Año 3 • No. 121 • octubre 27 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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  Luisa Fernanda, impresionante
Villahermosa, Tabasco.- La puesta en escena de la zarzuela Luisa Fernanda de Federico Moreno Torroba, con la producción de la uv ha resultado un acontecimiento de características extraordinarias y que no tienen precedente alguno en la capital de Tabasco.

Nunca antes se había dado un espectáculo semejante en el Teatro Esperanza Iris, el mayor de la ciudad de Villahermosa y que lleva el nombre de la artista tabasqueña nacida en el año de 1888. Esperanza Iris se distinguió precisamente por ser protagonista de un enorme número de zarzuelas en la capital del país. Así, el festival Ceiba Tabasco 2003 se inauguró con la representación de una zarzuela representativa del género y como un homenaje a la artista que falleció el 7 de noviembre de 1962.

El festival resulta en un ambicioso proyecto que ha sido asignado a una mujer cuyo nombre es casi emblemático en este estado. Se trata de la actriz Pilar Pellicer, cuya responsabilidad es la de lograr que este festival resulte en todo un éxito.
Organizadores y gobierno estatal se han propuesto convertir el festival Ceiba en el de mayor importancia en el sureste mexicano y elevarlo a la categoría de los grandes eventos nacionales. Por lo pronto, el primer campanazo ha sido dado, y correspondió a la UV la responsabilidad artística elemental en la magnífica apertura.

Por lo pronto, la puesta en escena de Luisa Fernanda tenía aquel carácter de primicia estatal y con la presencia de un cantante tabasqueño, el tenor Héctor Palacio cuya carrera se ha desarrollado básicamente en Nueva York y Nueva Jersey. A Héctor se responsabilizó del rol de Javier, mientras Armando Mora sería Vidal, Carla López-Speziale el personaje de Luisa Fernanda y Ana Luisa Méndez el de la duquesa Carolina.

Todo correspondió a las expectativas generadas. Héctor Palacio es un tenor de grata presencia escénica y dotes que le convierten en toda una promesa en el arte lírico nacional. Y, además, no era la primera ocasión que cantaba este papel; antes lo había hecho en Nueva York, mientras que en Nueva Jersey se ha presentado en el papel de Rodolfo para La Bohemia de Puccini y como Hoffmann en Los cuentos de Hoffmann de Offenbach. “Ni yo mismo lo podría creer”, comenta, “cuando logré cantar adecuadamente las tres distintas y complejas historias de Hoffmann”. Esto nos indica sus alcances y la naturaleza de sus aptitudes.
Correspondió a la UV la responsabilidad artística de la apertura del festival Ceiba, ambicioso proyecto que se espera resulte todo un éxito
Palacio resultó la sorpresa de la noche. Sólido y consistente, su voz aunque un tanto “chica” se proyectó hacia el público con la energía suficiente como para lograr momentos realmente emotivos. Y de entre éstos últimos, es de destacarse su dúo con Luisa Fernanda hacia el inicio del tercer acto, uno de los momentos de mayor ternura ideados para la zarzuela. Es menester mencionar que el de Javier es un
papel complejo. Se requiere de una particular empatía para recrear la personalidad contradictoria, insegura y volátil de un aldeano donjuanesco que guarda un sorprendente paralelo con el Turiddu de Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni. Pero mientras en Cavalleria el tenorio resulta acuchillado por un marido ofendido, en Luisa Fernanda el conquistador resulta beneficiado por una suerte de redención por el amor que nunca le pierde el personaje principal femenino, encarnado por López-Speziale. Será conveniente seguir de cerca la carrera de este tabasqueño que parece destinado a rayar horizontes ilimitados.

Ana Luisa Méndez se desempeñó como nos tiene acostumbrados, con su profesionalismo a toda prueba y un a profunda compenetración en el ingrato personaje que le correspondió. Del coro ni qué decir, a lo que se sumó el nervio puro de Félix Lozano como un Aníbal locuaz y medio atolondrado. La actuación de la noche, en los pasajes de parlamento sin música, nuevamente fue para Isabel Guzmán, quien de esta forma establece de nueva cuenta que la actuación le queda tan a la medida como el canto.
Luisa Fernanda se metió en el ánimo de la gente de Villahermosa. Uno nunca sabe qué esperar de un público no acostumbrado a este tipo de espectáculos, pero la reacción y entrega de los espectadores de Villahermosa resultó sorprendente. Aplausos sinceros e intensos como reconocimiento a los cantantes, al Coro de la uv, al ballet encabezado por Alejandro Schwartz y a la Orquesta Sinfónica Juvenil, que sonó magníficamente bajo la batuta de Tornero, quien se llevó otra salva de sonoros aplausos hacia la conclusión del acontecimiento.

No resulta exagerado decir que Tornero, la orquesta, Mora, Carla y Ana Luisa, con el Coro de la UV, han hecho de Luisa Fernanda su especialidad. Se trata de una combinación que se antoja insuperable y digna de los mejores escenarios de América latina. Con Tornero, la Sinfónica Juvenil expresa una unidad que no se le observa ni escucha con otros maestros. Experimentado y poseedor de un tremendo fogueo en el foso de la orquesta, Tornero tiene a la mano la forma de “exprimir” de la orquesta lo que desea y necesita.

La siguiente participación de la Universidad Veracruzana en Villahermosa será con el grupo Tlen Huicani y la Sinfónica Juvenil, de nueva cuenta con Tornero, y la creatividad singular de quien ha sido calificado por la crítica de California como el Percy Faith mexicano: Mateo Oliva. De todo ello daremos cuenta en siguientes entregas.