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El
último adiós
a Fernando Torre Lapham y Hugo Argüelles
Gina Sotelo
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Con
un minuto de silencio y uno de aplausos
despidieron en la Facultad de Teatro a dos grandes del teatro.
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Con
un minuto de aplausos y uno de silencio despidieron a dos grandes
personalidades del mundo del teatro en la Facultad de Teatro; se trata
de Fernando Torre Lapham y Hugo Argüelles, quienes fallecieron
en días pasados, al tiempo que se recordó la trayectoria
de los maestros Juan García Ponce y Enrique Buenaventura, iniciadores
y promotores incansables de esta disciplina.
Para recordar al veracruzano Hugo Argüelles, Domingo Adame director
de la facultad leyó una semblanza del dramaturgo, en
ésta destacó la capacidad creativa del hombre que tanto
aportó al teatro, además de ser un maestro que supo
estimular el ingenio de sus alumnos: Dejó una escuela
de dramaturgos brillantes. En su obra encontramos sentimientos y actitudes
sociales de los grupos marginados sin caer nunca en el fácil
sensacionalismo.
Del autor de Los cuervos están de luto y El tejedor
de milagros se exaltó también en este homenaje su
humor negro, cáustico, pero siempre justo, sus elementos espectaculares
de gran fuerza y estilo histriónico ligado a una sólida
construcción de tramas y personajes, estilo que invita a una
nueva lectura de sus textos que en palabras de Adame: Nos llevarán
al descubrimiento de lo que voluntaria o involuntariamente como grupo
social hemos mantenido oculto como se puede apreciar en obras
como Escarabajos, La noche de las aves cabalísticas, Retablo
del gran relajo o Las hienas mueren de risa. |
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Domingo
Adame evocó la vida
y obra de Hugo Argüelles.
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Mente
fecunda y prolija, la obra de Argüelles significa un universo
propio, cada obra es sin duda, susceptible de múltiples interpretaciones,
material que, a decir de quienes le dieron un último adiós,
puede ser reconfigurado gracias a su libertad temática y conceptual,
estimulante a la fantasía y dependiente de un pensamiento abierto
y productivo.
La última vez que Hugo Argüelles visitó la UV fue
durante el Encuentro Nacional de Teatro de 2002, al recibir un homenaje
en su honor en la Sala Grande del Teatro del Estado.
El maestro Francisco Beverido Duhalt participó también
en este homenaje a personalidades fallecidas del mundo del teatro.
En su intervención destacó las trayectorias de Enrique
Buenaventura creador hace más de 40 años del teatro
experimental de Cali y fundador del movimiento de teatro de acción
colectiva y de Juan García Ponce, quien después
de unas tres décadas de lucha contra la esclerosis múltiple,
falleció a los 71 años y quien fuera autor de
El gato y otros cuentos.
María Antonieta Pellicer habló del sensible fallecimiento
de Fernando Torre Lapham, entrañable y completo maestro responsable
de la calidad de muchas generaciones de actores, quien visitó
por última vez la Facultad de Teatro, de la cual fue fundador,
en su XXV aniversario.
Durante 15 años fue maestro de dicción en la UV, además
de tutor que amó entrañablemente a su escuela y estudiantes.
Para Pellicer, Torre Lapham se retiró de la academia para triunfar
en el cine a los 80 años: Gracias a películas
como Bajo California, El límite del tiempo, Santitos o Sin
remitente, Fernando Torre Lapham se inmortaliza.
Fernando Torre Lapham fue parte de la Orteuv y se le recuerda
por su actuación en la obra Sopa de pollo con cebada de Arnold
Wesker. En los 90 incursionó exitosamente en el cine, participó
en cuatro películas industriales y consiguió dos premios
Ariel.
De esta manera, la Facultad de Teatro rindió el pasado 9 de
enero homenaje póstumo a estas figuras del teatro en México,
cuya actividad estuvo muy ligada a esta capital y en particular a
esta casa de estudios. Hombres que fallecieron en fechas recientes
y con muy poco tiempo de diferencia, lo que ha dejado un gran vacío
en el ámbito teatral nacional. |
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