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La
deforestación es una de las causas principales del aumento
del riesgo
Crece vulnerabilidad socioambiental
en las grandes montañas de Veracruz
José Luis Blanco Rosas*
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Las
actuales lluvias han puesto al descubierto la creciente vulnerabilidad
de las más grandes montañas del Veracruz central. Las
obras de modernización y la deforestación de las estribaciones
del Pico de Orizaba han impactado fuertemente a la zona alta de la
conurbación del corredor industrial de Córdoba, Fortín,
Ixtaczotitlán, Orizaba, Río Blanco, Nogales y Ciudad
Mendoza.
Esta zona montañosa es una de la más densamente pobladas
e industrializadas de Veracruz. En ausencia de algún ordenamiento
ecológico para el uso territorial del estado de Veracruz, su
población se hace más vulnerable ante las ciclos estaciónales.
Esto nos obliga a pensar en un uso más racional y ecológico
de las zonas de montaña y laderas de nuestra entidad.
La deforestación de la zona, la construcción de modernas
autopistas, la inserción de gasoductos y oleoductos, la instalación
de grandes industrias y el aumento de la mancha urbana han perturbado
tremendamente una de las zonas con mayor precipitación pluvial
del estado. El modelo de desarrollo ha hecho crisis con las actuales
lluvias en que algunos cauces se han desbordado y han provocado el
desmoronamiento de grandes bloques de tierra de la montaña
que han provocado avalanchas de lodo sobre carreteras y zonas urbanas.
La crisis socio-ambiental en la región se ha hecho patente
con dos accidentes que han merecido la atención nacional y
mundial: primero, la barrancada del Río Chiquito en el municipio
de Nogales el 5 de junio, que ha afectado a la parte norte del corredor
conurbano. El desplome de tierra, piedras, agua y lodo de las partes
altas hacía zonas más bajas y el valle no sólo
afectó a los pobladores de Ciudad Mendoza y Nogales, sino también
a las colonias de Córdoba y Orizaba que habían empezado
a recibir agua de un acueducto de Nogales y que había sido
motivo de conflicto social por el uso y manejo de recursos.
Segundo, la explosión de un oleoducto de Pemex que,
debido a la falta de mantenimiento y seguridad adecuada, se convierte
en uno de los motivos de mayor riesgo en la zona. El estallamiento
ha llevado a la catástrofe a cientos de habitantes de Balastrera,
poblado situado sobre la autopista Córdoba-México, situado
a unos cinco kilómetros al norte de Ciudad Mendoza. |
No hay cultura
ni políticas efectivas de prevención de desastres
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Miles
de familias se han visto afectadas directa e indirectamente en esta
región. Esta zona lluviosa de bosque de pino de Veracruz,
antes sinónimo de desarrollo, tranquilidad y seguridad, se
ha convertido en un área de alta vulnerabilidad. Las antes
benéficas aguas alegres de la región se han convertido
en un gran riesgo hoy. Los suelos montañosos antes capaces
de retener las altas precipitaciones de la zona y convertirlas en
vegetación, mantos freáticos y manantiales de agua
cristalina; ahora se precipitan furiosamente sobre las partes bajas
y el valle urbano industrial en forma de ríos de lodo.
El mal aprovechamiento de los recursos de los terrenos de ladera
y la falta de un ordenamiento ecológico en las políticas
de Estado está cobrando sus víctimas y llevando al
colapso a una de las zonas económicas más importantes
del estado.
Los fenómenos naturales no son el único riesgo en
la zona, son sobre todo las instalaciones industriales las que mayor
riesgo implican para la población. Un ejemplo, lo que sucedió
hace 12 años en Córdoba con la explosión de
la planta de Agricultura Nacional de Veracruz, SA (Anaversa),
que trajo riesgos no reconocidos por el estado, incluso las mismas
autoridades de Salud nunca reconocieron la existencia de dioxinas
(que provoca daños genéticos y fuertes trastornos
crónicos de salud) después de la explosión.
Uno de los riesgos industriales más graves son ahora los
ductos de Pemex, cuyo ejemplo más fiel fue la explosión
del oleoducto en Balastrera. Estos han convertido a esta población
del municipio de Nogales en foco de atención y observación
nacional.
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¿Quién
pagará la mayor parte de los cuantiosos costos de esta catástrofe?
Seguramente los más pobres, a quienes ni siquiera les reconocerán
todos los daños sufridos: ni los muertos, ni los enfermos,
ni las propiedades, ni su tranquilidad. A estas catástrofes,
los funcionarios públicos, las han calificado de naturales
y hasta de castigos divinos, cuando en realidad son
producto de las políticas públicas y de la explotación
irracional de los recursos por los intereses económicos.
Lo que queda claro es que ni el Gobierno Federal, ni el Estatal
cuentan con una política de prevención del riesgo.
El mismo secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano
Guzmán, calificó de alarmista a un reportero de televisión
que anunciaba una catástrofe frente al acueducto de Nogales,
antes del rompimiento del acueducto frente a la autopista. Un funcionario
de Pemex aseveró ante los medios, que al único
que se podía culpar era a Dios, por haber enviado tanta agua.
Con estas interpretaciones premodernas no llegaremos a una cultura
de la prevención.
Las asociaciones y los grupos de jóvenes de la región
son los que en primera instancia y en forma desinteresada han estado
apoyando sin hacer ruido a los damnificados y recolectar víveres,
ropa y otros elementos para apoyarlos.
Por su parte la uv, dentro de los cambios que está dando
para enfrentar los riesgos del futuro catastrófico, ofrece
en el plan de estudios de la Facultad de Sociología, elementos
para la planeación y manejo del riesgo ambiental en su especialidad
Sociología del Medio Ambiente y del Territorio, que incluye
la materia Sociología del Riesgo y del Conflicto Ambiental.
La formación académica tiene como objetivo formar
estudiantes que tengan elementos teóricos y metodológicos
para coadyuvar en la generación de políticas de ordenamiento
ecológico y planeación del riesgo ambiental.
* Maestro en Sociología, doctorante en
Antropología social (UIA), profesor de la especialidad de
Sociología del Medio Ambiente y el Territorio, Facultad de
Sociología del sea. Coordinador del Cuerpo Académico
de Estudios socioeconómicos, políticos y culturales
de Veracruz.
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