Año 3 • No. 111 • julio 21 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Embarazo gemelar:
esporádico y de alto riesgo
Edgar Onofre Fernández
En México, uno de cada 250 embarazos es gemelar o múltiple, es decir, existe más de un embrión y, para la medicina, está fuera de la normalidad y se considera dentro de aquellos que pueden ser considerados de alto riesgo. Además, la mortalidad en el parto es cuatro veces mayor que en los embarazos simples y puede implicar un detrimento en el desarrollo físico, mental y hasta parálisis cerebral.

Edith Rodríguez Romero, investigadora del Instituto de Salud Pública de la UV, añadió a los riesgos la posibilidad de que se induzca hipertensión arterial o que se agrave si ya existía en la madre, además del bajo del peso de los productos, con mayor riesgo de enfermedades, de infecciones, de dificultades para un adecuado crecimiento y desarrollo:

“Aún al terminar el embarazo, no tiene el peso normal porque el útero no aguanta y se desencadena el trabajo de parto antes. Generalmente un embarazo con bebé único se completa entre 38 y 40 semanas. Los gemelares difícilmente alcanzan las 36 semanas, por lo mismo que el útero llega un momento en que no lo soporta. Hay quienes mantienen a la mujer en reposo a partir de la semana 28. Incluso se dan puntadas en el cuello uterino para que no se dilate, y evitar que por el peso no se desencadene el trabajo de parto y que nazcan prematuros, o de bajo peso”, explicó.
Adicionalmente, la investigadora universitaria señaló que el fenómeno también es complejo tanto para los servicios de salud como para la familia: “es más caro atender un embarazo gemelar porque la mujer debe tener mayores cuidados e incluso se puede tener que hospitalizar a partir de la semana 28 de gestación y permanecer cinco, seis semanas hospitalizada e implica más estudios de laboratorio. Al darse más frecuentemente en mujeres que ya han tenido embarazos y partos anteriores, el que lleguen dos bebés a la casa hace que disminuya la atención a los demás. Y la mamá requiere de mayores cuidados con los bebés gemelares, lo que significa una carga
adicional para los servicios públicos: el seguimiento que se les tiene que dar, a veces se les tiene que dar apoyo para la alimentación pero, lo más importante, es la atención que puede no ser suficiente para el resto de los hijos”, añadió.

“¿Por qué sucede? Nadie lo sabe”
Los embarazos gemelares, o múltiples, explicó Rodríguez Romero, ex secretaria de Salud Pública en el estado de Veracruz, se determinan en el momento de la división celular –que normalmente empieza dentro de las primeras 72 horas posteriores a la fecundación, cuando los dos bebés serán como hermanos comunes y corrientes: habrá dos embriones, dos placentas y dos coriones (membrana embrionaria externa que cumple funciones importantes en la respiración, nutrición y eliminación del embrión).

Sin embargo, continúa si la división sucede entre el cuarto y el octavo día. Los dos embriones tendrían dos placentas pero un solo corion. Pero, si la división sucede posterior al octavo día, entonces los embriones compartirían una misma placenta y el mismo corion, que es lo que conocemos como gemelos idénticos.
Esto tiene un riesgo, advierte Rodríguez Romero, si esta división comienza
posterior a estos ocho días, resultan los gemelos unidos, mal llamados siameses, que, dependiendo del tiempo que transcurra, si resulta muy próximo al octavo día, puede ser que estén unidos en partes muy pequeñas y que cada uno tenga sus órganos completos. Pero si esto sucede posteriormente, entonces la unión es mayor y comparten hígado, corazón, o algún órgano importante, sin órganos independientes.

¿Por qué sucede eso? Nadie lo sabe, asegura Edith Rodríguez. También puede ser que haya una superovulación, que dos óvulos maduren al mismo tiempo, sigan el canal y se fecunden por espermatozoides diferentes, de lo que resultan hermanos comunes y corrientes, que solamente se gestaron al mismo tiempo, en lugar de uno primero y otro después, y que se llaman dicigóticos.

