Año 3 • No. 107 • junio 23 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 
Información General

 Reg. Poza Rica-Tuxpan
 
 Date Vuelo

 Arte Universitario
 
 
Observatorio
 de la Ciencia

 Inter Nautas

 Halcones al Vuelo

 
Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

Los negros
Ejemplo de denuncia antirracista
Gina Sotelo

“Dios es blanco; desde hace dos mil años come sobre su mantel blanco, con un tenedor blanco y se limpia la boca blanca con una servilleta blanca”, escribió Jean Genet hace casi medio siglo en Los negros, farsa violenta opuesta a la segregación.

Con un reparto de primera, integrado en su mayoría por actores negros, dentro del
Junio Musical 2003 se presentó la subversiva puesta en escena Los negros este miércoles 17 de junio en la Sala Chica del Teatro del Estado, que resultó insuficiente para albergar la gran cantidad de público.

La obra inicia con un escenario en cuyo centro se ve un féretro blanco, rodeado por blanquísimas rosas y azucenas que contrastan con las pieles de ébano (reales o embetunadas) de los actores, quienes bailan al ritmo erótico de los tambores africanos y las tenues notas de un teclado.

Ellos parecen felices, pero están asustados, molestos tal vez… el odio refulge en sus miradas. Archibald (Ernesto Yáñez) se dirigió así al público: “Nos embelleceremos para gustarles, a ustedes que son blancos y espectadores” e, irónico, agregó: “Actuaremos para ustedes”. Y así, comienza la perorata con rencor ancestral de un montón de “bembones” que gritan sin pudor: “¡Matamos a una blanca!”
La representación, al más puro estilo de los sacrificios rituales, se plantea como una trasgresión al teatro clásico. Negros con rostros blancos, y negros de “trágico color” multiplican y alargan sus suspiros en un solemne funeral que encapsula en un escenario el lazo indisoluble amor-odio de los de piel obscura por una raza “blancuzca e inodora, que no es blanca, sino rosada o amarillenta”.

Un juez, una reina a lo drag, un sirviente, un misionero y un gobernador juzgarán el atroz e imperdonable crimen que “en lo negro de la noche” han cometido los negros de “lengua rosada”, quienes se atreven a pedir igualdad de derechos e incluso proponen inventar una ostia negra o de perdida gris: “Negra de un lado y blanca del otro”.

Los negros es una obra compleja que retrata la tensión sinfín entre los negros y los blancos, reflejo quizá de la diferencia entre dos continentes. Una blanca Europa que huele a decadencia, pero que aún conserva rastros de belleza, y una negrísima África que se yergue orgullosa y bulliciosa de vida.

Dirigida por el productor, dramaturgo y actor de cine chiapaneco José Luis Cruz, con escenografía de Gilberto Aceves Navarro.

Sobre Jean Genet
Genet (París, 1919) fue abandonado por su madre, motivo que lo obliga a vivir entre orfanatos y correccionales. Destacan de sus obras Nuestra señora de las flores (1944), El milagro de la rosa (1946), Pompas fúnebres, Querella de Brest (1947) y Diario de un ladrón (1949).

Jean Genet no es un autor fácil de representar; su pasado marca su estilo complejo. En la cárcel escribió sus mejores textos entre ladrones, asesinos, vagos, homosexuales y pederastas, a quienes inmortalizó como personajes centrales de su lírica.