Año 3 • No. 106 • junio 6 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
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La deforestación es una de las causas principales del aumento del riesgo
Crece vulnerabilidad socioambiental
en las grandes montañas de Veracruz
José Luis Blanco Rosas*
Las actuales lluvias han puesto al descubierto la creciente vulnerabilidad de las más grandes montañas del Veracruz central. Las obras de modernización y la deforestación de las estribaciones del Pico de Orizaba han impactado fuertemente a la zona alta de la conurbación del corredor industrial de Córdoba, Fortín, Ixtaczotitlán, Orizaba, Río Blanco, Nogales y Ciudad Mendoza.

Esta zona montañosa es una de la más densamente pobladas e industrializadas de Veracruz. En ausencia de algún ordenamiento ecológico para el uso territorial del estado de Veracruz, su población se hace más vulnerable ante las ciclos estaciónales. Esto nos obliga a pensar en un uso más racional y ecológico de las zonas de montaña y laderas de nuestra entidad.

La deforestación de la zona, la construcción de modernas autopistas, la inserción de gasoductos y oleoductos, la instalación de grandes industrias y el aumento de la mancha urbana han perturbado tremendamente una de las zonas con mayor precipitación pluvial del estado. El modelo de desarrollo ha hecho crisis con las actuales lluvias en que algunos cauces se han desbordado y han provocado el desmoronamiento de grandes bloques de tierra de la montaña que han provocado avalanchas de lodo sobre carreteras y zonas urbanas.

La crisis socio-ambiental en la región se ha hecho patente con dos accidentes que han merecido la atención nacional y mundial: primero, la barrancada del Río Chiquito en el municipio de Nogales el 5 de junio, que ha afectado a la parte norte del corredor conurbano. El desplome de tierra, piedras, agua y lodo de las partes altas hacía zonas más bajas y el valle no sólo afectó a los pobladores de Ciudad Mendoza y Nogales, sino también a las colonias de Córdoba y Orizaba que habían empezado a recibir agua de un acueducto de Nogales y que había sido motivo de conflicto social por el uso y manejo de recursos.

Segundo, la explosión de un oleoducto de Pemex que, debido a la falta de mantenimiento y seguridad adecuada, se convierte en uno de los motivos de mayor riesgo en la zona. El estallamiento ha llevado a la catástrofe a cientos de habitantes de Balastrera, poblado situado sobre la autopista Córdoba-México, situado a unos cinco kilómetros al norte de Ciudad Mendoza.
No hay cultura ni políticas efectivas de prevención de desastres
Miles de familias se han visto afectadas directa e indirectamente en esta región. Esta zona lluviosa de bosque de pino de Veracruz, antes sinónimo de desarrollo, tranquilidad y seguridad, se ha convertido en un área de alta vulnerabilidad. Las antes benéficas aguas alegres de la región se han convertido en un gran riesgo hoy. Los suelos montañosos antes capaces de retener las altas precipitaciones de la zona y convertirlas en vegetación, mantos freáticos y manantiales de agua cristalina; ahora se precipitan furiosamente sobre las partes bajas y el valle urbano industrial en forma de ríos de lodo.

El mal aprovechamiento de los recursos de los terrenos de ladera y la falta de un ordenamiento ecológico en las políticas de Estado está cobrando sus víctimas y llevando al colapso a una de las zonas económicas más importantes del estado.
Los fenómenos naturales no son el único riesgo en la zona, son sobre todo las instalaciones industriales las que mayor riesgo implican para la población. Un ejemplo, lo que sucedió hace 12 años en Córdoba con la explosión de la planta de Agricultura Nacional de Veracruz, SA (Anaversa), que trajo riesgos no reconocidos por el estado, incluso las mismas autoridades de Salud nunca reconocieron la existencia de dioxinas (que provoca daños genéticos y fuertes trastornos crónicos de salud) después de la explosión.

Uno de los riesgos industriales más graves son ahora los ductos de Pemex, cuyo ejemplo más fiel fue la explosión del oleoducto en Balastrera. Estos han convertido a esta población del municipio de Nogales en foco de atención y observación nacional.
¿Quién pagará la mayor parte de los cuantiosos costos de esta catástrofe? Seguramente los más pobres, a quienes ni siquiera les reconocerán todos los daños sufridos: ni los muertos, ni los enfermos, ni las propiedades, ni su tranquilidad. A estas catástrofes, los funcionarios públicos, las han calificado de “naturales” y hasta de “castigos divinos”, cuando en realidad son producto de las políticas públicas y de la explotación irracional de los recursos por los intereses económicos.

Lo que queda claro es que ni el Gobierno Federal, ni el Estatal cuentan con una política de prevención del riesgo. El mismo secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano Guzmán, calificó de alarmista a un reportero de televisión que anunciaba una catástrofe frente al acueducto de Nogales, antes del rompimiento del acueducto frente a la autopista. Un funcionario de Pemex aseveró ante los medios, que al único que se podía culpar era a Dios, por haber enviado tanta agua. Con estas interpretaciones premodernas no llegaremos a una cultura de la prevención.
Las asociaciones y los grupos de jóvenes de la región son los que en primera instancia y en forma desinteresada han estado apoyando sin hacer ruido a los damnificados y recolectar víveres, ropa y otros elementos para apoyarlos.

Por su parte la uv, dentro de los cambios que está dando para enfrentar los riesgos del futuro catastrófico, ofrece en el plan de estudios de la Facultad de Sociología, elementos para la planeación y manejo del riesgo ambiental en su especialidad Sociología del Medio Ambiente y del Territorio, que incluye la materia Sociología del Riesgo y del Conflicto Ambiental. La formación académica tiene como objetivo formar estudiantes que tengan elementos teóricos y metodológicos para coadyuvar en la generación de políticas de ordenamiento ecológico y planeación del riesgo ambiental.

* Maestro en Sociología, doctorante en Antropología social (UIA), profesor de la especialidad de Sociología del Medio Ambiente y el Territorio, Facultad de Sociología del sea. Coordinador del Cuerpo Académico de Estudios socioeconómicos, políticos y culturales de Veracruz.