Año 3 • No. 111 • julio 21 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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De luto, el soul, el son y la salsa


Celia Cruz.

Compay Segundo.

Barry White.
Barry White, Compay Segundo y Celia Cruz, exponentes indispensables de la música soul, el son cubano tradicional y la salsa respectivamente, fallecieron durante julio y la noticia de sus decesos ocupó parte importante del espacio en los medios de comunicación, además de que motivó múltiples demostraciones de admiración y lealtad por parte de sus seguidores.

El X Festival Afrocaribeño, organizado por el Ivec en el puerto jarocho, rendirá un homenaje a Compay Segundo y Celia Cruz, que fallecieron el domingo 13 de julio y el miércoles 16 del mismo mes, respectivamente.

“La Reina de la Salsa”
Caridad Cruz Alonso, nombre real de Celia Cruz fue lanzada a las grandes ligas de la música tropical por la Sonora Matancera de Rogelio Martínez.
Celia Cruz construyó una carrera que le valdría distinciones como el premio Grammy, y el reconocimiento internacional como la Reina de la Salsa, hasta que el cáncer cerebral segara su vida en Nueva Jersey el 16 de julio pasado.

Un caballero cubano hecho de son, tabaco y mujeres
Máximo Francisco Repilado Muñoz , mejor conocido como Compay Segundo, hasta el domingo 13 de julio de este año, había sido uno de los músicos cubanos que había llevado de nuevo el son al mundo al participar en Buena Vista Social Club.

Una insuficiencia renal fue la que dio al traste con una vida fabricada de son, tabaco, más de 100 canciones y, se dice, más de 50 mujeres enamoradas, pasiones todas reflejadas en sus nueve discos.

El galante lance de Barry White
Barry White murió el cuatro de julio, a los 58 años, en Los Ángeles, California, por insuficiencia renal provocada por una hipertensión arterial que lo había llevado desde septiembre de 2002 al hospital.

Junto a Love Unlimited Orchestra, Barry White llegó a merecer el mote de Maestro del Amor, pues más de una vez el público coronó una noche de baile con los Bee Gees, Village People y Gloria Gaynor, o de gran sensualidad con Donna Summer, mediante un lance galante con música de Barry White.