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Nuestra
Otra Voz...
Cada vez es más difícil tratar de
preservar la presencia indígena
Karina Arriaga Murrieta
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Marisol
Guadalupe Ramírez López. |
Para
Marisol Guadalupe Ramírez López realizar labores en
comunidades indígenas aledañas a su ciudad de origen
le ayudó a revalorar su herencia indígena. Por azares
del destino, nació en la capital del país, pero toda
su vida ha vivido en Tuxtepec, Oaxaca, pequeña ciudad ubicada
en los límites de dicho estado con Veracruz, en la región
de la Cuenca del Papaloapan.
Alrededor de Tuxtepec existen muchas comunidades y pueblitos
con gran población indígena, destacándose principalmente
los grupos chinantecos y mazatecos.
Pese a que la ciudad se ha urbanizado demasiado en los últimos
años, hace poco empezaron a organizar |
actividades
para rescatar algunas tradiciones como el Día de Muertos. A
fines de octubre y principios de noviembre se realiza un concurso
de altares en el parque Benito Juárez donde participa
gente de allí y de pueblitos cercanos.
No obstante esto resulta insuficiente, ya que la mayoría
de las personas se preocupan más en absorber la cultura y costumbres
de las grandes ciudades, hay un gran porcentaje de emigración
y quienes regresan ya no reconocen, o más bien niegan, sus
raíces. Esto se refleja en algunos de los indígenas
que llegan en busca de empleo a Tuxtepec, y como no desean ser excluidos
o maltratados adoptan la actitud de los tuxtepecanos.
Yo siempre quise hacer algo más que quedarme en casa,
quería rescatar un poco de mi origen indígena, pues
mi bisabuela materna era zapoteca. Por ello, me acerqué al
Conafe y logré ser instructora comunitaria. Les di clases a
niños de primero y segundo grado, pero aprendí más
de ellos que ellos de mí, me compartieron sus costumbres y
me enseñaron un poco de chinanteco. Después me trasladaron
a la comunidad de El Girasol, cerca de Acatlán.
Al obtener la beca del Conafe para financiar mis estudios, supe
que tenía que aprovechar la oportunidad y cumplir mi sueño
de obtener un título universitario, pese a que mi papá
no estaba de acuerdo en que me fuese. Actualmente curso el quinto
semestre de la carrera de Derecho y acabo de ingresar a Lengua Inglesa.
Pienso que uno debe aventurarse y arriesgar un poco, porque al estudiar
una carrera universitaria puedes ofrecer algo más a tus semejantes |
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La
carrera de los coloteros,
tradición de Álamo, Veracruz |
Irving
Jerez Vera. |
Álamo
es una pintoresca ciudad situada al norte de Veracruz, donde existen
hermosas campiñas, vestigios arqueológicos y cultivos
citrícolas. Es también la cuna de nacimiento y entrañable
hogar de Irving Jerez Vera, alumno de tercer semestre de la licenciatura
en Derecho.
Mi abuelo era comerciante y hablaba náhuatl, originario
de Xoyatla, Hidalgo. Un día pasó por Álamo y
le gustó tanto que decidió quedarse a vivir ahí.
De esta manera, fundó una familia, la cual aprendió
a valorar el trabajo y la unidad. |
La
gente de Álamo se dedica a cultivar cítricos. Por ello
se realiza cada año la Feria de la Naranja, la cual inicia
con la tradicional carrera de los coloteros, recorrido de cinco kilómetros
donde algunos cargadores llevan sobre sus hombros costales llenos
de naranja. En ese día se escucha música de Huapango.
El 12 de diciembre los muchachos tenemos por costumbre correr
en honor a la Virgen de Guadalupe, desde Tuxpan hasta Álamo,
a través de la carretera nacional. Se hace parada en las capillas
de Temapache y en la de Potrero, además durante toda la carrera
se van gritando porras y se canta.
He perdido contacto con mi ascendencia indígena,por un
lado porque mi abuelo casi no tuvo oportunidad de platicarme y enseñarme
un poco más de lo que sabía, y por otro, porque toda
mi vida la he dedicado a trabajar y estudiar. Incluso ahora mismo
tengo un empleo para sostener los gastos de la Universidad y pagar
mi alojamiento en esta ciudad. Pero no me quejo, pues aunque me fue
difícil adaptarme, sé que los sacrificios que hago tendrán
su recompensa. Por lo mientras no desisto y ahora mucho menos, pues
tengo el apoyo de la beca Pronabes. |
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