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XLII
Muestra Internacional de Cine |
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Después
de las cintas Unas dulces mentiras de Julie Bertuccelli (Depuis
quOtar est parti, 2003, Francia-Bélgica) y La
pequeña costurera de Sijie Dai (Balzac et la petite
tailleuse chinoise, 2002, Francia-China), la XLII Muestra Internacional
de Cine promovida por la Cineteca Nacional, la Universidad Veracruzana
y el DIF-Veracruz, continúa esta semana con otras igual de
atractivas. |
![](images/salome2.gif)
Escena
de la película Salomé. |
Salomé
(España, 2002) es una película del autor de Elisa
vida mía, Mamá cumple cien años, Cría
cuervos y La prima Angélica, Carlos Saura.
Desde 1981, sin embargo, ha estilado representaciones fílmicas
sobre la danza y la música, y ha logrado títulos sobresalientes
como Bodas de sangre, Carmen, El amor brujo y Flamenco.
Su interés en Salomé fue la connotación
sexual que este personaje mítico sugería, y para ellos
escogió la versión de Oscar Wilde.
Al solicitar
a Herodes la cabeza de Juan el Bautista, la hija de Herodías,
Salomé, comete simbólicamente un acto de castración,
ya que prefiere destruir al predicador cristiano sino puede poseerlo.
La primera parte de la
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cinta
es manejada en tono de reportaje y vemos los preparativos de un montaje
de danza clásica y flamenco. La parte medular atiende el espectáculo
en sí con su apuesta coreográfica. Desgraciadamente,
el arranque se torna artificio, mientras que en la parte central,
el trabajo de Aída Gómez como Salomé deja mucho
que desear, pues no encontramos en ningún momento el arrebato
pasional que exigía el personaje. |
![](images/soldados2.gif)
Escena
de la película Soldados de Salamina. |
Sin
embargo, otra película española saca la casta y confirma
el buen desempeño de David Trueba, quien se inspiró
en la novela homónima de Javier Cercas. Se trata de Soldados
de Salamina (2003), original abordaje del cine español
con un tema poco frecuentado: la Falange, y más específicamente,
Rafael Sánchez Maza, uno de sus fundadores. La historia trata
sobre el rastreo de un anciano por parte de una escritora |
en
crisis, y lo interesante son las paradojas y el misterio, los cuales
cubren ciertas acciones que definen la nobleza de algunos seres en
momentos excepcionales. |
Cartel
de la película Recuerdos.
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Recuerdos
(México, 2003) es la ópera prima de Marcela Arteaga,
egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica.
En la cinta se sigue la pista al inmigrante lituano Luis Frank, quien
arribó a México después de luchar en la guerra
civil española, además de haber sido prisionero de un
campo nazi. La novel cineasta amplía su universo al recoger
testimonios de emigrados de Polonia, Barcelona, Londres y México,
cuyo espíritu de sobrevivencia les permitió enfrentar
los horrores de la guerra. Este cúmulo de entrevistas |
destaca
la inventiva visual de una cineasta cuyas imágenes sugieren
un dramatismo atroz y delicado. |
Escena
de la película La hora de la religión.
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La
hora de la religión (Lora di religione Il sorriso
di mia madre, Italia-Francia, 2002) nos demuestra el talento de Marco
Bellochio, director que no veíamos desde hace algunos años
y de quien recordamos los discursos corrosivos y contestatarios de
Con los puños en los bolsillos, En el nombre del padre, La
marcha triunfal o El diablo en el cuerpo. Con humor ligero, no exento
de ironía, Bellochio nos plantea en su nueva cinta una situación
excepcional vivida por un hombre maduro: la próxima canonización
de su madre. |
Escena
de la película Spider.
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De
Spider de David Cronenberg (Francia-Canadá, 2002) podemos
señalar que se trata de un acucioso acercamiento a un esquizofrénico
que ha vivido 20 años internado en instituciones psiquiátricas.
Al regresar al Este de Londres donde vivió su infancia, los
fantasmas del pasado agobian la mente de este hombre a quien le resulta
difícil esclarecer la verdad de los acontecimientos. Basada
en la novela homónima de Patrick McGrath, al espectador le
resultará difícil atisbar la verdad, ya que la interpretación
de los sucesos está determinada por la mente anómala
de Spider. |
Escena
de la película Madame Satá.
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Muy
vigorosa resulta Madame Satá (Brasil-Francia, 2002).
Con una deslumbrante fotografía de Walter Carvalho (Estación
Central, A la izquierda del padre) y el planteamiento biográfico
de Joao Francisco de Santos (1900-1976), un negro habitante del barrio
Lapa del Río de Janeiro, Karim Ainouz nos presenta un fresco
vital sobre un hombre que además de peleador callejero fue
prostituto, travestí y criminal; y que enfrentó con
ahínco y coraje la marginalidad, lo que hizo que reivindicara
su dignidad y libertad. |
Escena
de la película Nada.
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En
el caso de Nada (Cuba-España, 2001), estamos lejos del
discurso demagógico y pro castrista del cine cubano de los
últimos años. Esta cinta retoma el aliento subversivo
de Alicia en el pueblo de las maravillas. Juan Carlos Cremata lanza
una interrogante urgente en su personaje femenino central: ¿Por
qué y en qué momento se decide el exilio en Cuba?. A
los divertidos momentos humorísticos se contraponen el uso
excesivo de la imagen coloreada y animada. Thais Valdés nos
obsequia una fresca y espontánea Carla Pérez Caribeña,
muy en línea del personaje de Jean Seberg de Sin aliento. roeamarcord@yahoo.com.mx
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