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Contaminado, el 85
por ciento del vital líquido en Veracruz
El manejo del agua, instrumento
político: María Elena Roca
Jorge Vázquez Pacheco
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María
Elena Roca. |
El
manejo y distribución del agua evidencia la disparidad entre
campo y ciudad; la promesa de contar con este elemento se convierte
en un instrumento político que permite negociar los votos hacia
partidos políticos y candidatos, y esto propicia la generación
de cotos de poder, señaló María Elena Roca, periodista
adscrita al diario Política, maestra en Sociología y
próxima a obtener el doctorado en Historia Regional por la
Universidad Veracruzana.
Durante la conferencia dictada en las instalaciones del Instituto
de Investigaciones y Estudios Superiores, Económicos y Sociales
de la Universidad Veracruzana (IIESES), Roca hizo hincapié
en que el 85 por ciento del |
volumen
total de agua en el estado de Veracruz se encuentra gravemente contaminado
y que ni el gobierno estatal ni organizaciones o población
en general han hecho lo mínimo por tratar de detener esta alarmante
circunstancia.
El agua, afirmó la periodista, elemento imprescindible para
la vida y el bienestar humano, es susceptible de convertirse en origen
de conflictos, algunos de ellos tan graves y a tal dimensión
que muchos observadores han comentado que una Tercera Guerra Mundial
podría darse por las fuentes de suministro del agua.
En uno de los puntos medulares de su ponencia El agua como coto
de poder y conflictos, Roca centró su atención
en la problemática que se observa en la región de Minatitlán
y Coatzacoalcos, ciudades en las que se ubican enormes complejos petroquímicos
y aunque cuentan con el caudal del río Coatzacoalcos, dada
su terrible contaminación, se ven en la necesidad de utilizar
agua procedente de Tatahuicapan.
Si los sistemas de acopio y distribución del agua, susceptibles
de municipalizarse desde 1997 se manejan como recurso político,
¿qué ocurrirá cuando estos sistemas se privaticen?,
cuestionó Roca quien se refirió a la denominada ley
21, la cual permitió la municipalización de los sistemas
de agua potable y, de paso, pulverizó los candados que impedían
su privatización.
Por lo pronto, dijo, una empresa de capital francés ha manifestado
su intención de invertir en este renglón sobre la citada
zona, pero su manejo ha generado problemas tan alarmantes como la
deforestación en la zona de la sierra Santa Marta, y esto lleva
a la inevitable conclusión de que los recursos generados por
el agua en nada benefician a los bosques y a los mantos acuíferos;
es decir, se vuelven en contra de sus propias fuentes generadoras.
Por otra parte, para los indígenas de Tatahuicapan ha dado
buen resultado la amenaza de evitar la sobreexplotación de
los mantos acuíferos; pues han aprendido que con tales, es
posible obtener el beneficio de obras de infraestructura. Pero el
asunto podría cobrar dimensiones realmente preocupantes y ha
hecho temer que los indígenas de Tatahuicapan y Mecayapan puedan
ponerse de acuerdo y cerrar las válvulas y dejar sin agua potable
a todo el sur del estado de Veracruz. Si ello no ha ocurrido es por
las diferencias culturales que separan a ambos pueblos: unos son de
etnia nahua, los otros son popolucas.
Roca es originaria de Acayucan, y de allí su particular interés
hacia los problemas que aquejan aquella zona veracruzana.
Por su parte, en la sección concluyente de la sesión,
Efrén López Flores, integrante de la Asociación
Vamos México comentó en torno de la problemática
campirana regional que el 85 por ciento de los jóvenes en las
comunidades rurales no se conciben como habitantes definitivos de
las mismas y siempre están a la espera de la primera oportunidad
para emigrar; sólo el 15 por ciento piensa continuar sus estudios
y la gran mayoría voltea sus expectativas de vida hacia la
Unión Americana. |
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