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Culmina ciclo de cine
mexicano
Roberto Ortiz Escobar
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En
su afán de dar a conocer las películas nacionales de
los últimos años, el Cine Club de la uv ha presentando
el ciclo Cine mexicano reciente, cuyas funciones terminan
esta semana en el Aula Clavijero de Juárez 55.
Si observamos el comportamiento actual de las cintas mexicanas en
taquilla, nos daremos cuenta que los éxitos económicos
son escasos, verdaderos garbanzos de a libra. Este año, por
ejemplo, tal vez Nicotina sea la única en ganar buenos
dividendos, más allá de su costo de producción.
Pero no todas las películas tienen una promoción y lanzamiento
similar de inversión millonaria, lo cual restringe o deja en
el matadero a la mayoría de las que ingresan a la pantalla
grande.
De ahí la importancia de exhibir en circuitos alternativos
películas que no llegan a provincia o cuya proyección
es exigua. Esto se debe a dos factores: al número reducido
de copias en circulación o la suspensión de la permanencia
en pantalla si no se cumple una cuota de asistencia durante la semana
del estreno.
Lo anterior explica en parte los enormes problemas de los productos
nacionales frente a las compañías hollywoodenses que
distribuyen cientos de copias y despliegan campañas costosísimas
para calentar sus mercancías fílmicas.
El ciclo de cine mexicano nos ofrece hoy lunes Por la libre
(1999), cuyo tema de la iniciación adolescente se plantea también
de manera relajada en películas como Y tu mamá también,
La primera noche y La segunda noche.
Todas ellas se refieren a un sector económicamente solvente
y con recursos materiales. Si bien el drama se hace presente, el tono
humorístico aligera y da un cause divertido a muchos de los
conflictos y aventuras enfrentados.
En las antípodas del sector juvenil retratado en Perfume
de violetas o De la calle, Sin dejar huella nos remite
a las posibilidades benignas del desarrollo adolescente en su encuentro
con la aventura vivificante.
Bajo el esquema de road movie, dos primos defeños parten en
auto a Acapulco hurtando las cenizas del abuelo que esparcirán
en el mar de acuerdo a los deseos del recién fallecido. No
todo es miel sobre hojuelas por los roces y desavenencias de los muchachos:
el espíritu rebelde de Roco (Osvaldo Benavides) entra en crisis
con la personalidad fresa y conformista de Rodrigo (Rodrigo Cochero).
La Perla del Pacífico les reserva experiencias novedosas: la
iniciación sexual, el consumo de drogas, el deseo incestuoso,
el reventón. Con una visión fresca y oportuna, Juan
Carlos de Llaca expone sin rubor, tibieza o complacencia melodramática
una serie de vivencias propias de una adolescencia clasemediera que
apuesta al romance y al manejo responsable de la sexualidad. Sin pretender
el discurso aleccionador y mojigato, el director deja fluir con libertad
a sus personajes. De ahí que incursionen con espontaneidad
en un proceso de maduración.
Si en su opera prima En el aire (1995) de Llaca retrataba con
lucidez la sexualidad de los 60 y 70, ahora en Por la libre,
plantea las inquietudes eróticas adolescentes clasemedieras
al declinar el siglo. Comentarios a roeamarcord@yahoo.com.mx
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