Año 3 • No. 134 • marzo 22 de 2004
Xalapa • Veracruz • México
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Inminente avance demográfico de la vejez
Ricardo Luna
La población de México experimentará un proceso de envejecimiento en las próximas décadas y será más rápido y más pronunciado que en otros contextos. De hecho, este fenómeno se está produciendo con tal rapidez que a México le tomará tan sólo la mitad del tiempo que requirieron las sociedades más envejecidas de hoy, para alcanzar esa situación, indicó Verónica Montes de Oca, investigadora en ciencias sociales de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM).

Aseguró que una de las entidades federativas con mayor ritmo de envejecimiento demográfico es el Distrito Federal, de ahí la importancia que ahora ocupa a los investigadores del tema conocer la dinámica demográfica que experimenta dicha población urbana, como las condiciones sociales e institucionales, específicamente de aquellas personas con 60 años y más, opinó.

Al sustentar la conferencia Visión demográfica de la vejez en el marco de las jornadas académicas nacionales, Abriendo las puertas al envejecimiento. Una mirada desde la salud pública, organizadas por el Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV) en el Museo de Antropología de Xalapa, la especialista en estudios de población señaló que en varias entidades del país es muy notorio el índice de personas que han llegado a la plenitud de la vida.

Este fenómeno, sin duda, ha replanteado la necesidad de regular los apoyos informales y formales entre la población con 60 años y más en México, a partir de la información que se tiene derivada del módulo de redes de apoyo social y familiar de la Encuesta Nacional sobre la Sociodemografía del Envejecimiento, realizada en 1994.

La percepción de la vejez es otro de los nuevos enfoques que se han empezado a retomar, no tan sólo entre las instituciones sino además entre los jóvenes, así como la preocupación por saber cuántos hay y en qué condiciones viven los ancianos de nuestro país, para ello la investigadora realizó un estudio donde se analizan cuantitativamente las características en salud de tal población, así como sus arreglos domésticos, participación económica, ingresos, situaciones de maltrato y causas de mortalidad.

Otro factor que enfatizó es que con la vejez las posibilidades de encontrar un empleo en el sector formal de la economía son casi imposibles, así como en los niveles de productividad e ingreso, lo que tarde o temprano se expresa en la disminución de la actividad laboral de las personas hasta detenerla por completo.
Por tal motivo, el retiro del trabajo convierte a los adultos mayores en personas totalmente dependientes de los sistemas de transferencia, por lo que alrededor de 1.5 millones de adultos mayores reciben alguna pensión o jubilación y esos ingresos por lo general son insuficientes para atender sus necesidades esenciales, y casi 60 por ciento de los hombres y cerca de 20 por ciento de las mujeres continúa trabajando después de los 60 años de edad.