Año 3 • No. 120 • octubre 20 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Necesario el escalpelo empírico
para comprender la historia
Alma Espinosa

Mauricio Gribaudi
En el doctorado en Historia y Estudios Regionales que imparte el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) se contó con la presencia del italiano Mauricio Gribaudi, connotado estudioso de la historia.
En su ponencia llamada De la Microhistoria a la Morfología. Una Trayectoria de Investigación, Maurizio Gribaudi dio a conocer un modelo para el análisis de la formación de grupos sociales, el cual involucra el estudio de la trayectoria individual, la observación del comportamiento concreto de la gente y la comparación de las normas y las representaciones.

Maurizio Gribaudi, quien actualmente labora en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales en

París, comentó que la distancia que existe entre la naturaleza de las prácticas sociales y los modelos y categorías utilizados para su medición y estudio, es un aspecto particularmente importante en el contexto de la historia contemporánea.
Afirmó que los actores sociales no se comparan con categorías abstractas sino con estructuras concretas de referencia, tales como la memoria de las trayectorias familiares, la imagen de los padres, parientes, vecinos, los símbolos y las representaciones. Al hablar de los procesos sociales la norma es la diferenciación y no la homogeneidad.

El responsable de un grupo de trabajo de investigación sobre historia social y demografía histórica en Turín, Italia, lanzó la interrogante de cómo se puede imaginar la relación entre lo individual y el contexto. Ante esto hay dos respuestas, una es mediante el análisis de pruebas estadísticas, y la otra es por el análisis del espacio social a través de los conceptos.

Los actores sociales no se comparan con categorías abstractas sino con estructuras concretas de referencia
Después de ser presentado por Martín Aguilar, coordinador del doctorado, el cual cuenta con el respaldo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el italiano comentó que la historia social basa sus descripciones de la sociedad del siglo XIX en pruebas construidas con herramientas empapadas de ideología, proveniente de una parte de la élite de dicha época.

“Cada sociedad aparece como estructurada por diferentes formas de estratificación y coherencia sobrepuestas dentro de un mismo espacio”. Agregó que: “La evolución histórica no aparece determinada por un fenómeno extra individual y macrohistórico, sino por dinámicas configuracionales en las cuales podemos ver la acción conjunta de lógicas locales y globales”.

El autor de libros como Itinerarios obreros. Espacios y grupos sociales en Turín en la primera mitad del siglo XX, comentó en el auditorio “Aguirre Beltrán” del iih-s que la naturaleza y significado de cada elemento histórico varía de acuerdo con sus lazos y su forma de inscribirse en el espacio y el tiempo. Cada presente es engendrado por los presentes que le precedieron.

Apoyado en autores como Burkhart y Warburg afirmó que no hay un método como tal para la historia, sino que para comprenderla se necesita cortar un objeto histórico con el escalpelo empírico para recopilar y descubrir fuentes; y medios particulares que den significado; familiarizarse con éstos de tal forma que seamos capaces de reconocerlos; y mostrar los resultados en toda su complejidad e incoherencia aparente.