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Este encuentro, considerado como una importante
opción académica para estudiantes y músicos
profesionales del país, fue apoyado por instituciones enfocadas
a la educación del Jazz, como el Berklee College of Music,
la Universidad del Sur de California, el Conservatorio de Nueva
Inglaterra, la Asociación Internacional de Educadores de
Jazz (IAJE, por sus siglas en inglés) y el Instituto Henry
Mancini, entre otros centros que le han otorgado verdadera relevancia
internacional.
Como en ediciones anteriores, para el evento se elige un tema, y
en este año fue la Fusión el tópico en torno
al cual giraron las actividades, dada su indiscutible importancia
en el jazz. “Actualmente, con los medios y la tecnología
a nuestro alcance, la fusión e influencia de diversos estilos,
géneros y culturas –según Flores Mavil–
han logrado abrir una puerta hacia nuevos y diferentes sonidos en
el jazz contemporáneo, que cada día se reinventa con
nuevas propuestas sonoras”.
El programa de actividades de todo el encuentro estuvo integrado
por conferencias, clases de jazz, teoría y clínicas
que se realizaron en la Facultad de Música, así como
por conciertos, ensambles y Big band jams que se llevaron a cabo
en el Centro Cultural Los Lagos y en el Café Teatro Tierra
Luna. En tanto, el programa del seminario, que se desarrolló
en 50 horas, incluyó las siguientes clases: teoría
y armonía del Jazz, entrenamiento auditivo, técnicas
de improvisación, técnicas de arreglo para ensambles
y Big band; laboratorios prácticos de instrumentos para piano,
guitarra, bajo y batería, y ensambles y Big band.
Pero aquellas actividades no hubieran sido posible sin la participación
de destacados académicos, provenientes de diferentes instituciones,
entre ellos Rafael Alcalá, pianista, compositor-arreglista
y productor; Cristóbal López, músico autodidacto
que ha incursionado en prácticamente todos los géneros
musicales; Oscar Stagnaro, bajista y educador que ha desarrollado
el currículum para la enseñanza del bajo en el estilo
latino y en lo que actualmente se conoce como World music, y Rosa
Ávila, quien se desempeña como baterista de estudio
y quien ha tocado para diferentes producciones de Broadway. También
participaron Matt Marvuglio, compositor e intérprete, reconocido
mundialmente como uno de los mejores flautistas en el jazz; Bernardo
Hernández, arreglista, bajista y guitarrista graduado del
Berklee College of Music, y Antonio Sánchez, actual baterista
del Grupo de Pat Metheny, artista Zildjian.
Cabe mencionar que, de 1997 a la fecha, en el festival han participado
más de 850 estudiantes provenientes de numerosas instituciones
de educación superior de por lo menos 18 estados del país,
además de destacados artistas y educadores especializados
en diversos géneros del jazz como James Newton, Rich Aplleman,
Víctor Mendoza, Antonio Sánchez, Alon Yavnai, Mark
Levine, Bruce Saunders, Taumbú, Yoron Israel y Ron McCurdy,
entre otros. Asimismo, el evento ha congregado a más de 6
000 personas (público) que han dado fe de su indiscutible
calidad artística.
Dona
Casa Veerkamp instrumentos musicales
La Fundación de la Universidad Veracruzana recibió
de Thomas Veerkamp, de Casa Veerkamp: El palacio de la Música,
cinco saxofones, cuatro trompetas y cuatro trombones para los alumnos
de la Facultad de Música de la UV. La donación, que
fue posible gracias a las gestiones realizadas por la Fundación,
organizadora del Festival Internacional de Jazz, se realizó
el 24 de septiembre, en la sala de juntas de Rectoría, ante
autoridades universitarias y representantes de la que es una de
las más importantes casas de música en México.
Veerkamp, quien se mostró contento por los resultados de
la pasada edición del festival, dijo que tienen gran interés
en que el encuentro de jazz siga creciendo y se sienten satisfechos
por fungir como patrocinadores del evento que se suma a los esfuerzos
nacionales por fomentar la cultura musical. “Sabemos que hay
muchos encuentros de música en varios países, pero
no podemos brindar patrocinios a todos ellos, por eso es que debemos
ser muy selectivos y nos ha interesado apoyar el festival que organizan
la UV y el Instituto Veracruzano de Cultura por todo lo que significa”.
En otros eventos, señaló, el único interés
de los organizadores y de los patrocinadores es la obtención
de un beneficio económico: “eso no nos interesa, nos
importa que, por encima de todo, sea una actividad cultural que
promueva el arte y que impulse la cultura musical en nuestro país.
Y eso es lo que hemos encontrado en el Festival Internacional de
Jazz. Podríamos apoyar eventos en donde se presenten artistas
extranjeros reconocidos, pero esa no es nuestra intención,
preferimos apoyar a los jóvenes mexicanos que son los que
más lo necesitan”.
De hecho, añadió, en términos comerciales no
es un festival que permita ver resultados inmediatos, “pero
estamos sembrando para cosechar más adelante, y en la medida
en que tengamos presencia en este tipo de eventos artísticos
y en la medida en que se fomente la cultura musical en nuestro país,
obtendremos beneficios”. Afirmó que los veracruzanos
pueden estar confiados en que el Festival de Jazz seguirá
contando con el respaldo de Casa Veerkamp.
Tras agradecer el donativo y resaltar la importancia de este apoyo,
Arturo White Ibáñez, director ejecutivo de la Fundación
de la UV, informó que este organismo seguirá trabajando
con la Facultad de Música para coadyuvar a la modernización
de sus planes de estudios, con diplomados y seminarios que funcionen
como salidas laterales a los alumnos que ingresan a la UV.
Javier Flores Mávil mencionó que los apoyos de Casa
Veerkamp fueron más allá del patrocinio económico
y ahora en especie, pues prestó buena parte de los instrumentos
utilizados durante el encuentro, y agregó que la donación
permitirá fortalecer a la Big Band, importante proyecto de
la Facultad de Música de la UV surgido del Festival de Jazz.
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