Al encuentro se dieron cita especialistas extranjeros, nacionales
y locales con intereses comunes respecto a los retos que la globalización
conlleva para el análisis y aplicación de la ciencia
jurídica. Los temas desarrollados fueron Contratos: tradición
y globalización; Escenarios convergentes en la globalización;
El efecto jurídico, económico y financiero en el contexto
de la globalización; Trabajo y empresa: perspectivas globales;
Seguridad pública y crimen organizado en el escenario global;
Retos del Derecho Constitucional ante la Globalización; y Derechos
Humanos y Globalización.
Luego de la inauguración –que fue presidida por Dionisio
Pérez Jácome, jefe de la oficina del Programa de Gobierno,
y Víctor Manuel Alcaraz Romero, director de Investigaciones,
quienes asistieron en representación del gobernador Fidel Herrera
y del rector Raúl Arias, respectivamente– Jorge Witker,
académico de la UNAM, ofreció la conferencia magistral
“El efecto de la globalización económica en el
derecho económico latinoamericano”, donde dijo que las
escuelas y facultades de Derecho de las universidades del país
deben redoblar sus esfuerzos para entender los nuevos procesos y formar
abogados que estén informados de los problemas actuales que
aquejan a la sociedad, como los relacionados con el genoma humano,
la clonación, los productos transgénicos y los conflictos
ambientales.
El Premio Universidad Nacional en Investigación en Ciencias
Sociales, en 2000, expresó que el mercantilismo está
inundando todos los aspectos de la vida humana, por eso ya se tiene
la propuesta de privatizar el agua y no dudó en que, próximamente,
se quiera privatizar el oxígeno como producto de esta situación.
También reconoció que el proceso globalizador inicia
en lo económico y en lo financiero, y ha ido expandiéndose
hacia todos los aspectos de la vida. El problema es que dicho proceso
–complejo, multidimensional y asimétrico– puede
provocar una desnacionalización desde el punto de vista de
los valores de cada país, porque tienden a estandarizarse a
través del mercado.
En la ponencia “Comunicación: La visibilización
de las minorías”, Raciel Martínez, profesor de
la Universidad Veracruzana Intercultural, advirtió acerca del
nuevo tejido social contemporáneo en donde se genera un cambio
sustancial para los modernos marcos que rigen el Derecho. Y en esta
transformación, el reconocimiento de relaciones y dinámicas
emanadas de sujetos otrora invisibles implica una apuesta para modificar
y/o ampliar las aristas que regulan la vida social y, así,
ensanchar las garantías de convivencia armónica, pacífica
y plural entre los diferentes movimientos, grupos y personas que reclaman
espacios de expresión y desarrollo. “Se trata de escenarios
mucho más complejos, diversos y a veces confusos, en donde
el entramado fusiona a actores que antes no eran distinguidos por
los entes encargados en reproducir la hegemonía”.
Para el académico, hoy en día, el Derecho no tendría
por qué ser ajeno a esa vuelta de tuerca histórica,
tampoco el resto de las disciplinas que integran las Ciencias Sociales,
y es que lo mismo afecta el tránsito económico del neoliberalismo
que la globalización cultural. Sin
garantías, los derechos laborales
Con los recursos que ahorran las empresas transnacionales al negar
seguridad social y otros derechos laborales a los trabajadores de
los países en desarrollo, las grandes compañías
obtienen ventajas comerciales que les permiten crecer y competir
a costa de los empleados. Leyes más estrictas en las regiones
“maquiladoras” podrían cambiar este escenario,
planteó Jorge Ortiz Escobar, jurista y académico de
la UV.
Dijo que el “dumping social”, como le llaman a esta
práctica derivada de la globalización, es utilizado
por las transnacionales para irrumpir deslealmente en el mercado
de otros países, además, con ventajas económicas
por los grandes volúmenes de productos que son de baja calidad,
bajo costo y bajo precio, que les generan utilidades. La competencia
desleal afecta directamente a las empresas y a la economía
de los países subdesarrollados que no pueden sostener el
ritmo de “costos” y “productividad” que
imponen las empresas transnacionales.
Esta situación, afirmó, podría frenarse haciendo
valer, por ejemplo, la “cláusula social” en el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pues “es
la fórmula jurídica que podría garantizar a
los trabajadores un mínimo de derechos laborales y de prestaciones
de seguridad social, imponiendo sanciones a quienes la violen”.
Aunado a esto, destacó la campaña para promover los
derechos humanos tanto en Estados Unidos, con el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), como en Europa, donde
el tratado de la Comunidad Económica Europea contiene un
capítulo sobre “disposiciones sociales”, orientadas
a promover la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores.
En el mismo tenor, Josefa Montalvo, jurista, académica e
investigadora especialista en Derecho del Trabajo, señaló
que, en México, la Ley Federal del Trabajo ya no garantiza
los derechos laborales ni la seguridad social que requieren los
mexicanos, pues está cada vez más sometida a los intereses
de las empresas transnacionales.
Reconoció que, en la práctica, la globalización
ha debilitado los poderes del Estado y ha impuesto en la dinámica
laboral parámetros internacionales sólo convenientes
para las empresas multinacionales. Parte del problema tiene que
ver con el atraso de la propia Ley Federal de Trabajo, que ha sido
superada por las necesidades actuales del mercado laboral, así
como por las condiciones que deben prevalecer entre empleados y
empleadores en un contexto de globalización.
