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El
encanto de lo imperceptible
Diatomeas, joyas acuáticas
Carlos Miguel Storch de Gracia (Estudiante de
la Facultad de Biología, Grupo 304)
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Este
es un escrito que tiene el objetivo de desviar nuestra mirada de los
seres más visibles y conocidos hacia algunos de los pequeños
y no por ello menos importantes, hermosos y sorprendentes organismos
que nos rodean, ofreciendo la información básica que
todo interesado debe conocer.
Al observar una fotografía de diatomeas, éstas parecen
una gema exótica o una imagen caleidoscópica, en realidad
son algas microscópicas unicelulares pertenecientes a la división
Bacillariophyta que habita lo mismo océanos lagos o charcas.
La mayoría de las cinco mil especies registradas, separadas
por muchos autores de acuerdo a su forma: centrales y pennales, se
encuentran como células aisladas, cadenas o filamentos en un
hábitat acuático (flotando, adheridas a troncos, rocas,
algas macroscópicas o incluso sobre animales), pero algunas
de ellas se han adaptado a suelos húmedos y ambientes con muy
poca agua.
Su singular apariencia, única entre todos los seres vivos,
se debe a dos piezas de tamaño ligeramente distinto generalmente
compuestas de sílice (el mismo material de los cristales de
cuarzo) que encajan una dentro de la otra y recubren la célula.
La más grande se conoce |
como
epiteca, la menor como hipoteca y al conjunto se le denomina frústula.
Gracias a esto estas piezas tienen formas geométricas diversas
y su superficie casi siempre está perforada por poros u ornamentada
por costillas o espinas, lo que aumenta la complejidad de su diseño.
En el interior de este estuche se encuentra el núcleo de la
célula, que realiza prácticamente todas las funciones
biológicas. El proceso de reproducción en estas algas
es sumamente interesante y complejo pues incluye una fase asexual
en la cual existe reducción de tamaño, y otra sexual
en la que se recuperan las dimensiones originales.
Aunque no las podamos ver a simple vista, las diatomeas son muy importantes
para la vida pues conforman del 20 al 25 por ciento de la materia
orgánica de la Tierra, produciendo alrededor del 70 por ciento
del oxígeno que respiramos y absorbiendo grandes cantidades
de dióxido de carbono. También constituyen el principal
alimento de muchos otros organismos planctónicos, incluyendo
las larvas de peces o ictioplancton, por lo que desde hace algunos
años se han reproducido con éxito algunas especies en
cultivo para su utilización como alimento en la industria piscicultora.
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Por
otro lado, con el paso de millones de años, las frústulas
que caen al fondo del mar forman capas de sustrato de hasta varios
metros de grosor conocidas como tierra de diatomeas o diatomita. Algunos
de estos antiguos fondos marinos hoy son tierra firme, quedando expuestas
montañas, literalmente hablando, de diatomita, la cual es explotada
comercialmente en muchos países para su uso como material filtrador
en procesos industriales, principalmente.
Dentro de la investigación ambiental, las diatomeas son excelentes
bioindicadores, además de que debido a la resistencia de sus
frústulas el registro fósil es muy |
Figura
1 |
completo
por lo que se utilizan también para estudiar cambios climáticos
y condiciones del agua donde vivieron en eras geológicas pasadas.
Incluso hay quien utiliza las frústulas de las diatomeas para
hacer arte*, acomodándolas en una especie de mosaico microscópico.
Sobra mencionar las habilidades manuales que este tipo de trabajo
requiere.
Para finalizar, sólo queda mencionar que todos los aspectos
aquí tratados no son más que una sucinta pincelada acerca
de las diatomeas y, aunque no hace justicia a su gran importancia
y belleza, espero sirva para despertar el interés en estas
joyas acuáticas.
Comentarios: storch_cm@yahoo.com.mx |
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