación Sujetos de la educación y formación docente (1). Este trabajo se organiza en cuatro apartados: el primero trata de los objetos de la investigación y describe los temas que sobre el asunto han sido abordados; el segundo expone las metodologías de aproximación a ellos; el tercero, las argumentaciones y elementos conceptuales que se han utilizado y desarrollado; y, el último, los productos que ha generado esta línea de investigación. Este resulta ser un trabajo de importancia, sobre todo para quienes trabajan en el área de la formación de docentes. En una perspectiva psicopedagógica, Velasco Yáñez, en su artículo Preferencias perceptuales de estilo de aprendizaje en cuatro escuelas primarias (2), intenta también aportar información pertinente para la formación de docentes en tanto que su trabajo se aboca, mediante una metodología de diagnóstico, a la descripción de los patrones de aprendizaje y a la manera en que se usa y funciona la mente en el acto de aprender.
Guillermina Waldegg, con su artículo Identificación de obstáculos didácticos en el estudio del infinito actual (1) y Moreno Armella, con Una perspectiva sobre la demostración (1), se enmarcan en la línea de trabajo de la didáctica de las matemáticas. Investigadores, la primera de la Sección de Metodología y Teoría de la Ciencia y el segundo del Departamento de Matemática Educativa, ambos del CINESTAV, desarrollan sus trabajos en la perspectiva constructivista, identificando cómo ciertas conceptualizaciones de los estudiantes acerca de los objetos matemáticos, que en el caso de la concepción de infinito ha sido en la historia de las matemáticas un impedimento epistemológico, se constituyen en obstáculos didácticos para su aprendizaje. Benilde García Cabrero y Susana Jiménez Vidal presentan el artículo Redes semánticas de los conceptos de presión y flotación en estudiantes de bachillerato (2), producto de su estudio, a nivel de bachillerato, de las representaciones de los estudiantes sobre los conceptos mencionados. En el tenor del trabajo anterior se considera que ciertas representaciones que se oponen a los conceptos científicos se llegan a constituir en verdaderos obstáculos para el aprendizaje de la ciencia, de ahí que su estudio sea didácticamente valioso. El método de redes semánticas, que tiene como punto de partida el concepto de memoria semántica, muestra su utilidad en este trabajo.
El segundo número de la revista abre con el artículo de Humberto de León e Irma Fuenlabrada, Procedimientos de solución de niños de primaria en problemas de reparto (2), inscrito también en la tradición investigativa de la didáctica, que en el caso de las matemáticas se inicia en el DIE-CINESTAV desde finales de los años setenta. Según una clasificación que hacen los autores, la didáctica de las matemáticas ha construido un objeto que considera no sólo el conocimiento disciplinario sino también a los profesores, los alumnos y el medio, desarrollando cuatro grandes líneas de investigación: la cognitiva, la antropológica, la de teorización de las situaciones didácticas y, por último, la que define este trabajo, aquélla que trabaja al interior del salón de clases construyendo, experimentando y analizando situaciones que ocurren en este ámbito.
La historiografía en el campo educativo es una disciplina en ciernes, sobre todo desde sus nuevos enfoques, que rompen con la historia como relato de acontecimientos sucesivos. En ese sentido resulta relevante la lectura de los artículos de Susana Quintanilla, Los principios de la reforma educativa socialista: imposición, consenso y negociación(1); el de Luz Elena Galván, ¿Aceptación o rechazo? Actitud de algunos padres de familia ante la educación oficial en Querétaro 1920-1940 (1); el artículo de Federico Lazarín denominado Educación para las ciudades. Las políticas educativas 1940-1982 (1), así como Imágenes y fines de la educación en el Estado de México en el siglo XIX (2), de Padilla Arroyo y Escalante Fernández; El Centro Jalisco de la Unión Nacional de Padres de Familia 1917-1965 (2), de García Alcaraz, y el último, en la perspectiva histórica de Jesús Márquez, denominado Instituciones educativas, proyecto social y comunidades científicas en Puebla, 1765-1835 (2). Con sus investigaciones, estos autores, que asumen con todas las consecuencias que ello supone que la mirada sobre el pasado se realiza desde el presente, pretenden contribuir al debate actual sobre los rumbos del sistema educativo nacional y los cambios que es necesario realizar. Los trabajos arrojan luz sobre procesos históricos de carácter regional, en diversos momentos, que han ido constituyendo la educación mexicana en la unidad y diversidad con que hoy la vivimos.
Los usos reconocidos de los textos de matemáticas (2), artículo de Alicia Ávila, reporta un estudio realizado con profesores de primaria acerca de los usos que dan a los libros gratuitos de matemáticas, usos que resultan diversos en virtud de la experiencia y los esquemas de trabajo de los docentes. Además de esta conclusión, la investigadora encuentra que los maestros utilizan materiales adicionales, cuya preferencia está dada por la concepción que se tiene acerca de las matemáticas y su aprendizaje.
Cabe agregar un comentario más sobre los documentos que se incluyen al final de estos dos números. El primero es una aproximación analítica al Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000, del Gobierno Federal, publicado en enero de 1996. Este documento, crítico y propositivo, es producto del trabajo de varios investigadores y está organizado en seis grandes apartados: educación básica, educación de adultos, educación media superior, educación superior y criterios sobre el financiamiento de la educación. El documento que se incluye en el segundo número de la revista es la propuesta del COMIE y del PNIIES al CONACyT y a la SEP sobre la investigación educativa. Basados en el conocimiento de la situación en este campo del saber, se propone a estos organismos gubernamentales la creación de un programa de promoción de la investigación, el cual supondría cambios en los criterios de asignación de recursos y la redefinición de líneas específicas de atención. Es particularmente recomendable la lectura de estos documentos, tanto para especialistas como para legos interesados en el rumbo de la educación nacional.
El recorrido por estos dos números nos da una idea bastante clara de lo mejor de la investigación educativa que se realiza en México. Es saludable la diversidad de temas y enfoques -disciplinarios y teóricos- que con una visión plural asume la revista; sin embargo, en esta diversidad se advierte siempre la calidad, que es el eje que da homogeneidad a todos los trabajos presentados.
Jenny Beltrán CasanovaInstituto de Investigaciones en Educación
Universidad Veracruzana