Una exposición de múltiples formas, líneas y estructuras desafiantes a la ley de gravedad llevaron a cabo alumnos de los grupos 101 y 104 de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana. Jorge Alejo Gutiérrez Márquez y Lauro Saúl Blas Martínez, profesores del Taller Básico de Arquitectura, señalaron que la muestra formó parte de los trabajos que los jóvenes universitarios presentan al final de cada semestre, y son su primer contacto con el lenguaje básico del manejo del espacio.
La exposición, que fue inaugurada por Walter Sáiz, director del área Técnica de nuestra casa de estudios, abarcó gran parte de las instalaciones de la facultad y puso al descubierto las habilidades de los alumnos a través de láminas de cartulina donde se pudieron apreciar sus prácticas: un punto sobre el espacio, líneas, manejo de formas y su interrelación, teoría del color, redes y ritmos. También se exhibieron pequeños espacios a escala de habitáculos basados en módulos tridimensionales.
Los profesores indicaron que con la realización de estos talleres básicos los alumnos de nuevo ingreso comienzan su preparación para adquirir los conocimientos y habilidades que la arquitectura demanda, al igual que los aspectos morales y éticos necesarios para estudiar la disciplina.
Para desarrollar los habitáculos –que fueron la consolidación del taller–, los jóvenes primero dominaron la técnica de hacer estructuras con palillos, y posteriormente construyeron un espacio habitable a escala.
En la muestra se dieron a conocer aproximadamente 1 500 trabajos de todas las técnicas arquitectónicas. Como condición, se solicitaba al alumno que su propuesta fuera un diseño inédito, lo que exigía un control absoluto de lo aprendido en clase.
Tras apuntar que cada semestre hay una exposición donde se constata el esfuerzo de los estudiantes, Jorge Alejo Gutiérrez y Lauro Saúl Blas comentaron que estas prácticas servirían en escala real para atender a la población en caso de desastre, y sobre todo, para dotar de vivienda barata y digna a personas que así lo necesiten.
Los estudiantes dan su opinión
Lucía Sánchez Melgarejo, joven xalapeña de 19 años, opinó que lo que más le ha gustado de la arquitectura es la posibilidad de obtener habilidades manuales y conocimiento de nuevos materiales. Si bien lo que más se le dificultó para participar en la muestra fue la creación del habitáculo, considera a la arquitectura como una disciplina fascinante que pone a prueba la imaginación para la construcción de espacios.
Para José Francisco Castillo Mén-dez, la práctica de la arquitectura le ha proporcionado varias herramientas que le han ayudado a aprovechar los espacios internos, y a aterrizar muchas de las ideas. Consideró que es difícil plasmar lo moderno, lo contemporáneo, lo que no existe y partir de allí para innovar.
Marianne Decorme Bouchez coin-cidió con sus compañeros acerca de que el taller le brindó la oportunidad de poder hacer diseños nuevos a través de la arquitectura, por lo que haber participado le despertó la posibilidad de utilizar la imaginación y la creatividad. “Crear espacios originales que cumplieran con los criterios de rigor que exige la arquitectura fue un reto”.