Año 3 • No. 127 • enero 12 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Afirmó Gómez Pompa que el estado de las selvas y los bosques es lamentable
No se ha detenido la deforestación en México
Alma Espinosa

Arturo Gómez Pompa.
Arturo Gómez Pompa, investigador de la UV, promotor y protector de la biodiversidad, aseguró que en México el proceso de deforestación, sobre todo en las selvas tropicales, no se ha detenido. “Lo que nos queda hoy es una cantidad muy baja de lo que eran los activos forestales, sobre todo en los Chimalapas, en la zona de los Tuxtlas –en Veracruz–, la Lacandona, en Campeche y en Quintana Roo”.

Aunque consideró que la política de Áreas Naturales Protegidas (ANP) ha permitido salvaguardar áreas boscosas del país, aseveró que muchas únicamente son protegidas “en el
papel”. Parte del problema, dijo, se debe a que no existe una política forestal definida y a que la conservación se ha concentrado sólo en las áreas protegidas y el resto “está totalmente desprotegido. Ahí no ha habido una política sobre su manejo, lo cual ha originado un problema bastante serio”.

Y es que, añadió, la biodiversidad, que puede generar nuevos medicamentos y alimentos, no sólo está en las áreas protegidas, “La mayor biodiversidad, inclusive a escala mundial, está en las zonas que llamo desprotegidas” que, además, según explicó, la concentración de mayor biodiversidad de esas áreas desprotegidas se encuentra en zonas habitadas por comunidades indígenas.
“Hay gran coincidencia entre la presencia de gran biodiversidad con la diversidad cultural. Eso ya lo ha dicho Víctor Toledo, ecólogo mexicano muy serio. Y para el futuro es en el trópico donde todavía queda una oportunidad mediante el apoyo, el reconocimiento y el estímulo de las prácticas tradicionales de los grupos indígenas, que traen como consecuencia prácticas de conservación de la biodiversidad y un manejo sostenible de los recursos naturales. Eso no se está haciendo”.

Lamentó que muchas de esas prácticas tradicionales sean atacadas “de manera ignorante”, y puso como ejemplo la de roza-tumba-quema, “que de manera alarmante ha generado una concepción equivocada, condenando a la milpa, cuando en realidad ha sido una práctica tradicional milenaria que ha permitido la conservación de los bosques. Eso es algo que se hizo bien y ahora se están realizando muchas cosas mal”.

Entre ellas, el director del Centro de Investigaciones Tropicales de la UV (Citro) mencionó la práctica de identificar zonas ricas en biodiversidad, ponerles un cerco, designarlas como áreas protegidas y decir que no entre nadie. “Eso quizá no sea lo mejor. Lo importante es decir qué manejos son los adecuados para mantener la riqueza biológica y lograr la producción de satisfactores que requiere la población. Y no hay incompatibilidad en ello. Comunidades y biodiversidad pueden convivir. Ese es un nuevo paradigma en la conservación”.

Sin embargo, también reconoció que el estado de las selvas y bosques del país es lamentable, por lo que el gobierno debe permitir a los indígenas realizar sus prácticas ancestrales de conservacionismo en zonas protegidas y no protegidas. Además, debe vigorizar y democratizar las decisiones sobre los recursos naturales permitiendo la participación de la sociedad civil y fortaleciendo a los
grupos de investigadores y científicos, sin pretender desaparecerlos.

Gómez Pompa, quien es también profesor titular de la Universidad de California, y miembro del Instituto Estadounidense de Ciencias Biológicas, reconoció que si bien en México existe una extraordinaria planta de investigadores y científicos, el gobierno debe aplicar políticas públicas para articularlos y fortalecer su trabajo.
Lo que requiere México, prosiguió, es tener grupos fuertes de investigación científica y técnica “para entender que tenemos las soluciones en nuestras manos. Pero necesitamos tener a técnicos y centros de investigación trabajando en ello, para que el país se beneficie, y no seamos sólo receptores de lo que nos mandan del extranjero”. Consideró importante encontrar las áreas en las que se puede hacer la diferencia, propuso entonces el área agroforestal, agroecológica, etnobotánica y la etnoecológica.