Año 3 • No. 125 • noviembre 25 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Ante universitarios en conferencia organizada por la Facultad de Física
Expuso Arnulfo Zepeda
proyecto de avances científicos

Ricardo Luna

Un grupo de científicos de una veintena de países, incluyendo México, está trabajando para desentrañar los misterios de los rayos cósmicos ultra-energéticos que llegan a la Tierra. El Proyecto Pierre Auger, sin precedente mundial, en opinión de Arnulfo Zepeda, investigador de Física del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav-IPN), podría en poco más de 15 años, proporcionar a la ciencia nuevos fenómenos astrofísicos y por qué no decirlo, la posibilidad de descubrir nuevas leyes de la física, hasta del origen mismo del universo.

Invitado por la Facultad de Física a dar una conferencia sobre esta colaboración internacional, el investigador dijo que el objetivo del proyecto es montar dos observatorios para detectar rayos cósmicos, los cuales desencadenan energías hasta el momento inexplicables de muy alta escala, uno en el hemisferio Sur y otro en el Norte del continente americano, en una zona conocida como la pampa amarilla de la Argentina.

Dio a conocer que a través del proyecto internacional Pierre Auger se pretende estudiar el espectro energético de los rayos cósmicos de alta energía, así como la determinación de su masa y dirección de arribo a nuestro planeta.
El proyecto Pierre Auger pretende concluir en el 2006 y en él participarán alrededor de 250 científicos de más de 30 instituciones y más de 15 países
Los rayos cósmicos, afirmó Zepeda, son principalmente protones, electrones y otras partículas subatómicas que se mueven a velocidad cercana a la de la luz. Por mucho tiempo fue un gran misterio la procedencia de estos rayos, pero en la actualidadse sabe que la mayoría proviene de explosiones de supernovas, pulsares y otros objetos estelares.

Al llegar los rayos cósmicos a la atmósfera, éstos colisionan con los átomos que la componen y así producen cascadas electromagnéticas: mesónicas y nucleónicas. Cuanto mayor es la energía del rayo cósmico, mayor es el área que abarcan dichas cascadas al llegar a la superficie de la tierra.

Mediante el uso de gráficas y fotografías, explicó a los estudiantes que uno de los observatorios estará situado en Utah, Estados Unidos y el otro en Malargüe, provincia de Mendoza, Argentina. Cada uno tendrá mil 600 tanques de agua, equipados con fotomultiplicadores, un sistema de comunicación, ambos ocuparán un una superficie de 3 mil kilómetros cuadrados, lo cual convierte al proyecto en el más grande del mundo.

Los observatorios contarán con uno o varios prototipos de detectores de fluorescencia llamados Cherenkov ubicados en el centro del arreglo para hacer calibraciones precisas de la energía depositada en la atmósfera por cada rayo cósmico despedido de la lluvia cósmica. Este tipo de detector de fluorescencia ha sido ya empleado con éxito en los Estados Unidos y en otras partes del mundo.
Agregó que para que dicho proyecto sea una realidad, se ha requerido de muchos científicos de diferentes áreas de las ciencias exactas como electrónicos, informáticos, ópticos, astronómicos, matemáticos y físicos, para llevarlo a buen fin involucra a científicos de Francia, España, Alemania, Suiza, China, Argentina, Armenia, Australia, India, Brasil, Rusia, Japón, Italia, Inglaterra, Estados Unidos, Chile, Vietnam y por supuesto México, de donde participan investigadores de la UNAM, Cinvestav-IPN y de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Autónoma de Puebla.