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Biosistemática, alternativa para
aprovechar recursos maderables
Ricardo Luna
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Dentro
de las líneas que sigue la Dirección General de Investigaciones
de la Universidad Veracruzana, sobresale la que actualmente coordina
el Instituto de Genética Forestal (IGF), cuyo departamento
de Biosistemática concentra esfuerzos a fin de desarrollar
trabajos que ayuden a determinar la base genética de la variación
morfológica, anatómica, fenológica y fisiológica
de poblaciones de especies forestales que sirven de base para el mejoramiento
genético y biotecnología. Los estudios de tal índole
son necesarios ya que, a raíz de los cambios que han causado
variación en las especies de árboles forestales, se
debe cuantificar sus diferencias para establecer la pertinencia de
conservación y estrategia de explotación, apuntó
Lilia del Carmen Mendizábal Hernández, investigadora
del IGF.
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![](images/Lilia%20del%20Carmen.gif)
Lilia
del Carmen Mendizábal Hernández, investigadora del Instituto
de Genética Forestal. |
Dijo
que la biosistemática sugiere conocer cómo varía
un árbol con otro, una población con otra, el tamaño
de las acículas (hojas) entre individuos de una misma especie
y la variación de las semillas.
Este tipo de investigaciones se realiza en toda la República
Mexicana, y en el estado de Veracruz se hace con los pinos que habitan
su geografía, la de otros estados e incluso la de América
Central. Su objetivo, acotó Mendizábal Hernández,
consiste en saber la variación para determinar la función
de las especies y, como parte del mejoramiento, cuáles pueden
tener mayor capacidad de producción de madera. En suma,
conocer a través del germoplasma (semillas) el vigor de los
árboles y seleccionar a los mejores para establecer ensayos
en campo como parte del mejoramiento genético.
Agregó que, de igual manera, dicha línea establece la
conservación de los bosques, ya que al mejorar genéticamente
a una especie se podrá aprovechar los recursos sin causar deterioro.
Para regenerar los bosques y formar plantaciones que tengan
óptimos rendimientos, primero debemos conocer lo que guardan
nuestras plantas y las especies en nuestro país y en las regiones,
puntualizó.
Mendizábal Hernández indicó que estos ensayos
genéticos en Veracruz se realizan desde que se conformó
el IGF, en 1984, desde el nivel del mar hasta el Cofre de Perote,
a más de mil 400 metros sobre el nivel del mar.
Como parte de los trabajos, se han introducido procedencias de pinos
de otros estados del país en las inmediaciones del instituto,
y muchas se han adaptado lo suficiente como para ofrecer un rendimiento
maderero bastante rentable. Para ello, los investigadores y alumnos
de la maestría en Genética Forestal establecen convenios
con las localidades que demandan mejorar su producción maderera
a través de plantas experimentales producidas en los invernaderos
del IGF.
Sin embargo, dijo que es un poco difícil establecer plantaciones
en estos lugares, ya que le gente no se compromete mucho a cuidarlas
debido al tiempo que se requiere para obtener beneficios. El interés
viene de personas que poseen terrenos sin uso comercial y, por tanto,
no se oponen a que personal del IGF transfiera esos conocimientos.
Así, se ha establecido plantaciones de pino, cedro, caoba y
liquidámbar en San Juan del Monte, en las reservas de Perote
y Orizaba, en Calculalpan, en la zona de Los Molinos de Perote, en
Los Tuxtlas y en regiones aledañas a Xalapa, en el anexo del
IGF y en el Instituto de Ecología. |
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