Año 3 • No. 115 • septiembre 8 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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  La UV, futura depositaria
de la biblioteca Pitol

Mario Muñoz.
La Universidad Veracruzana nombró a Sergio Pitol doctor Honoris Causa, un reconocimiento académico y social de relevancia, pero que después de todo, beneficia simbólicamente a una sola persona; a cambio, al recibir su doctorado el escritor dio una sorpresa para todos: el legado de su biblioteca personal, con todas las implicaciones que puede representar en términos de capital cultural y hasta económico.

Sergio Pitol.
Con esta donación, valedera a la muerte del escritor, no sólo los universitarios del estado, sino del país y quizá más, seremos beneficiarios de una herencia inesperada: una biblioteca, fruto de décadas de recopilación cuidadosa por varias partes del mundo, elegida volumen a volumen por un lector vehemente, experimentado.

El hecho se suma a otra donación prometida por otro notable escritor: Carlos Fuentes, también durante la recepción de su doctorado Honoris Causa. Así también, ambas donaciones, se agregarían a otras colecciones especiales del acervo bibliográfico de la UV: la biblioteca del escritor campechano Juan de la Cabada y la del doctor Rendón, un célebre profesor y humanista veracruzano, además de algunos ejemplares incunables, entre otras secciones especiales.
Sergio Pitol anunció en la ceremonia de su doctorado, efectuada en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información el pasado 29 de agosto, su resolución de heredar su biblioteca personal a la máxima casa de estudios del estado. Sobre ello, conversamos con Mario Muñoz, actual coordinador de la Maestría en Literatura Mexicana, quien fuera en su momento alumno del autor de El arte de la fuga y ahora colega suyo en el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) y en la Facultad de Letras Españolas de la UV.

¿Cómo describiría a la biblioteca de Pitol?
Como la más completa de la ciudad especialmente en cuanto a literatura europea, pero también en mexicana e hispanoamericana, además de contar con dos secciones adicionales sobre cine y artes plásticas. Sergio Pitol ha clasificado su biblioteca atendiendo a diversos aspectos: por autores, año de publicación, período literario e idioma (ruso, francés, italiano, inglés, alemán, polaco y español). De tal manera que la donación de la Biblioteca de Pitol a la uv resultará un aporte significativo para fortalecer los acervos existentes en la Unidad de Humanidades, del propio IIL-L y de otras áreas.

“Un gesto que solamente los que apreciamos los libros podemos sopesar en toda su dimensión”: Mario Muñoz
¿Cuál es su opinión acerca de que Pitol haya decidido donar su biblioteca personal a la UV?
Es un gesto que solamente los que apreciamos los libros podemos sopesar en toda su dimensión. Sobre todo cuando se trata de una biblioteca tan bien conformada durante muchos años, de búsqueda en librerías de viejo y de muchas otras fuentes bibliográficas en México y en el extranjero.

Entonces, un acervo de esta naturaleza cuando es donado a una institución como la UV, lo es porque Sergio (Pitol) tiene la seguridad de que esa riqueza cultural va a ser debidamente protegida; desgraciadamente he podido advertir que otros escritores o críticos han dejado sus bibliotecas bajo el cuidado familiar, pero pasan a formar parte de una herencia dilapidada: la biblioteca se dispersa, los libros son vendidos, regalados y hasta desechados como fierro viejo porque desgraciadamente la familia carece del interés y del conocimiento para comprender el valor de ese patrimonio.

Así que donar una biblioteca personal tan valiosa a una universidad pública es una garantía de su protección. Pero es fundamental que una vez que estas bibliotecas de autor pasan a formar parte del patrimonio de una institución, ésta se obliga a darla a conocer entre las personas realmente interesadas para que se cumpla la función debida, tal como lo expresó Pitol en su discurso de recepción del doctorado: él quiere que su biblioteca esté al servicio de todos aquellos interesados en la literatura, como lo son los investigadores, críticos, creadores y estudiantes, y en ello es muy importante enfatizar que las colecciones privadas no pueden exponerse indiscriminadamente, no pueden ser abiertas para todo el público, por sus características tan especiales, por tratarse de primeras ediciones o de ejemplares imposibles de reemplazar no pueden someterse al maltrato cotidiano o a la irresponsabilidad de usuarios inexpertos.

Desde su perspectiva como investigador literario, ¿qué es lo que arrojaría una biblioteca de autor, qué puede significar para estudiar la obra del que fuera dueño de esos libros?
Por las bibliotecas personales de los autores uno puede conocer cuál ha sido su formación literaria, sus influencias, a qué autores considera sus maestros, sus gustos, afinidades temáticas y escriturales. En cierta medida se proyecta la personalidad del escritor en sus libros. Por los libros que conforman la biblioteca de un creador uno puede adentrarse a su propio mundo imaginativo, son un espejo que proyecta la imagen del escritor.