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R. G. - Monotipo |
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Germán Martínez Aceves: Don Leopoldo ¿Cómo estructura sus novelas?
Leopoldo Sánchez Zúber: Improviso con base en lo que conozco, la novela para mi es un recurso cultural que me parece ha sido subestimado por mucha gente, desgraciadamente ha habido mucha novela que es muy superficial, pero si leemos las grandes novelas de los rusos, de los norteamericanos, de los españoles, de los nuestros, podemos encontrar una riqueza muy grande, no sólo literaria, sino también de información social, psicológica e inclusive filosófica.
Considero que la buena novela tiene un contenido
fi losófi co muy grande, los planteamientos filosóficos
que se dan en ese cielo conceptual de la fi losofía la novela
los baja a la vida real y allí comienza el juego de
valores, las ideas son puestas en personajes que conforme
uno lee los va considerando reales. Lo valores y
las ideas filosóficas en una buena novela confrontan al
lector con problemas de la existencia misma.
Esas cuestiones tan fundamentales que inquietan al
hombre, se manejan en la novela de una manera mucho
más amena, más ágil, más convincente, más capaz
de entrar a nuestros ámbitos más profundos para
sacudirnos. Acaso una novela plantea el sentido de la
muerte, el sentido del suicidio o el valor ético tiene la
vida misma ¿La muerte es verdaderamente un objetivo
que nos lleve a ella o es acaso alguna loca casualidad de
los elementos? Todos esos cuestionamientos me parece
que pueden ser expuestos y analizados en la novela de
manera de que el lector al menos se inquiete.
Pasamos por una época en que no se lee nada
porque no se refl exiona nada, no leer no es sólo
consecuencia de la pasividad con que se recibe la
información de la televisión sino que es un tiempo
de confusión del hombre que no se sabe a donde va
porque no sabe de donde viene tampoco. Una buena
novela quizá nos dé un planteamiento que al menos
nos haga pensar y si lo logramos creo que hemos
ganado mucho.
La novela no tiene la aridez de los tratados de filosofía, porque tienen un recurso muy importante que
es alternar la verdad profunda fi losófi ca con la verdad
de la vida real, trágica, triste, que se acerca al miedo
del hombre, al miedo de tantas cosas de la vida misma,
de la muerte.
Esta falta de resignación de vivir la realidad es
también un problema que tenemos, entonces la novela
nos ofrece la oportunidad de que el autor mezcle
esos enfoques tan serios, profundos y a veces sórdidos
con algo cómico. La vida también tiene lo suyo, tiene
lo lindo, hacer reír a una gente es una ventaja, por eso
debemos agradecer a una persona que nos hizo reír.
GMA: ¿ Cómo desarrolla el contenido de una novela,
se basa en una anécdota, le da importancia al nudo, al
desenlace?
LSZ: La novela tiene para mí dos vertientes que
son las que las hace valer: la forma y el estilo. Claro, la
anécdota es importante y si no tiene chiste nos aburre.
La anécdota prepara al lector con la expectativa de
que sucederá algo sorprendente, es importante, pero
todos los acontecimientos humanos ya se han dicho y
escrito de manera que “Romeo y Julieta” se ha dicho
en todos los idiomas en diversas versiones pero lo que
no se repite es la forma y el estilo porque es lo que le
da personalidad a una novela y a un escritor.
GMA: ¿ Qué signifi ca para usted la palabra?
LSZ: La palabra es el símbolo, el logos , y aquí la
palabra logos tiene varios signifi cados, el logos inclusive
en algunas fi losofías y mitologías representa el concepto
que por sí mismo tiene lo absoluto, por ejemplo,
en el catolicismo. La palabra es el concepto, es
el símbolo del concepto, el logos de la idea, es la reina
de la literatura, a veces una sola palabra tiene diversos
signifi cados.
Juan José Arreola usaba muchísimo la simbología,
yo lo conocí cercanamente, queridísimo amigo mío,
puedo decirte que él cuando leía una cosa suya o ajena
con esa característica figurófi ca se soltaba riendo a
carcajadas.
La palabra, usada por los grandes escritores, nos
lleva regiones de refi nado gusto, cuando Gorostiza
llama al alma “amapola del aire lacerado/que se
pincha en las púas de un gorjeo” verdaderamente a
mi me deja estupefacto. ¡Cómo pudo imaginar las
altos tonalidades de una soprano como púas que
verdaderamente se nos clavan en el tímpano como
agujas! ¡Qué cosa más maravillosa!
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