Año 3 • No. 105 • junio 9 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Mujer y educación
Entes fundamentales para
el progreso de nuestra nación
Alonso Cruz Hernández* (Facultad de Medicina Ciudad Mendoza) (Última parte)

Hoy, las mujeres mexicanas han ido ganando un espacio en todos los ámbitos de nuestra sociedad, hoy, la voz de la mujer es fuerte, importante y demanda mayores oportunidades para desarrollarse como una persona autosuficiente que no se encuentre nunca más bajo ese pesado yugo de la
dependencia, que le indica que el hombre es el único que tiene derecho a estudiar y superarse para sacar adelante a su familia.

No es fácil, requiere trabajo, empeño, sacrificio y persistencia; pero ellas han hecho todo eso y aun más demostrando al hombre, que ese “machismo” que durante años ha tenido, con su afán malsano de tratar de reprimirlas, de marginarlas a las labores del hogar, despojarlas de toda opinión y punto de vista ya no puede continuar. La mujer surge hoy, en el siglo XXI con una fuerza impresionante como nunca se había visto, hoy brilla en todos los sentidos, en todos los ámbitos y basta con decir que tenemos mujeres en la cúspide de todas las profesiones excelentes médicos, ingenieras, abogadas, economistas, políticas, etcétera, pero esto no ha quedado solo ahí, sino que hasta en profesiones que antes parecían exclusivas del hombre, ahora ellas son las que juegan un papel protagónico y tal es el caso de que ahora tenemos mujeres: taxistas, carpinteras, policías, árbitros de fútbol, medallistas olímpicas, futbolistas, atletas.

Sin embargo, el porcentaje de mujeres que han logrado educarse y preparase para obtener un título profesional, aún es muy reducido. La mujer mexicana es un ser con amplio potencial que, lamentablemente, ha sido desaprovechado por mucho tiempo.

Hoy, tenemos que dar un reconocimiento a cada mujer mexicana, ya que se ha dado tiempo para sobresalir en actividades profesionales venciendo dos barreras principales: primero la mentalidad del hombre mexicano, y por otra parte el compromiso fundamental que tiene como madre.

El papel de madre, indispensable en cualquier rincón de nuestro país, merece mención especial, ya que son ellas las encargadas en gran parte de educar a los hijos, de forjar a los mexicanos del mañana, de hacerlos personas honestas, trabajadoras y provechosas para la sociedad.

La mujer mexicana ha desarrollado esta función a lo largo del tiempo con mucha responsabilidad, sin embargo, sería mucho mejor si la mayor parte de nuestras mujeres tuviera un grado escolar mínimo de preparatoria, al margen de cualquier éxito profesional, tendríamos un México mejor, ya que tendría una mayor facilidad para comunicarse con sus descendientes; podría hablar libremente de temas rodeados por muchos tabúes, como son: la sexualidad, el aborto, la violencia, adicciones. También los podría orientar de una manera adecuada con respecto a esos temas y por ende, los índices de embarazos no deseados, abortos, madres solteras, alcoholismo, drogadicción, prostitución, maltrato infantil, maltrato a la mujer, delincuencia, corrupción o vandalismo disminuirían drásticamente.

Así, se puede observar que la educación y la preparación de la mujer mexicana traen amplios beneficios que ayudan al progreso de nuestro país.

El gobierno mexicano tiene un verdadero compromiso con la mujer, tiene que agotar todos los medios posibles para brindar a cada mujer el privilegio de poder estudiar una carrera universitaria si así lo desea, que las escuelas y universidades no sean “fábricas de profesionistas desempleados”, sino mexicanos preparados y comprometidos con el progreso de la Nación; debe ofrecer también un campo de trabajo amplio, abrir todas esas puertas que desafortunadamente durante años han permanecido cerradas para ellas. Hay tiempo y es tiempo para hacerlo, pero dejar toda esa gran responsabilidad para unas cuantas personas en el poder es demasiado egoísta de nuestra parte, mejor debemos tomar conciencia del trabajo que la mujer mexicana ha venido realizando y abrir nuestras puertas, cambiar nuestra mentalidad y trabajar en armonía con ellas, no verlas como rivales de profesión, sino como el complemento perfecto, el cómplice que necesitamos para sacar a nuestro querido país de una buena vez adelante, de dar ese pequeño gran salto para pasar de ser una Nación en vías de desarrollo al país líder que queremos ser en el plano internacional.

Tengo la esperanza de que nuestro gobierno y todos los venideros harán las cosas correctamente; realizar todos estos cambios en tan sólo 20 años |no es suficiente para corregir todos los errores que se han cometido durante siglos, pero un buen inicio sería cambiar nuestra mentalidad cooperando mutuamente y apoyando a la mujer mexicana para que se desarrolle con éxito en cualquier oficio o profesión, claro está, sin descuidar su labor fundamental como madre.

Vaya, pues, en el marco del Día Internacional de la Mujer un reconocimiento y admiración para todas las mujeres mexicanas que ante la adversidad han permanecido en pie de lucha, firmes e incansables.

“Si cada individuo que conforma un país tuviera la paciencia del viejo, la honestidad del niño, la valentía del joven, la persistencia de la mujer, la fuerza del padre, la sabiduría del maestro, la dulzura, humildad y responsabilidad de la madre; simplemente sería el país perfecto. Desafortunadamente esto es imposible y, por ende, todos debemos trabajar en armonía para hacer que una nación progrese”.

* Segundo lugar nacional en el concurso de ensayo: Mujer y Educación, convocado por el Instituto Nacional de Mujeres (INM) y el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve).