Año 3 • No. 118 • octubre 7 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Juan Rulfo: mirada desde el interior
Carolina Cruz
Boca del Río, Ver.- Juan Carlos Rulfo el pasado jueves dos de octubre asistió a la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) en la USBI Mocambo para dictar la conferencia “El Llano en Llamas; ecos de un espacio interminable”, a propósito del 50 aniversario de este libro, en la cual comentó: “yo pienso que mi padre básicamente quería ser historiador, a él le interesaba registrar la historia, por esos sus fotos y su literatura tienen ese sentido; él era muy autocrítico, decía que no estaba satisfecho con su obra. Y creo que ésta no se ha leído lo suficiente, el público todavía no la conoce”.

A 50 años de la creación de dos de las obras mexicanas más famosas, reconocidas y controvertidas: Pedro Páramo y El Llano en Llamas, definidas por Jorge Luis Borges como “de las mejores novelas de la literatura de lengua hispánica y aún de la literatura”, el cineasta Juan Carlos Rulfo, siente que: “hay un reencuentro con la obra del escritor. Aunque México es un país de pocos lectores, pues uno debe leer no por conocer sino por sentirse identificado, y no sucede así”. Su lectura ha pasado desde la ignorancia, el conformismo, el descubrimiento, y el reencuentro. La narrativa de Rulfo ha pasado por todo; ahora lo que le está pasando es un rebote y mucha controversia.

Rulfo es considerado por la crítica literaria nacional, como un autor polémico, de obra no muy vasta pero sí profunda. Él, en su momento, sintió la presión de escribir más, recuerda Juan Carlos que le preguntaban muy seguido ¿vas a escribir otro tema verdad?: “pero el escritor que tiene un género definido no puede hacerlo, yo he sentido esa misma presión”. Ahora con estos homenajes Juan Carlos está seguro que su padre pensaría: “pero qué le homenajean si es una obra muy vieja”.

La persistencia de su temática no sólo se refleja en relatos como Diles que no me maten, No oyes ladrar los perros, Luvina, o el mismo Pedro Páramo, sino también en la prosa poética que escribió, como aquella titulada La Fórmula secreta, donde apuntaba: “y aunque digan que el hambre repartida entre muchos toca a menos, lo único cierto es que todos aquí estamos a medio morir (…) desde que el mundo es mundo, hemos echado a andar con el ombligo pegado al espinazo, y agarrándonos del viento con las uñas”.

Sobre la aceptación de la obra de Rulfo: “hay un discurso oficial muy lejos del discurso popular, este último lo reconoce más, porque su obra fue creciendo sola, con el tiempo. La lectura de la realidad que Rulfo hacía no era precisamente la que más le convenía al gobierno”. Ahora, estos homenajes sirven precisamente para revalorar la trayectoria de su literatura.

En el sentir de Juan Carlos, ahora el discurso oficial reconoce que la obra de Rulfo es importante, pero no ha habido mucho apoyo: “mi padre decía que lo hacían a un lado. Su obra creció sola gracias al tiempo”.

Próximamente la Fundación “Juan Rulfo” editará varias fotografías inéditas en un libro de arquitectura, que retoma gran parte de la visión que Rulfo tenía de la vida y de México plasmada en poesía, narrativa y gráfica.

Juan Carlos Rulfo retoma la obra de su padre para llevarla al cine porque forma parte de sus orígenes, aunque nació cuando Rulfo prácticamente había dejado de escribir: “para mí se trataba de una familia normal, de una vida cotidiana, yo tenía 23 años cuando murió y la etapa fundamental de su escritura fue a los 30”. Para mí su lectura fue un viaje y hoy para las nuevas generaciones les parece la alucinación de una realidad que parece increíble.