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Volver democracia en espectáculo
corrompe los procesos electorales
Edith
Escalón e Irma Villa
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La
mercadotecnia, y no las urnas, está llevando al poder a hombres
y mujeres que no tienen nada que ofrecer en términos de gobernabilidad,
progreso y desarrollo social, aseguró Beatriz Pagés
Rebollar, directora general de la revista Siempre!
Al participar en los Coloquios en la Democracia, un encuentro organizado
por la agrupación política Generación Ciudadana
y apoyado por la Universidad Veracruzana, la periodista señaló
que el imperio de la mercadotecnia ha banalizado la política
y ha impedido que los candidatos se sientan obligados a poner en
la arena de la competencia modelos, proyectos o propuestas de desarrollo
nacional.
El país ya no se puede dar el lujo de llevar al poder a un
candidato que sea un mero producto de la publicidad política
y no del talento, sensibilidad, experiencia y conocimiento de los
problemas |
Beatriz
Pagés, directora general de la Revista Siempre! |
nacionales,
manifestó. La idea de convertir la democracia en un espectáculo
ha contribuido a corromper los procesos electorales, y el sustituir
el contacto directo con la gente por spots televisivos ha pervertido
el fondo, la forma y la mística esencial de la política.
Bajo las reglas de la mercadotecnia, un contendiente se siente obligado
a hacer una oferta impactante, aunque sea inasequible; sorprendente,
aunque no sea cierta; y que llegue a las emociones, aunque no necesariamente
a la inteligencia.
Otro problema que puede llevar al fracaso la reforma electoral, dijo,
es el encarecimiento de la democracia, pues en una época marcada
por la comunicación mediática y la mercadotecnica, la
conquista debe, necesariamente, pasar por la televisión. De
hecho, uno de cada dos pesos destinados a las campañas electorales
se gasta en medios de comunicación, “por eso vemos que
la crisis ética de los medios es evidente, pues se han convertido
en mercenarios del poder”.
Es precisamente el encarecimiento de la democracia, según la
periodista, el que pone a las instituciones nacionales en un serio
riesgo, pues permite que aquellos que están detrás del
dinero sucio, o políticos vinculados a la droga, o fuertes
corporaciones extranjeras, decidan las elecciones en México.
Ricardo Pascoe Pierce, ex embajador de México en Cuba, dijo
que la transición política de nuestro país nos
permite ver dos tipos de sociedad: una tradicional en vías
de extinción y una moderna en vías de nacimiento. La
primera, que tiene origen en los años treinta y llega hasta
los setenta, se distinguía por tener una economía regulada
por el Estado, cuya idea central era proveer a la sociedad de una
serie de seguridades. Esta sociedad tradicional mexicana perduró
durante mucho tiempo porque tenía un importante nivel de legitimidad
y credibilidad, independientemente de que combinaba factores de concesión
y represión.
Según Pascoe, al ser una sociedad tradicional, teníamos
un Estado benefactor que, independientemente de sus excesos, generaba
formas de bienestar para la población, brindaba seguridad social.
Pero en la medida en que crece en el mundo occidental la idea de la
democracia como sistema obligatorio y, especialmente, la democracia
representativa de Europa y de Estados Unidos, se extiende una nueva
noción de economía en sociedades como la mexicana, por
lo que se propaga una nueva noción del individuo en la sociedad
y empieza la llamada economía neoliberal.
Por ello, actualmente en México no existe una cultura política
de forjar alianzas, sino una cultura política que navega entre
la tradicional estatista y de pensamiento único, y que genera
una nueva modernidad democrática de la dispersión, donde
cada quien defiende literalmente su terruño en términos
políticos. |
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