Año 3 • No. 125 • noviembre 25 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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  Diario de Cataluña
Tolerancia: encuentro de mitades
Harmida Rubio Gutiérrez
Relataré parte de una historia de amor a mi manera; es un cuento que se integra en el libro Banquete de Platón, y está en la voz de Aristófanes, uno de tantos filósofos que se reunían en aquella mesa en la que se degustaban miles de delicias para el paladar y para la mente:

“En el inicio de los tiempos existían unos seres que estaban formados por dos entidades: tenían dos pares de brazos, dos pares de piernas, cuatro ojos, dos bocas, dos órganos sexuales; que podían ser: uno masculino y otro femenino; o dos masculinos; o dos femeninos... estos seres vivían muy felices en un mundo regido por los dioses griegos; hasta que a algunos de ellos se les ocurrió que debían de rebelarse y hacer su voluntad y no la de los dioses. Al enterarse de este posible ‘golpe de
estado’, los dioses los castigaron mandándoles a cada uno un rayo que los partiera, y así dividieron su ser en dos mitades, despojándolos de la otra parte de su estructura, de la otra parte con la que vivían y respiraban...”

”Desde entonces, cada uno de estos seres partidos en dos, anda por el mundo buscando su mitad perdida, para que al encontrarla pueda respirar tranquilo, como en el inicio de los tiempos”.

De esta forma se hablaba del amor en esa legendaria sociedad, de una manera abierta, se daba cabida a todas las formas de amor.
Ahora, pasados cientos de años, nos asusta que las relaciones diferentes salgan a la luz, se manifiesten, empiecen a ejercer la libertad que la mayoría del mundo ha tenido en cuanto a sus preferencias sexuales y, sobre todo, su forma en que demuestran su amor.

En nuestra sociedad, hablo de México, generalmente las relaciones homosexuales son mal vistas, son señaladas…

Me pregunto: ¿Por qué nos dará tanto miedo la gente diferente?, ¿por qué no podemos observar a dos personas del mismo sexo tomadas de la mano o besándose por la calle?, ¿por qué enseguida se relacionan estas manifestaciones de amor con perversiones?

Me parece que la historia de la intolerancia es tan vieja como la historia del amor, que es tan vieja como la historia de la lucha de poderes, del control del mundo por el ser humano (cada vez más inhumano).

Es decir, me parece que el miedo a aceptar a la gente diferente es un miedo por perder el poder, es un miedo por perder las formas, por perder el control de las estructuras ya estables, porque se deshaga ese circo que ya estaba tan bien armado.

Y ahora voy más lejos: creo que en este mundo hay muchas cosas que deberían de ser señaladas y criticadas, como la represión, como la guerra, como la desigualdad social y de género.

El amor nunca debe ser señalado. También creo que todos tenemos el mismo derecho a disfrutar de la vida, que nadie puede decirnos qué pareja tenemos que escoger; ni cuál es la forma más adecuada de demostrar nuestro afecto, creo que escritos como el de Platón deberían de generar debate, discusión, pero no señalamientos.

Sin embargo, estoy segura de que este país cada vez está más preparado para escuchar opiniones diferentes, estamos despertando, podemos ser más abiertos a otras formas de pensamiento, podemos entender que entre más pluralidad exista, nuestra sociedad será más rica y madura.

Tal vez debería de haber un encuentro entre esas dos sociedades que se dan la espalda, la diferente y la que controla a los iguales y a los diferentes, tal vez el encuentro que planteaba Aristófanes más bien era plural.

Alguna vez escuché por ahí que hay una palabra que se pronuncia casi igual en muchos idiomas: español, alemán, inglés, catalán, francés y otros... y entonces me quedé pensando qué palabra podría ser... no la encontraba... y ¿saben cuál palabra era? Tolerancia. Comentarios y sugerencias a: harmida_rubio@hotmail.com