Una instancia
educativa es buena si expresa los valores que le dieron origen y
si es equivalente a la imagen objetivo que comparte una comunidad
institucional. Y un aspecto importante para reforzar estas ideas
es la evaluación educativa, a la cual le hace falta socializar
sus características, procedimientos, ventajas y limitaciones.
Este es un planteamiento desarrollado por Carmen Carrión
Carranza, académica visitante de la maestría en Educación
de la Facultad de Pedagogía, en el libro Valores y principios
para evaluar la educación, presentado recientemente en el
auditorio Jesús Morales Humanidades, en la clausura
del Primer Foro Interinstitucional de tesistas de la maestría
en Educación.
La presentación que estuvo presidida por viejos amigos de
la autora tuvo como marco principal la pertinencia de la evaluación
y sus implicaciones tanto en el contexto educativo como político.
La coordinadora de la maestría en Educación, Elvia
Dolores Castillo comentó en su presentación que el
evaluador siempre está en la tablita, pues son
muchas fuerzas en torno a su práctica. Los pedagogos tienen
un gran compromiso en esta materia que, afirmó, es una práctica
muy compleja.
El texto editado en 2001 por Paidos Educador, propone asumir
a la evaluación desde un paradigma heurístico, con
lo que Ricardo Mercado del Collado, director de la Universidad Veracruzana
Virtual y amigo desde hace muchos de la autora, coincidió.
El funcionario afirmó sin traspié que los planteamientos
de Carrión Carranza representan una enorme contribución
a la teoría y práctica de la evaluación.
Mercado, quien fuera compañero de banca en la licenciatura
en Psicología de Carrión, actual consultora del DIF
y de la Comisión de educación y cultura del Senado
de la República, confió a los presentes que en el
texto se evidencia una luz de cómo abordar la evaluación
y que de haber contado con este libro en los tiempos en que laboraba
en la sep, su trabajo hubiera sido más fácil y provechoso.
Al dirigirse a la autora expresó que su libro es oportuno.
Plantea conceptos que integran un cúmulo de saberes sobre
la evaluación y su devenir histórico, pero quizá
una de sus mayores contribuciones es la desmitificación que
haces de la neutralidad de los juicios. No hay juicio neutro, siempre
es el resultado de historias y concepciones de la realidad, si acaso
lo que importa es reconocer el valor de la inter subjetividad y
como tú bien dices: la construcción de la verdad socialmente
útil.
Ángeles González Hernández, egresada de la
maestría en Evaluación Institucional y ex alumna de
Carmen Carrión, comentó que la autora remarca que
la introducción de cambios en la educación es un problema
político más que científico o de conocimiento,
y asume que si hasta el momento las evaluaciones realizadas desde
modelos sistémicos y experimentalistas no han servido para
lograr cambios sustanciales en la educación, es porque en
pocas ocasiones dichos cambios se basan en la opinión y experiencia
de los protagonistas.
De este modo Carrión Carranza propone recuperar la
subjetividad de los sujetos de la evaluación e involucrarlos
en la toma de decisiones respecto a la necesidad de evaluar, cómo,
cuándo y desde dónde evaluar, así como en el
desarrollo y la aplicación de los procedimientos y en la
consecución y discusión del informe.
La también académica y asesora de tesis de la maestría
en Educación agregó que con una claridad excepcional
la autora ofrece una serie de pautas, principios, metodologías,
técnicas y consejos para el buen desarrollo de un proceso
evaluativo. Su mayor mérito es que ese conjunto de
elementos que nos ofrece como una guía son producto, además
de profundas lecturas, de su larga y rica experiencia como reconocida
evaluadora de las instituciones de educación superior, razón
por la cual se ha convertido en lectura obligada para los educadores
y aspirantes a evaluadores.
El I Foro Interinstitucional de tesistas de la maestría en
Educación dirigido a egresados y estudiantes de maestrías
en temáticas educativas, tuvo la participación de
ponentes de la UV y de la UPV.
El Foro estuvo enmarcado en el festejo del 50 aniversario de la
Facultad de Pedagogía.
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