La
Universidad Veracruzana dio la bienvenida a los pasantes de las
carreras del área de Ciencias de la Salud que, a principios
de septiembre, se incorporaron como brigadistas a los distintos
programas de trabajo comunitario coordinados por la Dirección
de Vinculación General (DVG) y cuyo objetivo principal es
impulsar el desarrollo rural en las comunidades que enfrentan condiciones
de pobreza y marginación en Veracruz.
Durante el taller de inducción a las Brigadas Universitarias
en Servicio Social (BUSS), el director de Vinculación, Mario
Fernández de la Garza, informó que desafortunadamente
la UV enfrenta fuertes restricciones en los apoyos financieros que
recibía de otras dependencias federales para el pago de las
becas a los pasantes prestadores de servicio social; no obstante,
la labor continúa no con menos ímpetu.
Luego de dar cuenta del funcionamiento de las Casas de la UV y de
analizar el concepto de comunidad, Alejandro Moreno Hernández,
jefe del Departamento de Coordinación de Proyectos de la
DVG, destacó la importancia de que los universitarios se
sumen a las BUSS, pues “Veracruz ocupa el cuarto lugar nacional
en la tabla de marginación social y tiene rezagos en materia
de educación, vivienda, salud e infraestructura básica:
6 300 localidades de un total de 17 000 de la entidad presentan
condiciones de pobreza y marginación”.
En el taller, los nuevos brigadistas coincidieron en señalar
que decidieron ingresar a este programa por su interés en
ayudar a las familias más necesitadas, que viven en municipios
rurales e indígenas que presentan mayores condiciones de
pobreza y marginación. También destacaron la libertad
e independencia que tendrán para planear y realizar sus tareas,
así como la oportunidad de aplicar sus conocimientos, incrementar
su experiencia, convivir con estudiantes de otras disciplinas y
ganarse el respeto y cariño de la gente.
El programa Brigadas Universitarias en Servicio Social “es
un logro grande de la Universidad Veracruzana que no desarrollan
muchas instituciones de educación superior, a través
del cual el estudiante conoce la realidad de su estado y contribuye
a mejorar las condiciones de vida; además, es un gran apoyo
de la Universidad Veracruzana para estas comunidades que piden a
gritos ayuda”, afirmó José Tonatiuh Martínez
Mixtega, pasante de Ingeniería Química Clínica,
asignado como prestador de servicio social a la Casa de la Universidad
Molino de San Roque, ubicada en Xalapa.
El proyecto es interesante, agregó, y aunque tenía
otras opciones, como trabajar en el cem o en el Hospital de Ginecología,
le interesó más la labor de las buss por el concepto
de apoyo a la gente necesitada y por la satisfacción que
deja el hecho de servirle. “No tienes las mejores condiciones,
pero aprendes a desarrollarte, a tener más calidad humana,
a sensibilizarte un poco más y a entender la situación
verdadera que se vive en el estado”.
Isabel Ramírez de La Luz, pasante de Enfermería y
quien colabora en la brigada de Tatatila, decidió ingresar
a las buss “porque es una experiencia diferente a estar en
un hospital o una clínica, y me gusta más el campo,
además porque tengo un verdadero deseo de ayudar, en la medida
de mis posibilidades, a la población”.
Gervacio Rodríguez Téllez, de Enfermería, colaborador
de la Brigada de Tlaltetela, comentó que su elección
se basó en gran medida en la libertad que las buss ofrecen:
“me interesa trabajar en una comunidad pequeña, en
un pueblo con áreas verdes, en espacios que ofrezcan posibilidades
de hacer cosas nuevas”. Agregó que espera “darle
un buen servicio a la comunidad” y que dará continuidad
al trabajo realizado por la pasante saliente, pero planteará
nuevas metas.
Como otros tantos jóvenes, la pasante de Nutrición
Ariadna Chávez Bastida, quien colabora en la brigada de Acajete,
ahora también forma parte de este proyecto impulsado por
la UV. “Alumnos de Nutrición me comentaron que con
el trabajo comunitario adquieres experiencia y pones en práctica
los conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera, pero por
si fuera poco, convives con gente valiosa y hospitalaria“.
Aceptó que Acajete es una comunidad con condiciones difíciles,
pero eso no es obstáculo para enfrentar el reto que se ha
propuesto. ”Sólo espero dejar en la comunidad todo
lo que pueda, ayudar a la gente y compartir el conocimiento”.
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