|
|
|
Expresión
trasgresora
de la estética emergente
Gina Sotelo |
Por
más esfuerzos que hacen las familias e instituciones para mantener
las fachadas de las casas y edificios limpios de grafitos, esta expresión
se ha multiplicado en todas las urbes del mundo. Y, si bien esas grandes
pinturas fugaces resultan a veces muy molestas para la sociedad, son
valiosas culturalmente y, en algunos casos, grandes obras artísticas
tan anónimas como efímeras.
“Los elementos plásticos del graffiti” fue
el título de la conferencia que el historiador y crítico
Julio César Martínez ofreció este miércoles
16 de julio en El Ágora de la Ciudad, en la que, al abordar
la evolución del graffiti y sus valores artísticos,
mencionó que deduce fundamentalmente dos: “Uno –y
el principal– consiste en su carácter trasgresor; el otro
es que se trata de una expresión que le podríamos titular
como estética emergente”.
Para el maestro de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad
Veracruzana, esto no necesariamente significa que el autor del graffiti
deba tener una formación académica. En muchas ocasiones
es una persona común y corriente que posee ciertas aptitudes
o talento para el manejo de los instrumentos pictóricos o del
dibujo y con una gran necesidad de expresarse. |
Julios
César Martínez.
|
Los
grafitos, según la historia, nacen como forma de manifestación
espontánea de cualquier tipo de persona que escribía
un mensaje o elaboraba algo pictórico encima de otro, normalmente
hecho por algún imperio, aristocracia o tiranía. La
gente llegaba, visitaba –y como también tenía
el deseo de trascendencia– lo que le movía era dejar
huella de su estancia.
Para Martínez, no se trataba entonces de una composición
complicada y, en tal sentido, el graffiti nace como una expresión
espontánea inmediata. “En el fondo es igual lo que mueve
a un tirano a mandarse a hacer un mausoleo y dejar a perpetuidad
su presencia en el mundo, como la necesidad de un hombre común
y corriente –sin los mismos recursos–, pero que igual
quiere dejar una huella de su paso por la tierra”. Con el tiempo,
el graffiti, sobre todo en la sociedad moderna, se fue convirtiendo
en algo más complejo.
Dijo que quienes realizan el graffiti principalmente son
personas marginadas que no cuentan con espacios para expresarse
y educarse plásticamente. “Actualmente hay una eclosión
y auge del graffiti porque la población – principalmente
juvenil– ha crecido bastante, no así los espacios, de
ahí que busquen crear los propios para manifestarse”.
|
|
Los
jóvenes–agregó– pintan sobre las esculturas
y murales de gente importante, pero a veces no lo hacen como una voluntad
de trasgresión, sino como producto de la ignorancia: “Al
desconocer su historia y su pasado, a veces trasgreden obras de importancia
capital para la ciudad sin saberlo”.
El graffiti, precisó Julio César Martínez,
definitivamente es arte: “Hay ‘grafiteros’ que han
ido de la expresión espontánea y efímera a la
elaboración compleja de imágenes, de personajes, de
composiciones donde se observa el manejo del escorzo; se observa también
el manejo de diferentes dimensiones a través de la geometrización
del espacio, creando movimiento rítmico en las paredes”.
Se trata de una especie de arte no elitista ni académico, pero
arte en tanto que tiene valores pictóricos y de dibujo. Tiene
valor estético porque tiene un concepto, una idea que quizá
no es compartida por todos, mas dentro de las artes nadie puede decir
que algo es mejor que otro, sino ubicar los valores adecuados.
En el caso de los grafiteros, la intención consiste en proponer
un mundo distinto al que están viviendo: “El colorido
y las imágenes en las paredes hablan de ello. Su mundo, con
toda seguridad, les parece plano, intrascendente y represivo”.
Para finalizar su intervención, Julio César Martínez
afirmó que a pesar del trabajo por embellecer el mundo de los
grafiteros o expresarse de manera libre, son alcanzados –a fin
de cuentas– por la realidad. “Y he ahí lo más
cruel y terrible de la vida, que llegas a un momento en que te das
cuenta de que la libertad no existe; de que la felicidad, no existe;
de que el amor no existe, que ese lo debes construir cotidianamente
y que se da a instantes”. |
|
|
|