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Los
sueños de Akira
Roberto Ortiz Escobar |
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El
amanecer fílmico del Cine Club de la UV en 2004 permitirá
disfrutar el ciclo Los sueños de Akira, dedicado
a uno de los cineastas japoneses más conocidos en México.
Si bien Kenji Mizoguchi y Yasujiro Ozu empezaron a filmar desde el
periodo silente,Akira Kurosawa será el vehículo de reconocimiento
internacional a una cinematografía nacional de noble estirpe.
Esto fue poco tiempo después de la derrota japonesa en la Segunda
Guerra Mundial, muy en correspondencia con una apertura de Japón
a occidente que no se había dado desde el periodo Meiji: en
1950, Rashomon se exhibe en Europa y gana el León de Oro de
Venecia y el Oscar de Hollywood. |
A
partir de entonces, no sólo la crítica y el público
seguirán las huellas de Kurosawa, sino que algunos cineastas
se inspirarán en sus obras para homenajearlo o plagiarlo: Los
siete magníficos (1960, de John Sturges) se vincula a Los
siete samurais (1954) y Cuatro confesiones (1963, de Martin Ritt)
a Rashomon; Sergio Leone, por su parte, realizó un spaghetti-western
basado en Yoyimbo (1961).
Kurosawa hizo películas de época o contemporáneas
y en más de una ocasión se inspiró en escritores
como Shakespeare (Trono de sangre y Ran), Dostoievski (El idiota),
o Gorki (Bajos fondos). Fue un maestro en el manejo del montaje, un
perfeccionista en las estructuras narrativas (Rashomon y Vivir) y
un deslumbrante artesano (manejo de flash-backs y flash-forwards,
o bien de voz en off y voz subjetiva).
Auque tuvo varios intentos de suicidio, el cineasta superó
las adversidades de su trayectoria fílmica, legándonos
al final de su carrera obras monumentales (Kagemusha y Sueños)
donde reflexiona sobre la condición humana y el devenir histórico.
Temáticamente su obra está empapada de un elocuente
humanismo y un afán renovador del ser humano, muchos de sus
personajes no se doblegan ante realidades aciagas; no obstante las
adversidades, la reciedumbre y la perseverancia son el mejor bálsamo
de la existencia. En el destino humano, nos sugiere Kurosawa,
el hombre aprende y se supera a partir de la disciplina, su cine nos
remite también a los deseos y a las pasiones, al juego de la
doble moral, a la corrupción y a la hipocresía.
De este samurai épico que nos brindó asombrosas imágenes,
podremos ver durante enero Sueños, La fortaleza escondida,
Barba roja, Yoyimbo, Rapsodia en agosto y El cumpleaños.
Hoy en el Aula Clavijero, de Juárez 55, se proyecta Sueños
(Dreams, Japón, 1990) película 29 donde este
director amalgamó prodigiosamente tradición con modernidad,
infancia con madurez y vejez, recuerdo con fantasía, vida con
muerte y esperanza con pesimismo. Ocho son los sueños que Kurosawa
expone en esta película que combina ingeniosamente colores
y atmósferas en una visión apacible, dramática
o trágica. Todo un festín que el público no debe
dejar de ver. Más información, en la dirección
electrónica: eamarcord@yahoo.com.mx
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