Año 3 • No. 121 • octubre 27 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Nuestra Otra Voz
El engañoso progreso de las maquiladoras
en Tehuacan
Sección coordinada por Karina Arriaga Murrieta


Osvaldo Balderas.
Tehuacán, Puebla, es el lugar de nacimiento de Oswaldo Balderas Colombo. Él compartió parte de sus raíces y describió de la siguiente manera a su tierra natal:
“Tehuacán está ubicado al este del estado de Puebla. Cuenta con aproximadamente 120 mil habitantes, lo que la hace una de las ciudades más grandes del estado. Algo muy reconocido de allí son los manantiales, y balnearios, uno de los más bonitos está en San Lorenzo, pequeño lugar muy cerca de Tehuacán.

Otro de sus atractivos es que a una hora de distancia se encuentra una reserva donde existen unas de las cactáceas más grandes del mundo y muchos japoneses llegan a cultivarlas.
Entre las cosas más tradicionales de mi ciudad puedo mencionar la fiesta de la señora de la Concepción, celebración que reúne a mucha gente de los alrededores, y algo llamado la matanza de chivos. La carne que se consigue en esta “matanza” la ponen en sal y elaboran el famoso mole de caderas.

Hay varias comunidades aledañas que aún conservan tradiciones indígenas y su lengua como el popoluca. Mi padre es de una de estas poblaciones cercanas y aprendió a hablar popoluca gracias a mi abuelo. Yo no tuve el privilegio de que esta lengua me fuese transmitida debido a que no hubo un interés por ello. Sin embargo, sí conservo algunos recuerdos de su lugar de origen pues viví un corto tiempo allí. Por ejemplo, una de las cosas que más recuerdo son las fiestas, el mole, la danza llamada “los santiaguitos” ejecutada por unos niños, y las actitudes más conservadoras de mi abuela y tíos como dormirse muy temprano, ya no salir de casa después de ciertas horas y levantarse al alba.

Como la población de las comunidades cercanas, que mencionaba, a veces no sobreviven con las labores del campo ya que, pienso, no existe una preocupación por ayudarlos con proyectos productivos y autofinanciables, la gente se ve obligada a salir de sus hogares y llegar a Tehuacán en busca de trabajo en las numerosas maquilas que han proliferado durante estos últimos años.

Los dueños de las maquilas aprovechan la necesidad de las personas y han elaborado todo un sistema para emplearlas y capacitarlas; hay microbuses que llegan a las comunidades para atraer a los lugareños, medios de transporte que todos los días se encargan de hacer llegar a los trabajadores e irlos a dejar. Sin embargo, creo que esto más que beneficiarlos, a largo plazo los perjudica porque se olvidan del campo y cuando se vayan las maquilas se quedarán sin empleo y acostumbrados a otra forma de vida fuera de su comunidad…”

La solidaridad de Zaragoza

Oseas Hernández Martínez
Oseas Hernández Martínez es estudiante del primer semestre de Ingeniería Mecánica Eléctrica. Realiza un doble esfuerzo al trabajar y estudiar al mismo tiempo, hecho que lo hace valorar su lugar como universitario. Tras un año de haber llegado a la ciudad de Xalapa, relató para UniVerso un poco de la historia y cotidianidad de su pueblo natal.

“Soy originario de Zaragoza, población que se encuentra al sur del estado y que fue reconocido como municipio hace más de 130 años ya que antes pertenecía a Oteapan. Su nombre lo debe a que el general Ignacio Zaragoza lo declaró municipio libre. Es un lugar pequeño, de clima cálido, con alrededor de nueve mil habitantes,
sus calles son de terracería, y la mayoría de las viviendas son hechas con palma y paredes de barro. Sus habitantes conservamos aún el uso de la lengua náhuatl para comunicarnos aunque también se habla español. En mi caso, mis padres al ordenar o solicitar algo de mis hermanos o de mí, invariablemente lo hacen en náhuatl, y entre ellos siempre conversan en esta lengua.

Hay una costumbre muy bonita entre la gente, pues cuando alguien quiere construir su casa, avisa a los conocidos y se le ayuda. Es una muestra de solidaridad. Lo primero que se hace es ir a cortar la palma muy temprano, se cuenta por pie y dependiendo del tamaño de la casa es el número de pies de palma que se cortarán, Después inicia el levantamiento de la armadura que soportará las paredes y techos, hecha a base de madera a la cual se llama mesa, al otro día se forma encima de esta estructura una tijera, luego se corta la caña de otate y se forma una trabe grande encima de la tijera y posteriormente se da paso al techado con la palma.

El pueblo es muy solidario, la gente siempre ayuda en las actividades que son en beneficio de la comunidad; si el presidente municipal convoca a participar en alguna obra de beneficio público, muchos acuden a colaborar voluntariamente.
Otra de las cosas bonitas que hay en Zaragoza son las fiestas. La más vistosa es la feria de San Isidro Labrador, patrono del pueblo, ya que antes de ser municipio libre así se llamaba la comunidad. Empieza el 11 de mayo y dura hasta el día 16. Afuera de la Iglesia se vende mole, un platillo hecho con atole de masa, acuyo y pollo, rosquetes, pan, etcétera. En esos días la gente, sobre todo las mujeres ya mayores, acostumbran ponerse la vestimenta tradicional compuesta por un refajo de tela bordada de varios colores vistosos como amarillo y rojo, así como una blusa de manta con un bordado de flores en el cuello, rebozo y se trenzan el cabello con listones de colores.

En noviembre, no se acostumbra poner altares, pero se va al panteón el 1 y se llevan ofrendas como flores y comida, algo muy importante es que la familia del difunto o difuntos se queda allí toda la noche hasta
que amanece, como esperando a que éste haya tomado la ofrenda…”