también
una riqueza cultural reflejada en los diversos grupos étnicos
que las habitan y que han sabido conocer, manejar y relacionarse con
esta naturaleza de una manera particular.
Sin embargo, del mismo modo que el trópico mexicano representa
una de las más importantes opciones de desarrollo en el futuro,
enfrenta uno de sus más grandes retos, el deterioro. Según
estimaciones del Citro, los ecosistemas tropicales tienen las
tasas más altas de destrucción del país, ligados
también a los más agudos índices de pobreza.
El departamento de Difusión del Citro ha consignado
en documentos electrónicos que el problema no es sencillo:
“cada año se pierde entre 500 000 y 800 000 hectáreas
de bosques tropicales tan sólo en México, lo que equivale
a más de medio millón de estadios de fútbol”.
Esto, según los investigadores del centro, pone en una balanza
un dilema fundamental: tratar de mediar el uso de los recursos con
las diferentes perspectivas de ver y llevar la vida.
Este doble reto amerita el desarrollo de programas de conservación
y manejo de recursos naturales. Por ello la UV y la Universidad de
California-Riverside (UCR) unieron esfuerzos para crear el Centro
de Investigaciones Tropicales (Citro), un espacio dedicado
al estudio de la situación y del funcionamiento de las tierras
bajas del trópico mexicano.
Sin embargo, como institución dedicada a entender este tipo
de ecosistemas y su condición actual, no puede dejar fuera
a protagonistas como campesinos, productores y habitantes de zonas
rurales, de tareas importantes para la protección de los recursos
tropicales. Es por eso que una de las prioridades de Citro
es justamente la recuperación de prácticas comunitarias
para el cuidado y la conservación de la biodiversidad.
Bajo el concepto de conservación y desarrollo sustentable,
entendido como todas aquellas actividades encaminadas a satisfacer
las necesidades del presente sin comprometer las de futuras generaciones,
el Citro conjuga el desafío de conciliar naturaleza y sociedad;
de ahí que sus líneas de investigación no sólo
retomen el sentido del funcionamiento de la naturaleza sino también
la dinámica, situación y tradición de la gente
en el manejo, uso y conservación de los recursos.
Es una tarea que reúne a investigadores de reconocido prestigio
de instituciones nacionales e internacionales, interesados en este
tipo de cuestiones, quienes con diferentes perfiles de trabajo desarrollan
temas relacionados con la degradación ecológica, las
alternativas de conservación para el manejo de mosaicos ecológicos,
ciencia y tecnología para mejorar la calidad de vida en comunidades
rurales y estudios de agricultura y cultivos, entre los más
importantes.
El centro también ha considerado crear un consorcio de organizaciones
interesadas en el estudio del trópico mexicano y su situación,
proporcionar entrenamiento para la formación de recursos humanos
de alto nivel científico y técnico para resolver problemas
relacionados con la interacción de comunidades rurales y el
manejo de los recursos y, lo más importante, trascender toda
esta generación de conocimiento y experiencia creando una resonancia
más allá del ámbito académico.
El Citro, apoyado por instituciones como la Universidad de
California de Riverside, la Comisión Nacional Forestal, UC-MEXCUS,
la Comunidad Económica Europea y la Universidad de Yucatán,
buscará impulsar las estrategias necesarias para fomentar el
respeto a la biodiversidad biológica y a las diferentes formas
culturales para promover un pensamiento diferente en el desarrollo
conservacionista del trópico rural en México.
Perfil
institucional del Citro
Arturo Gómez Pompa, investigador del Citro, señaló
que uno de sus objetivos es convertirse en un centro de investigación
de alto nivel científico, cuyos estudios interdisciplinarios
promuevan el desarrollo conservacionista del trópico rural
del país. Para ello es necesaria la labor conjunta, por lo
que una de las fórmulas que han propuesto (justamente la
que dio origen al centro) es la creación de un consorcio
de organizaciones interesadas en el estudio del trópico mexicano.
También destacó sus fines educativos, pues es prioridad
del Citro formar recursos humanos de alto nivel científico
y técnico para resolver lo problemas que surgen, en ocasiones,
delmanejo que el hombre hace de los recursos naturales.
Como dependencia de la UV, explicó Gómez Pompa, el
centro tiene su sede en la Ex Hacienda Lucas Martín, en Xalapa,
pero tendrá tantas sedes como estudios realice, pues es el
trabajo de campo el que establece el imperativo de contar con estaciones
de investigación en todo el estado.
Entre las líneas de investigación del Citro,
por su pertinencia social, resaltan las siguientes: Estudio de árboles
tropicales, que coordina Nisao Ogata; Agroecología, dirigida
por José María Ramos Prado; Conservación biológica,
a cargo de Liliana Cortés Ortiz; Conservación y desarrollo
campesino, bajo la dirección de Silvia del Amo Rodríguez;
Desarrollo sostenible exitoso, coordinada por María del Carmen
Vergara Tenorio, y Distribución social del conocimiento,
cuyo impulso está a cargo del maestro Ernesto Rodríguez
Luna, actual director del Área Biológico Agropecuaria
de la UV.
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