Sustituir el uso de fertilizantes y plaguicidas
químicos por técnicas agroecológicas mejora notablemente
el rendimiento por hectárea en la producción de papaya,
como lo demostró la investigación de Rubén Ramiro
Sandoval, académico de la UV, quien abrió los trabajos
de la Semana de la Ciencia y la Investigación en la Facultad
de Ciencias Agrícolas, los últimos días de octubre.
Mediante el uso de un tipo de hongo (micorrizas arbusculares)
que entra en contacto con la mayor parte de las plantas agrícolas
y provoca mayor absorción de fósforo, ha logrado sustituir
los fertilizantes químicos, pues el fósforo actúa
como uno de los elementos principales para el desarrollo de la planta
y le proporciona mayor nutrición. Además, la vermicomposta
(un sustrato especial que se obtiene a partir de excretas de lombriz)
ha dejado atrás los agroquímicos, pues acelera el crecimiento
de la planta, proporciona mayor color y mejor sabor y, por si fuera
poco, inhibe ciertas enfermedades de la planta en vivero.
Durante más de ocho años, el académico ha utilizado
estas técnicas agroecológicas y, recientemente, en las
zonas papayeras de la parte baja de Alto Lucero, Veracruz, donde la
efectividad y el rendimiento por hectárea han aumentado en
130 por ciento. Normalmente logramos 50 toneladas por hectárea,
pero con este tipo de sistemas llegamos hasta las 120. El investigador
respaldó las técnicas de manejo orgánico de los
cultivos que permiten el desarrollo sustentable, no dañan los
suelos y, a largo plazo, son mucho más redituables. También
reconoció que no es sencillo pasar de una práctica tan
arraigada como el uso de agroquímicos a técnicas agroecológicas,
pero es posible.
Mayor producción de jitomate con técnicas agroecológicas
Al utilizar técnicas agroecológicas en el cultivo de
jitomate, el crecimiento y rendimiento de la planta es superior a
75 por ciento, aseguró Ernesto Fernández, egresado de
la carrera de Agronomía de la UV, quien presentó los
resultados de dos años de investigación.
Mediante la inoculación de hongos micorrízicos y bacterias
logró mejorar el desarrollo del cultivo, ya que las bacterias
tienen la capacidad de producir fitohormonas que ayudan a la planta
a tener un mejor desarrollo. Además, éstas producen
antibióticos que protegen al jitomate de los patógenos
que se encuentran en el suelo, y que, en ocasiones, generan serias
enfermedades. Los hongos ayudan a las plantas a tener una mayor exploración
del suelo, es decir, a extender sus raíces y captar más
nutrientes y agua.
Fernández logró demostrar que las plantas no inoculadas
crecieron menos, y que las inoculadas lograron hacerlo 38 por ciento
más que las otras. También determinó que a partir
de la utilización de microorganismos, las plantas presentaron
120 por ciento más área foliar.
Certificación
y producción orgánica, nuevos retos del campo
La producción del fruto litchi empieza a tener éxito
entre los consumidores que buscan alternativas novedosas y atractivas
para el paladar, expuso Rubén Ángel Mandujano Barrios,
productor del Rancho Alegre Mandumec, ubicado en Lechugillas, municipio
de Vega de Alatorre, y añadió que desde hace seis
años se dedica a la producción orgánica de
este fruto, certificado por el Consejo Estatal Veracruzano de Agricultura
Orgánica, lo que le ha permitido comercializar sus productos
con valor agregado.
El litchi, fruto agridulce de sabor agradable procedente de China,
tiene poco tiempo de cultivarse en nuestro país (alrededor
de 100 años) y las primeras plantaciones se dieron en Sinaloa.
En Veracruz, la mayoría de las huertas son tan jóvenes
que no pasan de los 10 años, razón por la cual la
gente lo empieza a conocer. Estimó que en México se
cultivan alrededor de 2 000 hectáreas, de las que 600 corresponden
a Veracruz. Sus árboles duran muchos años en producción;
en China hay árboles que tienen más de 100 años
de vida y sus frutos aún se siguen comercializando.
Omar Martínez Nieves, secretario de Producción y Certificación
del Consejo Estatal Veracruzano de Agricultura Orgánica,
comentó que en el estado de Veracruz se ha empezado a gestar
un importante movimiento para certificar los productos orgánicos
del campo, y cada vez más productores se preocupan por cultivarlos.
Entre los productos que más se certifican, mencionó
café, litchi, papaya, carne, leche y productos trasformados
como abono orgánico e insecticidas biológicos. Pero
están en boga los productos no tradicionales, los cuales
tienen una amplia demanda en Estados Unidos y la Unión Europea.
Macadamia,
alimento nutritivo y alternativa económica para el café
La macadamia, además de ser una nuez con un alto valor nutricional,
representa una alternativa para dar un valor agregado al cultivo
de café, pues el árbol que la produce le proporciona
al cafetal la sombra necesaria para su desarrollo y el fruto (nuez
de macadamia) puede comercializarse en altos precios, dijo Bromio
García Sierra, alumno de la especialización en Fruticultura
Tropical Sustentable de la UV.
Explicó que la macadamia contiene 80 por ciento de aceites
polisacáridos que no presentan colesterol y tiene un alto
valor proteínico, características que han empezado
a ser importantes para un país como el nuestro, en el que
un alto porcentaje de la población padece este trastorno
crónico-degenerativo. Además, tiene un alto precio
en el mercado, pues se llega a cotizar hasta en 80 pesos el kilo
(en México) o más, si se comercializa en Estados Unidos,
Canadá o países europeos. En lugares como Hawai, el
aceite de macadamia es industrializado para producir bronceadores
y bloqueadores solares.
La nuez macadamia fue introducida en los años setenta en
nuestro país, primero como un policultivo del café
(como sombra tradicional), pero fue hasta hace pocos años
cuando se descubrieron su bondades nutricionales. Veracruz cuenta
con las condiciones climatológicas, de suelo, precipitación
y altura idóneas para su crecimiento, por lo que propuso
desarrollar proyectos para aprovechar su potencial.
|