Año 3 • No. 128 • enero 19 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 
Información General

 Date Vuelo

 Arte Universitario

 Compromiso Social

 Halcones al Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

 

 
El último adiós
a Fernando Torre Lapham y Hugo Argüelles

Gina Sotelo

Con un minuto de silencio y uno de aplausos
despidieron en la Facultad de Teatro a dos grandes del teatro.
Con un minuto de aplausos y uno de silencio despidieron a dos grandes personalidades del mundo del teatro en la Facultad de Teatro; se trata de Fernando Torre Lapham y Hugo Argüelles, quienes fallecieron en días pasados, al tiempo que se recordó la trayectoria de los maestros Juan García Ponce y Enrique Buenaventura, iniciadores y promotores incansables de esta disciplina.
Para recordar al veracruzano Hugo Argüelles, Domingo Adame –director de la facultad– leyó una semblanza del dramaturgo, en ésta destacó la capacidad creativa del hombre que tanto aportó al teatro, además de ser un maestro que supo estimular el ingenio de sus alumnos: “Dejó una escuela de dramaturgos brillantes. En su obra encontramos sentimientos y actitudes sociales de los grupos marginados sin caer nunca en el fácil sensacionalismo”.

Del autor de Los cuervos están de luto y El tejedor de milagros se exaltó también en este homenaje su humor negro, cáustico, pero siempre justo, sus elementos espectaculares de gran fuerza y estilo histriónico ligado a una sólida construcción de tramas y personajes, estilo que invita a una nueva lectura de sus textos que en palabras de Adame: “Nos llevarán al descubrimiento de lo que voluntaria o involuntariamente como grupo social hemos mantenido oculto” como se puede apreciar en obras como Escarabajos, La noche de las aves cabalísticas, Retablo del gran relajo o Las hienas mueren de risa.

Domingo Adame evocó la vida
y obra de Hugo Argüelles.
Mente fecunda y prolija, la obra de Argüelles significa un universo propio, cada obra es sin duda, susceptible de múltiples interpretaciones, material que, a decir de quienes le dieron un último adiós, puede ser reconfigurado gracias a su libertad temática y conceptual, estimulante a la fantasía y dependiente de un pensamiento abierto y productivo.

La última vez que Hugo Argüelles visitó la UV fue durante el Encuentro Nacional de Teatro de 2002, al recibir un homenaje en su honor en la Sala Grande del Teatro del Estado.

El maestro Francisco Beverido Duhalt participó también en este homenaje a personalidades fallecidas del mundo del teatro. En su intervención destacó las trayectorias de Enrique Buenaventura –creador hace más de 40 años del teatro experimental de Cali y fundador del movimiento de teatro de acción colectiva– y de Juan García Ponce, “quien después de unas tres décadas de lucha contra la esclerosis múltiple, falleció a los 71 años” y quien fuera autor de El gato y otros cuentos.

María Antonieta Pellicer habló del sensible fallecimiento de Fernando Torre Lapham, entrañable y completo maestro responsable de la calidad de muchas generaciones de actores, quien visitó por última vez la Facultad de Teatro, de la cual fue fundador, en su XXV aniversario.

Durante 15 años fue maestro de dicción en la UV, además de tutor que amó entrañablemente a su escuela y estudiantes. Para Pellicer, Torre Lapham se retiró de la academia para triunfar en el cine a los 80 años: “Gracias a películas como Bajo California, El límite del tiempo, Santitos o Sin remitente, Fernando Torre Lapham se inmortaliza”.

Fernando Torre Lapham fue parte de la Orteuv y se le recuerda por su actuación en la obra Sopa de pollo con cebada de Arnold Wesker. En los 90 incursionó exitosamente en el cine, participó en cuatro películas industriales y consiguió dos premios Ariel.

De esta manera, la Facultad de Teatro rindió el pasado 9 de enero homenaje póstumo a estas figuras del teatro en México, cuya actividad estuvo muy ligada a esta capital y en particular a esta casa de estudios. Hombres que fallecieron en fechas recientes y con muy poco tiempo de diferencia, lo que ha dejado un gran vacío en el ámbito teatral nacional.