Herencia y vanguardia
en Otros dioses, otros cielos
Gina Sotelo

Cuando el artista se enteró de que por cuarta ocasión expondría en el que él mismo llama un “espacio maravilloso de cultura y de arte”, empezó a elucubrar acerca de lo que pintaría: “Y no se me ocurrió una cosa, se me ocurrieron muchas, poco a poco y a lo largo de muchos meses”.

Teniendo como inspiración aquellos dioses y mitos pasados y presentes, García Ocejo fusionó su herencia prehispánica con su fascinación por los griegos y otros seres míticos. El resultado fue un rompecabezas en el que las piezas encajan y se complementan: el Demonio, el Anticristo, la Medusa, los ángeles... todos visitando a la Cihuateotl.

En la muestra, “aparece una Venus espléndida, y qué bueno que venga la Venus de Milo a visitar con su blancura a la Cihuatetol”, dijo el pintor, quien para crear estas piezas revisó su bodega, sus archivos y pintó. “Ha sido una obra coherente con ideas de fantasía y de ensoñación. No hay aquí la menor ideología ni la menor pretensión que no sea pintar; tampoco existe el interés de ser creador de algo, porque todo se ha hecho ya, pero yo lo hago de manera distinta”.

Sobre el recinto en el García Ocejo presentó Otros dioses, otros cielos, colección que estuvo integrada por 40 cuadros de distintas fechas, técnicas y formatos, comentó que es muy emocionante para un artista poder exponer en un lugar de esta importancia “y con este calor cultural que te envuelve y te motiva, porque son muy bellas las piezas que se exhiben. De alguna manera, algo he heredado yo en mis genes de estos grandes maestros, de mis antepasados”.