Año 3 • No. 127 • enero 12 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Admitió Enkerlin que en ellas aún existe “saqueo y deforestación”
Anualmente se pierde 20 por ciento
de la biodiversidad en áreas protegidas
Edith Escalón
Aunque la protección de áreas naturales a partir de esquemas legales de conservación ha reducido considerablemente la pérdida de recursos biológicos, anualmente se pierde 20 por ciento de la biodiversidad por el saqueo y la deforestación, aún en áreas protegidas.

Ernesto Enkerlin, presidente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), aseguró que si bien no es posible justificar la

Ernesto Enkerlin.
pérdida de ese 20 por ciento, sí hay que reconocer que se han logrado avances importantes en la protección de los ecosistemas.

Esto dijo durante la reunión “Hacia una evaluación de Áreas Naturales Protegidas del Trópico”, organizada en diciembre pasado en Xalapa por el área Académica Biológico-Agropecuaria y el centro de Investigaciones Tropicales (Citro), con la intención de promover mecanismos que permitan conocer con certeza las condiciones de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) del país y su funcionamiento.

El funcionario añadió que el trabajo de la Conanp ha sido de gran apoyo en la protección de la biodiversidad, pues a su cargo tiene la custodia de 72 anp y 31 áreas que están en proceso de transferencia con gobiernos o con organizaciones civiles, además de 17 santuarios para desove de tortugas que están manejados por diferentes instancias.

En total, dijo, las áreas atendidas son como 120, y hay 30 que no tienen ninguna atención, la mayoría por ser áreas pequeñas y/o de reciente creación, “pero hay otras más importantes en las que estamos viendo la manera de atenderlas –como es el caso del Cofre de Perote–, por lo que ya estamos negociando un poquito más de recursos para el año que entra”.

Añadió que aunque se siguen dando ilícitos hay una reducción muy significativa sobre todo en cuanto a especies protegidas: “Hemos visto en la selva lacandona, por ejemplo, guacamayas rojas, tapires y otras especies. Esas son buenas noticias, aunque tampoco podemos estas satisfechos”.
La protección de ANP ha reducido en un 80 por ciento la pérdida de biodiversidad, aunque no es suficiente: Enkerlin
Con respecto a las afectaciones que sufren las anp comentó que existen diferentes problemáticas. Cerca de las ciudades, por ejemplo, sufren complicaciones por asentamientos irregulares para desarrollos urbanos: “En la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey hemos tenido que hacer delimitaciones “concretas”, a veces hasta llegamos a utilizar cercas o bardas que nos ayuden físicamente en la protección de la zona”.

Incluso señaló “focos rojos” en términos de la tala clandestina, como sucede sobre todo en el santuario de mariposa monarca. “Hace algunas semanas la Profepa decomisó más de tres mil metros cúbicos de madera, lo cual es bueno porque le dimos un golpe duro a las bandas organizadas, pero lo que quisiéramos es que no hubiera la necesidad de decomisar”, porque al hacerlo se recuperan árboles que ya fueron talados, es decir, el daño ya está hecho.
Según sus estadísticas, en el caso de Monarca se pierden entre 100 y 120 hectáreas por año ilegalmente, y en el país las cifras de deforestación alcanzan las 450 mil hectáreas por año.

Sin embargo, dijo, la tasa de restauración y reforestación actualmente ha mejorado mucho, “actualmente estamos reforestando 250 mil hectáreas por año”, y mencionó que la tasa real de pérdida es de menos de 200 mil hectáreas, aunque el propósito de la Comisión Nacional de Reforestación (Conafor) es que se reforeste más de lo que se pierde, una meta ambiciosa, pero inasequible, pues la deforestación ocurre en un momento y la restauración tarda décadas.
Justamente por la problemática mencionada es que, dentro de los esfuerzos para la conservación y desarrollo sustentable del patrimonio natural del país, la UV convocó a los principales actores implicados en esta problemática a buscar mecanismos que permitan una evaluación real de la situación en la que se encuentran las Áreas Naturales Protegidas (ANP), y se pueda alcanzar así su consolidación, a través de una valoración que considere aspectos administrativos, científicos, biológicos, ecológicos y sociales.