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Necesaria,
nueva política para financiar educación superior:
López Castañares
Juan Carlos Plata |
Calidad,
entrega de resultados, pertinencia y corresponsabilidad tendrían
que regir el financiamiento a universidades, aseguró el secretario
de la ANUIES |
Rafael
López Castañares aseguró que el financiamiento
de la educación pública no debe ser visto como un
gasto infructuoso, sino como una inversión social de gran
importancia. |
Ante
los problemas financieros y presupuestales que atraviesan mayoría
de las instituciones públicas de educación superior
en el país, es necesario crear una nueva política de
distribución de financiamientos basada en la calidad, pertinencia,
entrega de resultados, heterogeneidad, equidad y corresponsabilidad,
aseguró el secretario general ejecutivo de la Asociación
Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
(ANUIES), Rafael López Castañares. |
“Es
necesario un sistema que considere la asignación de recursos
extraordinarios, a través de fondos concursables para estimular
la calidad, un acercamiento al financiamiento del sector privado sin
menoscabar la autonomía de las universidades, y que las propias
instituciones sean autocríticas y fomenten la cultura de la
eficiencia de los recursos con los que se cuenta”, afirmó.
El financiamiento de la educación pública, especialmente
la educación superior, explicó el funcionario, no debe
ser visto como un gasto infructuoso, sino como una inversión
social de la mayor importancia, para lo cual se requiere un mínimo
de acuerdos tanto entre la clase política como en lo académico,
que den estabilidad a las políticas de desarrollo y a una nueva
política de financiamiento.
Durante la conferencia “Consideraciones para el financiamiento
de la educación pública”, llevada a cabo durante
los festejos del trigésimo aniversario del Sindicato del Personal
Académico de la Universidad Veracruzana (FESAPAUV), López
Castañares dijo que sería muy conveniente otorgar los
recursos por criterios aritméticos, en función de los
resultados de cada universidad, además de apoyar de manera
diferenciada a instituciones débiles.
Dijo que dar más recursos a las instituciones no es la solución,
pues “este proceso debe estar fundamentado en cuál es
el proyecto de cada institución, hacia adónde va, qué
tipo de trabajos desarrolla, y en una evaluación del porqué
quieren más recursos”.
Por otra parte, el secretario general de la ANUIES hizo un recuento
de la manera en que se han distribuido los recursos para las universidades:
en los años ochenta, recordó, el modelo se basó
en el número de alumnos atendidos por institución; en
los noventa se tomó como punto de referencia la plantilla de
trabajadores, y ahora se manejan recursos ordinarios (los entregados
por la Federación y los estados), más los recursos extraordinarios
(que sólo da la Federación) y los recursos asociados.
“A lo largo de la historia, también las instituciones
se han dado cuenta de que es muy importante trabajar en conjunto.
Las universidades públicas, a través de la ANUIES, organizan
foros regionales para dar sus mejores aportaciones y generar una propuesta
educativa, a mediano y largo plazo, fundamentada en el sentir de la
comunidad universitaria y la sociedad en general, con lo que se pretende
tener acceso a más y mejores recursos financieros”, señaló.
De 1991 a 2005, informó, en México se dedicó
el 5.1 por ciento del Producto Interno Bruto a la educación,
y de este porcentaje, el 1.5 por ciento a la educación superior,
lo que equivale al 22.6 por ciento del gasto público total.
En 2005, el gasto por estudiante fue de mil 436 dólares, pero
por alumno de educación superior fue de cuatro mil 336 dólares. |
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