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Arquitectos
¿técnicos o humanistas?
La vivienda, mucho más que una construcción
Edith Escalón
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Tradicionalmente,
la arquitectura se ha clasificado en la universidades como una carrera
del área técnica, algo que parece lógico si pensamos
en las habilidades y conocimientos que un arquitecto debe manejar,
en todo caso, se considera como una profesión ligada a lo artístico,
por aquello de la creatividad en el diseño, sin embargo, pocas
veces se le ha dado un enfoque social.
De cualquier forma, la arquitectura está íntimamente
vinculada a lo humano y a lo social, o debería de estarlo,
pues una vivienda es mucho más que una construcción,
es un proyecto de vida, un producto cultural además de tecnológico
y un símbolo que podemos decodificar, o lo fue en algún
tiempo, antes |
de
que se popularizara la vivienda estándar de interés
social.
Esta visión es la que Horacio Albalat propone retomar. Él
estudió Arquitectura en Argentina, ha trabajado en México
desarrollando y difundiendo alternativas sustentables para la vivienda
urbana y rural, y recientemente participó como instructor de
uno de los módulos del diplomado Arquitectura y medio ambiente
que la Facultad de Arquitectura de la UV imparte.
La casa es siempre una necesidad vital, aseguró el arquitecto,
pero va mucho más allá de lo estrictamente tecnológico:
todas las implicaciones de crear un lugar donde vivir que cumpla
las expectativas de su propietario desde lo caprichoso hasta
lo técnicamente necesario nos demuestra la necesidad
de que el arquitecto, igual que otros profesionistas, tenga una formación
humanística más sólida que influya en sus actividades
futuras. |
Los arquitectos
también podemos y debemos preservar el medio ambiente
desde nuestras trincheras: Albalat
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Y
es que según dice Albalat, los arquitectos a veces no reflexionan
cómo es la persona que va a habitar esa vivienda, lo que le
puede gustar o disgustar, o los usos que le dará a cada espacio,
por eso terminan haciendo lo más extravagante o grandes esculturas
vivibles en donde finalmente el dueño se siente
ajeno.
Este problema se agudiza en las viviendas de interés social
donde todas las casas son iguales, independientemente de dónde
se encuentren, como si todas las familias fueran iguales, o como si
todas las condiciones climáticas, geográficas, culturales,
económicas o sociales fueran iguales.
Considerando esos extremos es que Albalat propone retomar de manera
más decidida la visión humanística en la arquitectura,
una que contemple las diferencias en todos estos factores, contrario
a lo que paradójicamente sucede: que la arquitectura social
tiende a la arquitectura deshumanizada y descontextualizada: Tampoco
siento que sea fácil resolverlo, pero creo que es un desafío
que como arquitectos y urbanistas debemos resolver, afirmó
convencido. |
La comodidad
y el consumismo han cambiado
las prácticas arquitectónicas
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Como
explicó el arquitecto, lo mismo sucede con la naturaleza. Por
ejemplo, un multifamiliar tiene las mismas características
en Veracruz, en Chihuahua, o en Toluca, obligando a las personas a
usar ventiladores (con el consecuente gasto de energía) si
hace calor, calefactores si hace frío, iluminación extra
si tienen ventanas pequeñas o si la ciudad normalmente tiene
poca luz.
De hecho las cuestiones relacionadas con la adaptación al clima,
la ventilación o la calefacción en otras circunstancias
se solucionaban a través de la misma arquitectura: Los
techos altos, las ventilaciones naturales, los aleros grandes o claraboyas
funcionaron tradicionalmente para contrarrestar estos factores, pero
la comodidad y el consumismo han cambiado nuestras prácticas.
Parte del conocimiento que Albalat transmitió a los arquitectos
que participan en el diplomado se relaciona con esas prácticas
que aprovechan desde la arquitectura los recursos naturales (agua,
luminosidad, ventilación, calefacción o energía)
y que permiten al profesionista proponer diseños creativos
ecológicos y sustentables: Esta perspectiva nos deja
muy claro que desde nuestra trinchera también podemos y debemos
preservar el medio ambiente.
En la UV, el programa de estudios de la licenciatura incluye algunas
materias relacionadas con el área humanística, por ejemplo
el curso I y II de Antropología social, que llevan en los primeros
semestres, o el taller de diagnóstico comunitario; aunque la
visión humanística en la arquitectura, según
esta propuesta, debe ser más profunda. |
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