Ante ello, agregó, lo importante es que los laboralistas
deben promover la adecuación de las leyes a la realidad actual
y defender su aplicación, aún en las empresas trasnacionales
que traen los grandes capitales al país: “No debemos
permitir que legislación externa venga y regule nuestras
relaciones de trabajo, porque aprovecha los huecos legales de nuestro
país para imponerse, y debemos estar conscientes de que la
tendencia es esquivar la legislación nacional”.
Se
diluyen derechos laborales con la globalización
En su intervención, Rolando Murgas Torraza, decano de la
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
de Panamá, reconoció que el derecho laboral está
perdiendo protagonismo, aun cuando el aumento de la pobreza y las
situaciones de necesidad entre los trabajadores exigen el fortalecimiento
y la extensión de sistemas de protección social y
económica.
Aseguró que si bien en las últimas décadas
han sido intensos los ataques contra el papel y la necesidad del
derecho del trabajo, los esfuerzos reales “por zafarse de
sus normas imperativas” son tan viejos como esta rama de la
ley. Añadió que es obvio que, si pudieran escoger,
los empleadores preferirían ubicar las relaciones jurídicas
con sus trabajadores en el ámbito del derecho civil o del
derecho comercial para evitar el cumplimiento de normas mínimas
de protección, tanto económicas como de otra índole.
Después de un análisis de las condiciones jurídicas
que han permitido la tendencia hacia lo que llamó la “deslaborización”
(pérdida de protagonismo del derecho laboral), el ponente
reconoció que con las nuevas condiciones que impone la globalización
al mercado de trabajo, las personas tienen cada vez menos beneficios
y las empresas cada vez más estrategias para presionarlos
y hacer que renuncien a sus derechos y a la seguridad social. “En
realidad vemos que están tratando de evadir la aplicación
de la legislación laboral, y esto lleva a la desprotección
total o a la disminución de la seguridad social”, concluyó.
Por su parte, la jurista española Ana Isabel Pérez
Campos habló sobre las acciones y reformas que el Gobierno
de España ha realizado en materia de seguridad social: “Se
trata de un reordenamiento jurídico basado en tres líneas
de reformas fundamentales, que evitan el incremento de cotizaciones
a los trabajadores y empresas, y que consisten en la reducción
de las prestaciones, la privatización de la seguridad social
y la homologación de los derechos asistenciales en los estados
de la Unión Europea (UE)”.
Señaló que estas reformas no significan que el sistema
público de seguridad social español haya sufrido un
retroceso con el pretexto de la globalización, sino por el
contrario. “Ahora, el Estado debe seguir garantizando un bienestar
al ciudadano, que se concreta en una protección social suficiente”.
Regulación
bancaria global podríaproteger de las crisis económicas
Un modelo global de regulación bancaria que impusiera en
todo el mundo normas mínimas generales para lograr la estabilidad
financiera podría proteger a los países contra las
crisis económicas y evitar así los rescates de bancos
quebrados, afirmó David Trillo, profesor de la Universidad
Rey Juan Carlos de España.
Mencionó que las quiebras por fraudes o fugas de capitales
han llevado a enormes pérdidas que han sido pagadas con capital
público. Al mismo tiempo, la deuda pública para financiar
la recapitalización de los bancos quebrados ha frenado la
puesta en marcha de políticas públicas para el desarrollo
económico.
“Hay que hacer un modelo de regulación diferente a
los que ya existen”, comentó en relación con
los acuerdos de capital que se conocen, como Basilea I –vigente
hasta 2007– y Basilea II –regulación bancaria
en puerta–, “que son calificados como modelos avanzados
y que consideran que los bancos deben obedecer no sólo a
políticas nacionales, sino regionales y globales”.
Dijo que, aunque estos sistemas de regulación deben tener
normas generales para todos los bancos del mundo, tienen que adaptarse
en cada país de acuerdo con sus características específicas,
su mercado financiero, la cantidad de dinero que manejen, sus costumbres
crediticias y demás. Sin embargo, serían los lineamientos
generales –mínimos, pero efectivos– los que evitarían
las crisis financieras que no sólo provocan desajustes a
las entidades bancarias, sino a los países en general.
Posibles
efectos del calentamiento global
Otro de los participantes del seminario fue Carlos Welsh, investigador
de la UV, quien presentó un “escenario de futuro”
de lo que podría provocar el calentamiento global dentro
de 50 años en Veracruz, no sin antes explicar que el valor
de estos escenarios –una herramienta para mostrar el comportamiento
de un fenómeno en el largo plazo– no radica en predecir
el futuro, sino en dar una visión del presente.
Comentó que, si la contaminación por gases invernadero
duplica su concentración en la atmósfera terrestre,
la temperatura aumentará entre dos y cinco grados centígrados,
lo que podría derretir parte de los casquetes polares y provocar
una elevación del nivel del mar: “Tal vez sean sólo
unos centímetros, quizás hasta un metro, aún
así, grandes extensiones de tierras bajas pasarán
a ser pantanosas o submarinas”.
Además, el agua salina se infiltrará hasta los mantos
freáticos; serán afectados varios poblados y las centrales
eléctricas costeras; se deteriorará la salud y la
comodidad de los seres humanos; más de tres mil hectáreas
urbanas se volverán inundables, al igual que cerca de 200
mil de pastizales; se dañarán los bosques húmedos
y templados de la sierra Zongolica y las planicies costeras se verán
sujetas a una gradual desertificación.
Ante tal escenario, el conferencista puntualizó que “se
deben concebir estrategias que favorezcan y promuevan la armonía
entre el ser humano y la naturaleza, y considerar que los retos
en materia de políticas globales aún deben pasar por
un periodo de consolidación”.
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