programa de alfabetización digital y para aprender a manejar
programas de cómputo e Internet.
A principios de septiembre, 30 de ellos concluyeron el primer curso
básico y obtuvieron un diploma que acredita sus conocimientos
en la paquetería Office y en el manejo de Internet. El documento,
avalado por la UV, les fue entregado por autoridades de la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes, dependencia que otorgó la
antena que permitió la conectividad a la gran red mundial.
Esta es la primera de las cuatro casas comunitarias de la UV que
cuenta con un centro digital, pero están en proceso las de
El Conejo (Perote), Vecinos del Manglar (Boca del Río) y
Molinos de San Roque (Xalapa). En ellas, al igual que en Coyopolan,
la Universidad Veracruzana ha equipado y acondicionado salas de
cómputo para operar el proyecto, y con el apoyo de la SCT
espera conectarlas a Internet e iniciar operaciones del CCD a partir
de 2005. Cabe mencionar que para la casa de El Conejo, la Universidad
Veracruzana recibió una donación de computadoras de
la Comisión Federal de Electricidad.
Para José Luis Pérez Chacón, coordinador general
de la Casa de Coyopolan, el ccd cumplirá también una
meta institucional: promover el desarrollo local con una mirada
hacia lo global. Dijo que si se analiza con detenimiento la participación
de los jóvenes en el programa, es sencillo descubrir que
la UV no sólo está promoviendo el aprendizaje de la
técnica, sino el arraigo, el “uso de la técnica
para recuperar y crecer la sabiduría local y lograr el desarrollo
comunitario”.
Más que un café Internet
Una de las preocupaciones del equipo universitario deriva de las
enormes expectativas que ha generado en el municipio la llegada
de la tecnología, pues muchos jóvenes que han descubierto
el mundo de conocimientos y posibilidades que tienen a su alcance
a través de Internet, ahora están interesados en continuar
sus estudios a distancia.
“Yo creo que aquí es donde la Universidad Virtual debe
intervenir”, dijo Pérez Chacón, quien explicó
que en estas condiciones la UV Virtual puede ofrecer cursos, diplomados,
o una carrera técnica para que los jóvenes egresados
de bachillerato puedan aprender pero con arraigo, es decir, obtener
un conocimiento que les ayude a progresar valorando su lugar, sus
recursos naturales, valores, tradiciones, etcétera.
Mencionó que el ccd técnicamente está en condiciones
de ofrecer cursos a distancia del Instituto Latinoamericano de Comunicación
Educativa, de nuestra casa de estudios y de otras instancias, pero
para hacerlo es necesario preparar todo un programa pedagógico
que guíe la formación de los jóvenes “porque
el centro no es sólo un café Internet, es un programa
pedagógico integral que necesita estar fundamentado”.
De hecho, a partir del próximo año podrían
ponerse en línea cursos, talleres o diplomados de técnicas
agrícolas, primeros auxilios, silvicultura, cunicultura,
conservación, alfabetización, hortalizas, control
de plagas, que apoyados por instructores capacitados podrían
llevar a la comunidad conocimiento útil y práctico.
CCD,
en buenas manos
Parte del éxito del CCD tiene que ver con la presencia de
Rafael Sol Salazar en su coordinación, pues además
de ser un profesional egresado de la Facultad de Pedagogía
de nuestra casa de edtudios y haber realizado en 2002 el Servicio
Social en Coyopolan, es parte de la comunidad, dado que nació
en Tlalchi hace 27 años.
Rafael no sólo conoce la región y las necesidades
de la gente, sino que ha ganado la confianza comunitaria a partir
de un trabajo constante y comprometido que demuestra su arraigo,
como él mismo lo reconoce: “yo sí me fui para
estudiar, pero ahora quiero buscar no sólo un beneficio para
mí o mi familia, sino para toda mi gente... quiero compartir
lo poco o mucho que sé en beneficio de todos”.
Con la sencillez que lo identifica, agradeció a sus alumnos
y a los padres de familia la confianza que le han dado. Esos 100
alumnos que lo acompañan en el Centro le han demostrado que
el proyecto vale la pena, pues en sólo ocho meses han aprendido
no sólo a manejar la tecnología, sino además
a ver el mundo de manera diferente: “eso nos satisface mucho
porque ésta es la generación de la que esperamos un
cambio de actitud, cambios de conducta para un verdadero desarrollo
humano, social y comunitario”, comentó Sol Salazar.
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