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Mujer y educación
Entes fundamentales para
el progreso de nuestra nación
Alonso Cruz Hernández* (Facultad de Medicina
Ciudad Mendoza) (Última parte)
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Hoy,
las mujeres mexicanas han ido ganando un espacio en todos los ámbitos
de nuestra sociedad, hoy, la voz de la mujer es fuerte, importante
y demanda mayores oportunidades para desarrollarse como una persona
autosuficiente que no se encuentre nunca más bajo ese pesado
yugo de la |
dependencia,
que le indica que el hombre es el único que tiene derecho a
estudiar y superarse para sacar adelante a su familia.
No es fácil, requiere trabajo, empeño, sacrificio y
persistencia; pero ellas han hecho todo eso y aun más demostrando
al hombre, que ese machismo que durante años ha
tenido, con su afán malsano de tratar de reprimirlas, de marginarlas
a las labores del hogar, despojarlas de toda opinión y punto
de vista ya no puede continuar. La mujer surge hoy, en el siglo XXI
con una fuerza impresionante como nunca se había visto, hoy
brilla en todos los sentidos, en todos los ámbitos y basta
con decir que tenemos mujeres en la cúspide de todas las profesiones
excelentes médicos, ingenieras, abogadas, economistas, políticas,
etcétera, pero esto no ha quedado solo ahí, sino que
hasta en profesiones que antes parecían exclusivas del hombre,
ahora ellas son las que juegan un papel protagónico y tal es
el caso de que ahora tenemos mujeres: taxistas, carpinteras, policías,
árbitros de fútbol, medallistas olímpicas, futbolistas,
atletas.
Sin embargo, el porcentaje de mujeres que han logrado educarse y preparase
para obtener un título profesional, aún es muy reducido.
La mujer mexicana es un ser con amplio potencial que, lamentablemente,
ha sido desaprovechado por mucho tiempo.
Hoy, tenemos que dar un reconocimiento a cada mujer mexicana, ya que
se ha dado tiempo para sobresalir en actividades profesionales venciendo
dos barreras principales: primero la mentalidad del hombre mexicano,
y por otra parte el compromiso fundamental que tiene como madre.
El papel de madre, indispensable en cualquier rincón de nuestro
país, merece mención especial, ya que son ellas las
encargadas en gran parte de educar a los hijos, de forjar a los mexicanos
del mañana, de hacerlos personas honestas, trabajadoras y provechosas
para la sociedad.
La mujer mexicana ha desarrollado esta función a lo largo del
tiempo con mucha responsabilidad, sin embargo, sería mucho
mejor si la mayor parte de nuestras mujeres tuviera un grado escolar
mínimo de preparatoria, al margen de cualquier éxito
profesional, tendríamos un México mejor, ya que tendría
una mayor facilidad para comunicarse con sus descendientes; podría
hablar libremente de temas rodeados por muchos tabúes, como
son: la sexualidad, el aborto, la violencia, adicciones. También
los podría orientar de una manera adecuada con respecto a esos
temas y por ende, los índices de embarazos no deseados, abortos,
madres solteras, alcoholismo, drogadicción, prostitución,
maltrato infantil, maltrato a la mujer, delincuencia, corrupción
o vandalismo disminuirían drásticamente.
Así, se puede observar que la educación y la preparación
de la mujer mexicana traen amplios beneficios que ayudan al progreso
de nuestro país.
El gobierno mexicano tiene un verdadero compromiso con la mujer, tiene
que agotar todos los medios posibles para brindar a cada mujer el
privilegio de poder estudiar una carrera universitaria si así
lo desea, que las escuelas y universidades no sean fábricas
de profesionistas desempleados, sino mexicanos preparados y
comprometidos con el progreso de la Nación; debe ofrecer también
un campo de trabajo amplio, abrir todas esas puertas que desafortunadamente
durante años han permanecido cerradas para ellas. Hay tiempo
y es tiempo para hacerlo, pero dejar toda esa gran responsabilidad
para unas cuantas personas en el poder es demasiado egoísta
de nuestra parte, mejor debemos tomar conciencia del trabajo que la
mujer mexicana ha venido realizando y abrir nuestras puertas, cambiar
nuestra mentalidad y trabajar en armonía con ellas, no verlas
como rivales de profesión, sino como el complemento perfecto,
el cómplice que necesitamos para sacar a nuestro querido país
de una buena vez adelante, de dar ese pequeño gran salto para
pasar de ser una Nación en vías de desarrollo al país
líder que queremos ser en el plano internacional.
Tengo la esperanza de que nuestro gobierno y todos los venideros harán
las cosas correctamente; realizar todos estos cambios en tan sólo
20 años |no es suficiente para corregir todos los errores que
se han cometido durante siglos, pero un buen inicio sería cambiar
nuestra mentalidad cooperando mutuamente y apoyando a la mujer mexicana
para que se desarrolle con éxito en cualquier oficio o profesión,
claro está, sin descuidar su labor fundamental como madre.
Vaya, pues, en el marco del Día Internacional de la Mujer un
reconocimiento y admiración para todas las mujeres mexicanas
que ante la adversidad han permanecido en pie de lucha, firmes e incansables.
Si cada individuo que conforma un país tuviera la paciencia
del viejo, la honestidad del niño, la valentía del joven,
la persistencia de la mujer, la fuerza del padre, la sabiduría
del maestro, la dulzura, humildad y responsabilidad de la madre; simplemente
sería el país perfecto. Desafortunadamente esto es imposible
y, por ende, todos debemos trabajar en armonía para hacer que
una nación progrese.
* Segundo lugar nacional en el concurso de ensayo:
Mujer y Educación, convocado por el Instituto Nacional de Mujeres
(INM) y el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve). |
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