|
Luego
del análisis riguroso de un panel de expertos de primer nivel,
los Institutos Nacionales de Salud, dependientes del gobierno de los
Estados Unidos, determinaron otorgar a la Universidad Veracruzana
250 000 dólares para apoyar, por primera vez en México,
un proyecto de investigación enfocado al estudio fisiológico
de los ritmos circádicos en los seres vivos.
Este recurso garantiza en primer lugar el financiamiento de cinco
años de investigación básica en la UV y permitirá
equipar un laboratorio de biología molecular que ofrecerá
la oportunidad a los estudiantes de participar en él, pero
ante todo, favorecerá la consolidación de una nueva
línea de investigación enfocada al estudio de estos
ritmos en modelos animales como el conejo, un trabajo científico
de alto nivel que pocas instituciones del país han podido desarrollar.
A raíz de la aprobación de este proyecto de investigación,
el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)
decidió otorgar a la UV 27 000 dólares para apoyar su
trabajo científico en esta área, además de empezar
las negociaciones para firmar un convenio internacional con los Institutos
Nacionales de Salud, lo que abrirá |
|
las puertas a futuras investigaciones en nuestro país.
Mario Caba, investigador universitario y director general del proyecto,
explicó que lo que comúnmente conocemos como “reloj
biológico” no es más que la expresión
de los ritmos circádicos en los seres vivos, una información
que tenemos codificada a nivel genético y que permite que
tengamos un “reloj interno” que nos marca, por ejemplo,
ciclos de vigilia y de sueño. “Algunas investigaciones
de ritmos circádicos demostraron que si se aislaba a seres
humanos de la luz del sol y se les permitía dormir o estar
despiertos cuando ellos quisieran, las personas respetaban los periodos
normales de vigilia y de sueño (como si estuvieran expuestos
a la luz), lo que demostró que hay cierta información
que está ‘guardada’ genéticamente en los
seres vivos, de alguna manera”.
En los mamíferos existe una región que se cree que
es el principal centro integrador de los ritmos circádicos
en el organismo, localizada en la base del cerebro (núcleo
supraquiasmático), específicamente en el hipotálamo;
sin embargo, según sus investigaciones, existe otro “reloj”
tan importante como el controlado por la luz, pero dirigido por
el alimento.
”Esta investigación estará enfocada a buscar
el lugar específico relacionado con el ritmo circádico
controlado por el alimento, sea en el propio hipotálamo o
en alguna otra parte del cerebro”, comentó Caba. Para
ello, en el laboratorio de biología molecular trabajarán
con un modelo animal diferente al utilizado tradicionalmente: ”utilizaremos
conejos, en lugar de ratas, pues presentan condiciones ideales para
hacer experimentación sin forzar sus propios ritmos de alimentación”.
Cabe señalar que es la primera vez que los Institutos Nacionales
de Salud de EU otorgan a un investigador mexicano un financiamiento
para proyectos del área de neurociencias. Para solicitar
el apoyo fue fundamental tanto el trabajo que ha realizado Mario
Caba desde hace varios años en su laboratorio de Biología
de la Reproducción, en el Instituto de Investigaciones Biológicas
de la Universidad Veracruzana, como la colaboración de un
grupo de estudiantes que apoyaron las primeras investigaciones de
ritmos circádicos en Veracruz, mismas que sentaron las bases
para este proyecto. Entre ellos destacan María de Jesús
Rovirosa Hernández, Rebeca Toledo Cárdenas, Karen
Avilés López, Paola Heman Bozada, Kaissa Medina Martínez,
Yael Zavaleta Ávila, Elvira Morgado Viveros, Claudia Juárez
Portilla y Laura Flores Ruiz, alumnos de doctorado, maestría
y licenciatura.
Como asesores del proyecto participarán la doctora Rae Silver,
investigadora de la Universidad de Columbia y experta en ritmos
circádicos en el ámbito mundial, y el doctor Michael
Limann, de la Universidad Cincinatti; además colaborará
Carolina Escobar, doctora de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Mario Salvador Caba Vinagre (mcaba@uv.mx) |