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Minerva
Serrano Morales. |
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de Córdoba, colindando al norte con Coscomatepec y al este
con Ixhuatlán del Café, se encuentra el pequeño
municipio y pueblo de Tomatlán, lugar de nacimiento de Minerva
Serrano Morales. Ella cursa en la UV la carrera de Pedagogía
en el SEA y a la vez está por concluir la licenciatura en Educación
Primaria en la Normal Veracruzana.
Su interés por la educación y su deseo por apoyar a
otros a labrarse un futuro no son gratuitos, pues a través
de su propia experiencia pudo entender la importancia
de adquirir conocimientos en las aulas para contribuir
después al mejoramiento de su comunidad.
En mi casa somos muchos. Yo veía como mi padre tenía
que luchar todos los días para sostenernos y |
nosotros
le ayudábamos a cortar café pese a lo corta de nuestra
edad. Por ello, decidí que aportaría algo a mi casa
si contaba con una carrera universitaria y desde la secundaria trabajo
para poder estudiar.
Ahora la gente de mi pueblo me dice: cuando salga mi hija de
la prepa, te la llevas para que estudie. Eso me hace sentir bien,
ya que pienso que sirve de algo el que yo siempre los esté
estimulando a que alcancen un desarrollo pleno como personas.
Hace poco, tuve una maravillosa experiencia al poder realizar
un curso de lectura con los niños de Tomatlán en la
biblioteca municipal.
Casi entrecerrando los ojos para hacer un intento ingenuo por visualizar
su amada tierra, Minerva relató que antes la población
era de origen indígena y se podían escuchar los murmullos
en náhuatl de las señoras que se sentaban afuera de
sus casas a contarse lo que les acontecía; pero, poco a poco,
con la introducción de servicios, la instalación de
escuelas donde la educación es impartida en español
y la emigración de parte de los lugareños, se ha borrado
casi por completo la huella de este grupo étnico.
Mi abuelo hablaba náhuatl y me gustaba escucharlo. Sin
embargo, debo confesar con pesar que nunca aprendí su lengua
y me doy cuenta que ha sido una gran pérdida.
Todavía se puede ver a gente de otras comunidades que
baja al pueblo a vender sus cosechas que aún conservan sus
tradiciones y su idioma, aunque esto ya no sucede con tanta frecuencia.
Pese a que varias costumbres se han perdido aún persiste la
calidez y solidaridad entre vecinos, y es lo que nos hacen sentir
el deseo de visitarlos.
Existe hermandad en Tomatlán, todos se ayudan y se nota
sobre todo en las fiestas o velorios. Cuando alguien muere, la gente
acude a la casa del doliente aunque no haya conocido al difunto para
apoyar a la familia en lo que
se pueda.
Y que decir de las celebraciones, la más importante es
el 29 de septiembre, cuando se festeja a San Miguel. Se realizan bautizos,
comuniones y casamientos al por mayor, y en todas las casas hay fiesta.
Así que ya lo sabes, prepara la maleta para que dentro de un
mes vayamos a la fiesta y de paso conozcamos el camino de aromático
café que lo cerca. |
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De
estado a estado se aprende de las diferencias |
Iliana
Beatriz Torres Gutiérrez es hija adoptiva de Veracruz, pues
nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Esta alegre estudiante
de Derecho narró su experiencia al haber vivido en ambos
estados y como ello le ha permitido descubrir algunas diferencias
significativas en su vida en éstos.
Nací en la capital chiapaneca y habité algún
tiempo en Comitán, ciudad colonial con un aspecto pintoresco.
Allí la gente sale a disfrutar del fresco por las tardes
y da vueltas al parque.
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Iliana
Torres Gutiérrez, originaria del estado de Chiapas.
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Recuerdo
que lo que más me llamaba la atención de esos paseos
era que las muchachas caminaban de un lado y los muchachos del otro,
y después, como no queriendo la cosa se encontraban de frente
y así iniciaban la plática.
Añoro los días en que me ponía a mirar
la diversidad de artesanías que allí se venden y las
veces que visité las lagunas de Montebello.
Ella describió que una de las cosas a las que más le
costó acostumbrarse cuando llegó a vivir a Veracruz,
fue la comida.
Es increíble como puede variar de región a región
la forma de cocinar. Ni los tamales, ni los dulces son la misma cosa.
Es más, hace unos días estaba en la USBI y vi chicatanas,
una especie de hormigas, las cuales son un platillo tradicional en
Chiapas, pero aquí las ven con desagrado y el sólo pensar
comerlas parece descabellado. Y otro de mis recuerdos de mi tierra
natal es la hora de la merienda, cuando la gente mayor toma pozotl,
bebida preparada con base en la masa de maíz y azúcar.
Del baúl de las remembranzas, Iliana enumeró sus más
codiciados tesoros y uno de ellos fue hablar de un familiar muy querido:
Aquí en Xalapa y el estado, he podido apreciar tradiciones
como los altares del Día de Muertos o las ramas que se ven
en Navidad, bellas y especiales por el ahínco que la gente
le pone al realizarlas.
Sin embargo, dentro de mi, aún siento tristeza al recrear
las tradiciones que dejé al lado de los seres que quiero, como
mi abuelita, quien habita en la comunidad costera de San Isidro. Entre
el olor del mar y el calor, los niños de dicha comunidad salen
a las calles en los días de Todos Los Santos y
se paran de casa en casa para cantar y así pedir su calabacita
tía, entonces la gente sale y los premia con dulces o
frutas. |
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