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Coinciden
especialistas en la FILU
La tecnología, soporte para el conocimiento
Edith Escalón |
Aunque
muchas universidades han confundido tecnología con modernización,
la tecnología no es más que un soporte para el conocimiento,
un medio y no un fin, coincidieron especialistas en tecnología
educativa durante el foro internacional La comunicación de
cara al siglo XXI, la distribución social del conocimiento
en la era de la información, que se realiza en el marco de
la Feria Internacional del Libro Universitario 2003.
Organizada por la Universidad Veracruzana y moderada por Ramón
Parra Loera, director de Tecnología de la Información
de la UV, la conferencia Tecnología para la Educación,
reunió académicos y tecnólogos que presentaron
una serie de argumentos que demuestran que la tecnología debe
considerarse únicamente como un instrumento que, en nuestra
era, puede hacer más efectiva la distribución social
del conocimiento, pero nunca sustituirlo.
Luis Barri, coordinador del Proyecto Universia en España, aseguró
que hoy en día es imposible negar la necesidad de contar con
instrumentos, pues la alfabetización tecnológica es
indispensable, incluso para tareas que antes se hacían de manera
rudimentaria, además, es una exigencia global.
Sin embargo, la misma dinámica que ha llevado a los países
a buscar equipamiento y desarrollo tecnológico ha provocado
que todo el mundo quiera usar tecnología, sin saber para
qué. Según el ponente, existen en Latinoamérica
muchos ejemplos de capacidad tecnológica subutilizada.
Lo que ahora vale son los conocimientos, señaló,
lo que apoyó también Darío Fernández Lizardi,
director divisional de telmex, quien aseguró que el nuevo capital
de las empresas es el conocimiento y que la iniciativa más
apremiante es la educación, que debe ser la prioridad en toda
institución.
El representante de TELMEX reconoció que la tecnología
también ha permitido que la brecha económica, social
y cultural se haga más profunda, pero aseguró que iniciativas
como las de la empresa que representa que ofrece apoyo para
adquirir tecnologías o promueve becas de estudio e investigación
tecnológica pueden favorecer la equidad, o atenuar los
efectos negativos de la globalización.
Una alternativa que propuso para que los Latinoamericanos no seamos
simples consumidores de tecnología o de Internet
fue la de ubicarnos no como dependientes, sino como creadores, que
emprendan a partir de los rasgos culturales propios y la imaginación
nuevas propuestas sustentadas en conocimientos.
Por su parte Henry T. Ingle, de la Universidad de El Paso, Texas,
explicó cómo a partir del desarrollo de las tecnologías
de la información y la comunicación se ha tenido que
replantear la misma pedagogía, pues la tecnología educativa
ha llevado a nuevos paradigmas en la educación.
Entre ellos destacó el cambio en la concepción de tiempo
y espacio, de acceso a contenidos y a personas que antes eran lejanas
a la realidad educativa. Ha cambiado cómo aprendemos,
con quién aprendemos, incluso qué aprendemos.
Desde su visión académica, dijo que al hablar de tecnología
hay que distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo que se puede
usar y lo que no, incluso hay una diferencia en el status, pues ahora
tener un título ya no es lo importante, sino adquirir verdaderos
conocimientos y habilidades y saber qué hacer
con ellos.
Finalmente Renant Zorola, representante del Instituto Latinoamericano
de Comunicación Educativa (ILCE), presentó el programa
de Escuelas del futuro, que su institución lleva a cabo desde
hace varios años.
Ahí enfatizó la necesidad de promover la distribución
de contenidos y conocimiento, pero sin dejar de lado la calidad, cantidad,
pues si es cierto que la moneda de ahora es el conocimiento, aquellos
que no lo tengan se harán cada vez más pobres.
Conectado por videoconferencias desde su sala de juntas, el rector
de la Universidad Veracruzana, Víctor A. Arredondo, participó
también en el encuentro, pues se dirigió a los ponentes
para preguntar de qué manera la tecnología podía
ayudar a la distribución social del conocimiento, a llevar
el conocimiento a nuevos clientes.
Fue Henry Ingle quien se encargó de dar respuesta al cuestionamiento
del rector, señalando que la tecnología puede ayudar,
pero no es lo único, por eso las universidades deben apoyarse
en acciones institucionales que les ayuden a saber hacia dónde
van, al respecto, Luis Barri hizo un señalamiento final:
nunca hay vientos favorables para los que no saben dónde
van. |
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