Año 3 • No. 114 • septiembre 1 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


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Minerva Serrano Morales.
Cerca de Córdoba, colindando al norte con Coscomatepec y al este con Ixhuatlán del Café, se encuentra el pequeño municipio y pueblo de Tomatlán, lugar de nacimiento de Minerva Serrano Morales. Ella cursa en la UV la carrera de Pedagogía en el SEA y a la vez está por concluir la licenciatura en Educación Primaria en la Normal Veracruzana.

Su interés por la educación y su deseo por apoyar a otros a labrarse un futuro no son gratuitos, pues a través de su propia experiencia pudo entender la importancia
de adquirir conocimientos en las aulas para contribuir
después al mejoramiento de su comunidad.

“En mi casa somos muchos. Yo veía como mi padre tenía que luchar todos los días para sostenernos y
nosotros le ayudábamos a cortar café pese a lo corta de nuestra edad. Por ello, decidí que aportaría algo a mi casa si contaba con una carrera universitaria y desde la secundaria trabajo para poder estudiar.

”Ahora la gente de mi pueblo me dice: cuando salga mi hija de la prepa, te la llevas para que estudie. Eso me hace sentir bien, ya que pienso que sirve de algo el que yo siempre los esté estimulando a que alcancen un desarrollo pleno como personas.

”Hace poco, tuve una maravillosa experiencia al poder realizar un curso de lectura con los niños de Tomatlán en la biblioteca municipal.”

Casi entrecerrando los ojos para hacer un intento ingenuo por visualizar su amada tierra, Minerva relató que antes la población era de origen indígena y se podían escuchar los murmullos en náhuatl de las señoras que se sentaban afuera de sus casas a contarse lo que les acontecía; pero, poco a poco, con la introducción de servicios, la instalación de escuelas donde la educación es impartida en español y la emigración de parte de los lugareños, se ha borrado casi por completo la huella de este grupo étnico.

“Mi abuelo hablaba náhuatl y me gustaba escucharlo. Sin embargo, debo confesar con pesar que nunca aprendí su lengua y me doy cuenta que ha sido una gran pérdida.

”Todavía se puede ver a gente de otras comunidades que baja al pueblo a vender sus cosechas que aún conservan sus tradiciones y su idioma, aunque esto ya no sucede con tanta frecuencia.”

Pese a que varias costumbres se han perdido aún persiste la calidez y solidaridad entre vecinos, y es lo que nos hacen sentir el deseo de visitarlos.
“Existe hermandad en Tomatlán, todos se ayudan y se nota sobre todo en las fiestas o velorios. Cuando alguien muere, la gente acude a la casa del doliente aunque no haya conocido al difunto para apoyar a la familia en lo que
se pueda.

”Y que decir de las celebraciones, la más importante es el 29 de septiembre, cuando se festeja a San Miguel. Se realizan bautizos, comuniones y casamientos al por mayor, y en todas las casas hay fiesta.”

Así que ya lo sabes, prepara la maleta para que dentro de un mes vayamos a la fiesta y de paso conozcamos el camino de aromático café que lo cerca.

De estado a estado se aprende de las diferencias
Iliana Beatriz Torres Gutiérrez es hija adoptiva de Veracruz, pues nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Esta alegre estudiante de Derecho narró su experiencia al haber vivido en ambos estados y como ello le ha permitido descubrir algunas diferencias significativas en su vida en éstos.

“Nací en la capital chiapaneca y habité algún tiempo en Comitán, ciudad colonial con un aspecto pintoresco. Allí la gente sale a disfrutar del fresco por las tardes y da vueltas al parque.

Iliana Torres Gutiérrez, originaria del estado de Chiapas.
Recuerdo que lo que más me llamaba la atención de esos paseos era que las muchachas caminaban de un lado y los muchachos del otro, y después, como no queriendo la cosa se encontraban de frente y así iniciaban la plática.
”Añoro los días en que me ponía a mirar la diversidad de artesanías que allí se venden y las veces que visité las lagunas de Montebello.”

Ella describió que una de las cosas a las que más le costó acostumbrarse cuando llegó a vivir a Veracruz, fue la comida.

“Es increíble como puede variar de región a región la forma de cocinar. Ni los tamales, ni los dulces son la misma cosa. Es más, hace unos días estaba en la USBI y vi chicatanas, una especie de hormigas, las cuales son un platillo tradicional en Chiapas, pero aquí las ven con desagrado y el sólo pensar comerlas parece descabellado. Y otro de mis recuerdos de mi tierra natal es la hora de la merienda, cuando la gente mayor toma pozotl, bebida preparada con base en la masa de maíz y azúcar.”

Del baúl de las remembranzas, Iliana enumeró sus más codiciados tesoros y uno de ellos fue hablar de un familiar muy querido: “Aquí en Xalapa y el estado, he podido apreciar tradiciones como los altares del Día de Muertos o las ramas que se ven en Navidad, bellas y especiales por el ahínco que la gente le pone al realizarlas.

”Sin embargo, dentro de mi, aún siento tristeza al recrear las tradiciones que dejé al lado de los seres que quiero, como mi abuelita, quien habita en la comunidad costera de San Isidro. Entre el olor del mar y el calor, los niños de dicha comunidad salen a las calles en los días de ‘Todos Los Santos’ y se paran de casa en casa para cantar y así pedir su ‘calabacita tía’, entonces la gente sale y los premia con dulces o frutas.”