La peculiaridad de este tipo de embarazo se ejemplifica con el siguiente dato: en México, uno de cada 250 embarazos, es gemelar, aunque estos datos se
refieran a los que llegan al parto: muchos terminan en aborto. Empero, con el diagnóstico por ultrasonido, podemos cuidar un embarazo gemelar: antes se detectaba hasta el sexto o séptimo mes por palpación o por audición. No era posible conocer sus características, si cada uno tenía su placenta. Esto, evidentemente, representaba un riesgo para la madre.
“Por supuesto, también existen riesgos para los bebés. Generalmente uno de los dos, si hay una implantación primera, queda en desventaja. Como el útero está produciendo sustancias para que se implante la placenta, por un efecto de tracción, la otra placenta no se fija bien y, si no se llegaba a implantar, el bebé generalmente muere. A veces se llegaba encontrar un feto, un embrión que no
germinó, pero si se llegaba a implantar, en el momento en que se desprendía, producía efectos negativos en la mujer”, explicó.

Factores que posibilitan el embarazo múltiple
Al respecto de los factores que aumentan la posibilidad de un embarazo múltiple, Rodríguez Romero señaló que si bien en el caso de monocigóticos no se sabe, en los dicigóticos sí: la fertilidad asistida con hormonas, la fecundación in vitro, que incluso a veces produce más de un gemelo, trillizos, o cuando se dan hormonas para inducir la producción de óvulos y producir más de un bebé.

Otro factor, explica, es la edad de las madres: entre mayor sea, entre más partos tengan, tienen más riesgo de tener embarazos gemelares. Influye también la herencia y la raza. Hay un estudio en África donde, en una tribu, uno de cada 20 embarazos era gemelar, mientras que entre los japoneses es excepcional. En eua, uno por cada 89 negros es gemelar y uno por cada 100 blancos, aunque hay que precisar que son datos que se refieren al embarazo diagnosticado, no los que llegan al parto, porque muchos terminan en aborto.
Medidas en caso de parto múltiple
Rodríguez Romero advirtió que ahora se tiene más cuidado con el control prenatal: durante todo el embarazo se están haciendo estudios de sangre, porque el principal riesgo es que se desprenda la placenta y que absorba una sustancia de la sangre que provoca problemas de coagulación o que se coagule la sangre dentro de las venas y arterias en el caso de que haya fallecido un bebé.

“Además, como son placentas grandes, puede ser que la placenta se inserte muy abajo y en el momento
del parto se empieza a desprender y haya problema de hemorragia tanto para los bebés como para la madre”.

Es recomendable, señaló Rodríguez Romero, esperar para detectar por medio del ultrasonido el desarrollo del bebé y calcular el peso. Lo más frecuente es el parto normal porque son productos pequeños, pero se recurre a la cesárea cuando los niños están del mismo modo, cuando es difícil el descenso para que se inicie el trabajo de parto y uno está de cabeza y el otro de pie, a veces se enganchan y no descienden.

Sin embargo, al ser bebés pequeñitos no tienen mayor dificultad para salir: normalmente un niño pesa entre los dos 800 y los tres 300 kilogramos, pero los gemelares promedian entre dos 800 y dos 500 y presentan alguna inmadurez respiratoria por lo que se exige mantenerlos en incubadora. Claro, es mayor el riesgo, si llegan al término del embarazo, para el bebé que para la madre, porque para ella es un parto fisiológicamente normal.

Problemas de lactancia
Finalmente, cuando el embarazo múltiple llega a convertirse en parto gemelar, Rodríguez Romero recomiendó tener en cuenta que “si son dos niños, no tienen ningún problema. Si son tres, naturalmente es más difícil para la madre. El organismo está preparado para la lactancia hasta el año, e incluso puede prolongarse más allá del año. Y la producción de leche no se detiene: entre más se estimule el pezón, mayor producción de leche hay. El problema sería alimentar adecuadamente a la madre para que no vaya a sufrir desnutrición y venga la escasez de leche”.