Año 3 • No. 106 • junio 16 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
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Biosistemática, alternativa para
aprovechar recursos maderables
Ricardo Luna
Dentro de las líneas que sigue la Dirección General de Investigaciones de la Universidad Veracruzana, sobresale la que actualmente coordina el Instituto de Genética Forestal (IGF), cuyo departamento de Biosistemática concentra esfuerzos a fin de desarrollar trabajos que ayuden a determinar la base genética de la variación morfológica, anatómica, fenológica y fisiológica de poblaciones de especies forestales que sirven de base para el mejoramiento genético y biotecnología. Los estudios de tal índole son necesarios ya que, a raíz de los cambios que han causado variación en las especies de árboles forestales, se debe cuantificar sus diferencias para establecer la pertinencia de conservación y estrategia de explotación, apuntó Lilia del Carmen Mendizábal Hernández, investigadora del IGF.

Lilia del Carmen Mendizábal Hernández, investigadora del Instituto de Genética Forestal.
Dijo que la biosistemática sugiere conocer cómo varía un árbol con otro, una población con otra, el tamaño de las acículas (hojas) entre individuos de una misma especie y la variación de las semillas.

Este tipo de investigaciones se realiza en toda la República Mexicana, y en el estado de Veracruz se hace con los pinos que habitan su geografía, la de otros estados e incluso la de América Central. Su objetivo, acotó Mendizábal Hernández, consiste en saber la variación para determinar la función de las especies y, como parte del mejoramiento, cuáles pueden tener mayor capacidad de producción de madera. “En suma, conocer a través del germoplasma (semillas) el vigor de los árboles y seleccionar a los mejores para establecer ensayos en campo como parte del mejoramiento genético”.

Agregó que, de igual manera, dicha línea establece la conservación de los bosques, ya que al mejorar genéticamente a una especie se podrá aprovechar los recursos sin causar deterioro. “Para regenerar los bosques y formar plantaciones que tengan óptimos rendimientos, primero debemos conocer lo que guardan nuestras plantas y las especies en nuestro país y en las regiones”, puntualizó.
Mendizábal Hernández indicó que estos ensayos genéticos en Veracruz se realizan desde que se conformó el IGF, en 1984, desde el nivel del mar hasta el Cofre de Perote, a más de mil 400 metros sobre el nivel del mar.

Como parte de los trabajos, se han introducido procedencias de pinos de otros estados del país en las inmediaciones del instituto, y muchas se han adaptado lo suficiente como para ofrecer un rendimiento maderero bastante rentable. Para ello, los investigadores y alumnos de la maestría en Genética Forestal establecen convenios con las localidades que demandan mejorar su producción maderera a través de plantas experimentales producidas en los invernaderos del IGF.

Sin embargo, dijo que es un poco difícil establecer plantaciones en estos lugares, ya que le gente no se compromete mucho a cuidarlas debido al tiempo que se requiere para obtener beneficios. El interés viene de personas que poseen terrenos sin uso comercial y, por tanto, no se oponen a que personal del IGF transfiera esos conocimientos.

Así, se ha establecido plantaciones de pino, cedro, caoba y liquidámbar en San Juan del Monte, en las reservas de Perote y Orizaba, en Calculalpan, en la zona de Los Molinos de Perote, en Los Tuxtlas y en regiones aledañas a Xalapa, en el anexo del IGF y en el Instituto de Ecología.