Año 3 • No. 112 • agosto 19 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Karina Arriaga Murrieta

Entrañable lazo con la comunidad a través de las tradiciones
Pepenar a los niños, una tradición viva
¿Alguna vez has escuchado que pepenan a los niños? Se trata de un ritual que realizan en algunas pequeñas comunidades que pertenecen al municipio de Chicontepec, Veracruz, lugar de procedencia de Karina Flores Escudero.

Ella pertenece al alumnado de la Universidad Veracruzana desde hace un año, cuando ingresó a la carrera de derecho. Actualmente se ha inscrito a su tercer semestre y al finalizar aspira continuar su educación con un postgrado. Una de sus metas es

Karina Flores Escudero.
retornar a Chicontepec y ayudar a la gente a resolver sus problemas jurídicos o al menos brindarles asesoría.

“He visto que a veces otros se aprovechan de las personas de mi comunidad al no saber cómo defender sus derechos. Me gustaría ayudarlos y evitar que se cometan injusticias...”

Aunque sus padres hablan náhuatl, Karina no domina la lengua pero sí tiene un gran conocimiento de las costumbres y ritos que aún persisten en la región:
“A pesar de que las fiestas llevan una carga de la religión católica, todavía se conservan rituales tradicionales como la boda indígena, el lavatorio de manos y la ofrenda a las cosechas. Muchos conocen la festividad de Santa Catalina, la patrona del pueblo, que se realiza el 24 de noviembre.

Pero hay quienes desconocen la importancia de las otras celebraciones como las que mencioné. En ellas nunca falta la presencia del huehuetlakatl, quien preside las ceremonias de casamiento o apadrinamiento. Él es una persona de edad avanzada que conoce la historia del pueblo y preserva la costumbre, por lo que ora y bendice las nuevas uniones, además de señalar cuándo es tiempo de bailar o de comer. Durante el ´Lavatorio de manos´ los compadres enjugan las manos de los padrinos de sus hijos, porque existe la creencia de que si mueren y tenían muchos ahijados les arderán las manos, con ello evitan que esto suceda.
Otra tradición que me gusta es que cuando se logra tener una buena milpa, el dueño de la cosecha se reúne en el campo con sus amigos y familiares para ofrecer una ofrenda de aguardiente y alimentos a la tierra, y el huehuetlakatl lanza bendiciones sobre el maíz. También asisten algunos padrinos con sus pequeños ahijados y los presentan ante el maíz, lo cual recibe el nombre de pepenar a los niños. Todos bailan un día entero entre las mazorcas, y se cortan algunas para sostenerlas en las manos y así interpretar la danza de los gallitos, la cual nunca debe faltar en estas ceremonias al igual que la comida...”

Faltaría espacio para dar cabida a todo lo que Karina recuerda de Chicontepec, por lo que ella sugiere visitar el municipio y así aprender más sobre la riqueza cultural del estado.

Danza y comida, remembranza de Papantla
Papantla es un municipio veracruzano al que pertenece la localidad de Pueblillo. Sus pobladores cultivan maíz, naranja, camote, papaya y plátano; algunos dominan el totonaco y continúan conservando costumbres y tradiciones de antaño.

Una de las más conocidas es la danza de los voladores de Papantla, habitual en las festividades que allá se realizan, mencionó Asunción Castillo Rojas, quien es originario de dicho lugar: “La danza de los voladores es muy conocida y el ritual que la antecede es muy interesante porque primero un grupo de hombres sale al campo para seleccionar el palo. Cuando encuentran

Asunción Castillo Rojas.
uno que sea adecuado, hacen un rito y le ponen una ofrenda, lo cortan y se lo llevan al pueblo. Después se elige el lugar en que deberá colocarse el palo y allí se cava un hoyo, al cual le echan ofrendas de comida y aguardiente antes de meterlo. Todo mundo sabe que esta danza es para tener una buena cosecha y los cuatro danzantes que descienden del palo están orientados a los puntos cardinales, mientras que el que queda en medio, sobre la manzana, toca el tambor y la flauta para solicitar el favor de los vientos…”

Asunción salió de su hogar en búsqueda de desarrollo profesional, por lo que ya ha cursado con buenos resultados dos semestres de la carrera de Administración de Empresas; pronto ingresará al tercero y su mayor deseo es culminarla para ayudar a su familia y comunidad. Mientras tanto extraña y recuerda a su tierra:

“Cuando llegué a Xalapa me fue difícil adaptarme, sentía mucho frío, no tenía amigos y tuve que abandonar las actividades a las que estaba acostumbrado. Pero ahora, creo que he podido integrarme aunque no dejo de extrañar a mi familia y el sazón de la comida de mi pueblo como el mole, los tamales de huevo o pulacales, las capitas hechas con hojas de totomoxtle o las tortillas recién salidas del fogón…