Año 3 • No. 130 • febrero 16 de 2004
Xalapa • Veracruz • México
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Un momento para avanzar: exceder
nuestras limitaciones auto impuestas
Traducción Rosben Olivera
En la ya clásica película de Clint Eastwood, Magnum Force (una apreciada película de 1973) Eastwood, quien interpretaba al detective Harry Callahan, pronuncia la frase: “Un hombre debe conocer sus limitaciones.” Ciertamente existe sabiduría en esas palabras, sin embargo, ¿cómo sabemos cuáles son nuestras verdaderas limitaciones, físicas, mentales y espirituales?. Sólo que tomemos tiempo para reflexionar sobre la naturaleza de nuestras habilidades.
Un amigo que tuve en Wall Street era un alcohólico en recuperación. Él compartió conmigo algo que llamaba la oración para la serenidad: “Dios, otórgame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para saber la diferencia”. Una cosa es conocer nuestras limitaciones, otra muy diferente es aceptar falsos límites cuando de hecho la mayor parte de nuestro potencial nunca se utiliza.

Albert Einstein, un tipo un tanto listo, comentó una vez que: “Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro acerca de la primera.” Y así nos dejó, en los cuernos de un dilema.

Para mejorar nuestra vida hay que exceder nuestras limitaciones auto impuestas sin caer en soluciones rápidas que parece que todo lo resuelven como regresar nuestro reloj biológico o ganar un millón de dólares. La solución es cuestión de días.

Comprometerse con un programa de cambio de vida, bien vale la pena tanto por el dinero como por el esfuerzo, siempre y cuando el plan sea algo realista. Por ejemplo; de acuerdo a mi edad, mi altura y mis preferencias actuales, yo nunca seré reclutado por la NBA (la Asociación Nacional de Baloncesto en los Estados Unidos). Esto no es un pensamiento negativo, es un pensamiento práctico. Jugar baloncesto en la nba toma años de práctica y dedicación. En su mayoría, la edad de los jugadores reclutados oscila entre los 18 y 21 años, ningún esquema desarrollado en este 2004, me conducirá a jugar en la nba. Ninguno. Punto.

Repito, este no es un pensamiento negativo, es un pensamiento realista.
Un plan práctico para mí, quizá sea uno que tome en consideración mi preferencia por el deporte y contextualice mi edad actual y mis habilidades físicas. Si me inclinara a mejorar mi juego en el baloncesto seguramente podría. Estoy seguro que mis habilidades mejorarían significativamente si utilizó un plan útil, práctico y completo. Eventualmente, seré capaz de lograr ingresar a una liga amateur competitiva para personas de mi edad. No dudo que con la práctica quizás sea capaz de competir con personas más jóvenes dentro de mi rama, pero, y este es un pero muy grande, no voy a lograr entrar en la nba, no hasta que la ciencia haya vislumbrado como regresar el reloj biológico y en este caso hablamos de regresarlo mucho tiempo atrás.

No es que me considere un viejo, pero necesitó mil años de práctica. Por supuesto, cabe la posibilidad de que algún día algunos dispositivos puedan ser implantados de forma intramuscular, los cuales incrementen mi cociente de habilidad corporal. Probablemente suceda algún día, pero por ahora sólo es ciencia-ficción. Por lo tanto, jugar baloncesto profesional simplemente no es una opción. Esa es la realidad.

Para exceder nuestras propias limitaciones necesitamos considerar nuestras habilidades vastamente subestimadas por nosotros mismos, idear un plan (muchas veces con la ayuda de personas honestas y con conocimiento) y aplicarlo para que podamos liberar el cúmulo de tesoros que puede ser nuestro destino. El desafío permanente, es evadir a aquellos que se aprovecharían de nuestro deseo y quieran vendernos una solución rápida sin trabajo, sin esfuerzo y que nos promete que podemos convertirnos en cualquiera que deseemos ser.
Lo mejor a lo que puedes aspirar convertirte es en el mejor que tú puedas ser. Eso debería ser más que suficiente, de hecho sería un sueño hecho realidad.

Exceder nuestras limitaciones autoimpuestas es esencial en un ambiente académico, donde a menudo funcionamos como si fuéramos la suma total de nuestras calificaciones pasadas. Un estudiante de siete puede llegar a ser uno de diez con un plan, esfuerzo enfocado y fe en sí mismo. Intentar convertirse en el próximo Albert Einstein o Stephen Hawking no es realmente relevante. Lo que sí es relevante es aprobar tus pasiones, aprender cuáles son tus habilidades creativas y enfocar tus energías para hacer que tus sueños sean realidad.
No seré reclutado por la nba este año, pero te diré algo, podría empezar a jugar baloncesto otra vez. Quizá te vea en las canchas. Quién sabe, con suficiente práctica podría derrotarte. No voy a limitarme a mí mismo. Tú no deberías hacerlo. Planea exceder tus limitaciones auto impuestas ahora mismo.

¿Tienes preguntas o comentarios? Puedes localizarme en: excelencia_humana@hotmail.com.