Ximena
Escalante nació en 1964 en la Ciudad de México. Estudió
en el Centro Universitario de Teatro, en la Escuela de Escritores
y en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de
Madrid, España. Ha participado en diversos talleres de escritura
y dirección escénica.
Actualmente escribe una columna de crítica teatral en el periódico
Reforma, participa en diversas publicaciones sobre temas de
teoría e investigación teatral y da clases de literatura
dramática en varios centros de formación. Ha publicado
las obras Cary Grant (1997), La siesta de Pirandello (1996),
Vacío azul (1994, Fedra y otras griegas (2000)
y Yo también quiero un profeta (2003).
¿Cómo empezaste a escribir teatro?
Primero yo quería ser actriz, empecé muy jovencita,
venía de una familia de teatristas y empecé muy joven,
pero me di cuenta que no era lo mío. Como a los 16 años
ya empezaba a escribir cuentos y novelas y compuse mi primera obra
a esa edad. Después entré a un taller con Hugo Argüelles,
y al mismo tiempo estudié dirección con Ludwik Margules,
así combiné la dirección con la escritura. Luego,
hice un diplomado en la Escuela de Escritores, y después me
fui a España e hice la carrera de Escritura y Ciencias Teatrales
(que está especializada en la escritura y la crítica)
en la resad, y desde entonces combino la escritura teórica
y critica con la creativa.
¿Cuántas
obras llevas escritas?
Pues soy lenta en realidad, yo creo que la creatividad ha venido
con los años. Tengo como seis o siete obras, casi todas publicadas,
y he escrito guiones de cine y televisión.
¿De
cine qué has hecho?
Acabo de escribir un guión con Alfonso Arau, y antes escribí
otro para Rafael Montero.
¿Y
de cine qué te gusta?
Voy poco al cine, voy a lo que me recomiendan.
¿Qué
tiene de particular, para ti, escribir teatro, a diferencia del
cuento y la novela?¿Han sido representadas todas las obras
que has escrito?
Sí, he tenido suerte, todas las obras que he escrito se han
representado. Ahora, la diferencia entre una escritura y otra está
en la forma en que se cuentan las cosas, no todas las historias
son para el teatro. Y la forma en que se cuenta la historia, basada
un poco en el conflicto, en la acción es lo que hace que
no sea una novela, tiene mucho movimiento y mucha presión,
me gusta tener a los personajes dentro de un problema y ver cómo
van saliendo o sumergiéndose. Me gusta hablar de muchos personajes,
siento que una obra de teatro es un momento en donde intervienen
varias historias, me gusta desarrollar esto, partir de un conflicto
central y tener muchas historias paralelas, ver cómo los
hilos invisibles se tejen entre las personas y cómo se van
modificando.
¿Y
tienes algún tema preferido?
Un tema preferido, no. Creo que la constante es la desolación
amorosa. Las tres cosas que me interesan mucho son: el amor, la
pasión y la sexualidad, y los conflictos entre ellas.
¿Qué
me puedes decir de Fedra y otras griegas?,
¿cómo se gestó, cómo se te ocurrió?
Fedra se gestó porque yo estaba leyendo esa obra y
me gusta mucho la mitología. Empecé a ver que alrededor
de Fedra había muchas historias que no habían
sido contadas: su infancia, su adolescencia y su muerte. Siempre
habíamos visto una Fedra concentrada nada más en el
amor de Hipólito, y me parecía tanto más interesante
todos sus otros amores, toda su infancia, por ejemplo. Entonces
me sumergí en la mitología y estudié mucho
el mito de Fedra y a los personajes que intervienen en él.
Es lo que te decía que me gusta, que alrededor de un personaje
se conozcan todos los otros, y pues eso fue mi Fedra. Buscar fue
muy divertido, me gustó mucho. Y así han sido todas
las otras obras que he escrito, me meto en un personaje, en una
historia y me sumerjo durante mucho tiempo en leer cosas. La escritura
de la obra es muy rápida, cuando me siento la puedo sacar
en unos días, pero me gusta imaginarla mucho tiempo, pensarla
y sentirla.
¿Qué
has escrito después de Fedra?
Una sobre Salomé que se llama Yo también quiero
un profeta y después otra sobre Colette, una escritora
francesa de principios del siglo veinte. Se estrenan el año
que entra, ya tienen su compañía y su director, ya
está todo armado, nada más esperamos el teatro.
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