Año 3 • No. 132 • marzo 8 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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  Autonomía
Sergio Valdivia
Cuando pensamos en nuestra vida de estudio y aprendizaje en un salón de clase, vemos en nuestros maestros una “fuente” de nuevo conocimiento. Conocimiento que ellos tienen sobre la materia y que se apoya, muchas veces, en textos, videos o grabaciones que los mismos maestros comparten con sus alumnos en clase. Y también encontramos ese nuevo conocimiento en nuestras visitas de campo o en los talleres o en las prácticas clínicas o en los laboratorios. Pero la selección de estas fuentes queda a criterio de nuestros maestros. Y son ellos en quienes se deposita la confianza para determinar qué es lo más apropiado para nuestro aprendizaje según el momento en que nos encontremos de nuestros estudios.

Cuando hablamos de autonomía del aprendizaje, tenemos que hablar de nuestra postura ante las fuentes del conocimiento. Sabemos muy bien que los maestros deciden sobre lo que vamos a aprender, desde que diseñan los planes y programas de estudio de una carrera universitaria y tal vez, por el momento, no tendremos mucha ingerencia en estos aspectos institucionales, pero sí en un mejor ejercicio de nuestra autonomía del aprendizaje, ya sea que nos encontremos dentro del Modelo Educativo Integral y Flexible o no, al decidir cuáles pueden ser nuestras fuentes del conocimiento.

Son ahora los estudiantes, como ustedes, quienes tienen en sus manos la decisión de ampliar o ahondar en su conocimiento de la disciplina. Ya no deben esperar a que el maestro o maestra lleve, sugiera o proponga una fuente de información. La universidad busca dotar al estudiantado con el mayor número de recursos a nuestra disposición. Existe, ya en nuestro entorno, una red de bibliotecas que nos provee de amplios y variados acervos tanto impresos como digitales; existen también centros de cómputo en nuestras facultades con la posibilidad de salir a la Internet y encontrar lo que estamos buscando y cada una de las regiones de la universidad cuenta con un centro de autoacceso que, enfocado al autoaprendizaje de idiomas extranjeros, maneja un sinnúmero de materiales a nuestro servicio.

Ahora vemos que nuestros maestros no son ya, la única fuente de conocimientos o no son los únicos que nos pueden sugerir información complementaria a nuestros estudios en clase. Tenemos otros recursos a nuestro alcance, en donde encontraremos muchas verdades para nuestro aprendizaje. Ahora, podremos ir más allá de lo que nos brinda nuestro entorno en el salón de clase o en nuestros trabajos de práctica, ahora podremos complementarlo, suplementarlo y ¿por qué no?, contrastarlo. Tenemos más elementos para discutir los temas académicos en clase, tenemos fuentes que abundarán en lo que aprendemos de manera grupal. Vemos que hay más elementos para decidir, sobre lo que será nuestro crecimiento personal en el ámbito de un aprendizaje universitario. ¡Aprovechémoslo! (http://www.uv.mx/portalcadi/)