Año 3 • No. 125 • noviembre 25 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Apasionado de lo absurdo
Ramón Rodríguez, retrato del poeta moderno
Gina Sotelo

En un mundo cibernético, lleno de virtualidad y posmodernidad, donde las palabras ya no dicen nada y la gente se mediatiza, existe un fiel defensor del lenguaje: Ramón Rodríguez, poeta cuya alegre presencia y vitalidad contagia.

“Ramoncito”, como es conocido por sus amigos y admiradores tiene un nuevo libro qué compartir; se trata de Fandango, antología que incluye embriagantes poemas –algunos pecan de breves, pero no de escuetos– como Nunca se acaricia dos veces al mismo perro, Bómboro quiñá quiñá, Pop Art, Agenda de
libertino, o Imágenes para criticar a una doncella.

Para el poeta, uno de los contemporáneos más grandes, la musa es legión –quizá como las mujeres de su vida– en su momento, únicas: “Y como todas las únicas eres legión” dice el autor de Cuartel de invierno, Old Fashion Blues, La navaja de Occam y Juego de Cartas.

Desenfadado, agudo, lúcido, profundo, Ramón Rodríguez mencionó divertido: “Antes escribía en los camiones, pero ahora se ha vuelto más profesional el asunto. Escribo a ciertas horas en las que no estoy pensando en el trabajo de mañana. Ahí me concentro mejor”.

Para el poeta mexicano, como en cualquier oficio, en la poesía también todo se va aprendiendo mejor con el tiempo, con disciplina, confiando en que la inspiración siempre llega: “Cuanto más en el momento en el que estás trabajando. La musa no es más que un montón de sudor, es chambear, así es” dijo riendo el hombre encarnación de la libertad.

“La poesía es la madre de todas las batallas literarias” dijo Ramón divertido, como si contara una de sus mil y un anécdotas. De su nuevo libro, se siente complacido, pues –en sus palabras– todo autor agradece cualquier publicación: “A menos que odiara yo mi obra, como puede haber algunos”.

A Ramón Rodríguez le agrada su obra lírica porque le recuerda muchas cosas agradables; de lo desagradable como son las erratas, o sus propias fallas –humanas o de poeta– le sirve para mejorar: “Yo, como dicen los beisbolistas; a la siguiente me desquito, me ponchó tres veces pero le metí un home run”.

Nacido en Córdoba, Veracruz en 1928, Ramón Rodríguez no deja de fascinarse y aprender de la vida, con sus ojos bien abiertos escudriña y se hipnotiza con el mundo al cual ha sabido adaptarse sin dejar de ser todo un clásico dentro de la poesía moderna: “Siempre trato de hacer mejor las cosas, la vida siempre
es un proceso”.

Ramón Rodríguez es poeta, profesor de filosofía egresado de la unam, ha ejercido 15 años su profesión en la UV; es periodista de la cadena de periódicos El mundo con sede en Córdoba, Veracruz y está adscrito a la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Fandango es parte de la colección Cuadernos de la Libélula de la Escuela de Escritores de Veracruz. El libro ya está a la venta en la propia Escuela y en las principales librerías de esta ciudad.