el joven universitario compitió contra 91 estudiantes de 32 instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, pero antes de llegar a la fase individual, tuvo que integrarse a equipos de cinco estudiantes con quienes desarrolló los conceptos del concurso en un centro regional de negocios.

En la segunda etapa, individual ya, presentó un estudio arquitectónico diseñado para las personas del centro: el edificio principal del complejo y el centro internacional de negocios. Así, planteó espacios confortables y versátiles y fusionó elementos de la tradición de Saltillo, como el Ojo de Agua, origen de la ciudad, el cual lo integró como un elemento más para abatir una característica de la región, el calor. Lo que hizo fue proyectar una solución bioclimática, flujos de aire frío y caliente que al entrar en contacto en corriente continua, ayudarían a mantener el confort dentro de las instalaciones, así como un chorro de agua, el cual simula un ojo en el centro del edificio que, junto con las áreas verdes, refrescarían el interior de forma natural.

A esto añadió otros elementos, como la curvatura de la fachada, que evoca dos direcciones opuestas en concepto, hacia un lado la tradición de la ciudad de Saltillo y hacia el otro, el camino hacia la modernidad de la creciente Ramos Arizpe.

El estudiante dijo que, aunque había excelentes trabajos, su justificación del proyecto fue determinante para lograr el primer lugar, ya que supo explicar de manera detallada cómo integró tantas cosas para lograr el desarrollo del conjunto: “se requería de un edificio con fuerza, pero también que reuniera elementos más allá de una simple solución de espacios”. Satisfecho por su logro, Espinosa Gutiérrez señaló que trabajará para mejorar muchas de las técnicas de la disciplina y agregó que alicientes como éstos, hacen falta entre los estudiantes.