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Inminente
avance demográfico de la vejez
Ricardo Luna |
La población
de México experimentará un proceso de envejecimiento
en las próximas décadas y será más rápido
y más pronunciado que en otros contextos. De hecho, este fenómeno
se está produciendo con tal rapidez que a México le
tomará tan sólo la mitad del tiempo que requirieron
las sociedades más envejecidas de hoy, para alcanzar esa situación,
indicó Verónica Montes de Oca, investigadora en ciencias
sociales de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM).
Aseguró que una de las entidades federativas con mayor ritmo
de envejecimiento demográfico es el Distrito Federal, de ahí
la importancia que ahora ocupa a los investigadores del tema conocer
la dinámica demográfica que experimenta dicha población
urbana, como las condiciones sociales e institucionales, específicamente
de aquellas personas con 60 años y más, opinó.
Al sustentar la conferencia Visión demográfica de la
vejez en el marco de las jornadas académicas nacionales, Abriendo
las puertas al envejecimiento. Una mirada desde la salud pública,
organizadas por el Instituto de Salud Pública de la Universidad
Veracruzana (UV) en el Museo de Antropología de Xalapa, la
especialista en estudios de población señaló
que en varias entidades del país es muy notorio el índice
de personas que han llegado a la plenitud de la vida.
Este fenómeno, sin duda, ha replanteado la necesidad de regular
los apoyos informales y formales entre la población con 60
años y más en México, a partir de la información
que se tiene derivada del módulo de redes de apoyo social y
familiar de la Encuesta Nacional sobre la Sociodemografía del
Envejecimiento, realizada en 1994.
La percepción de la vejez es otro de los nuevos enfoques que
se han empezado a retomar, no tan sólo entre las instituciones
sino además entre los jóvenes, así como la preocupación
por saber cuántos hay y en qué condiciones viven los
ancianos de nuestro país, para ello la investigadora realizó
un estudio donde se analizan cuantitativamente las características
en salud de tal población, así como sus arreglos domésticos,
participación económica, ingresos, situaciones de maltrato
y causas de mortalidad.
Otro factor que enfatizó es que con la vejez las posibilidades
de encontrar un empleo en el sector formal de la economía son
casi imposibles, así como en los niveles de productividad e
ingreso, lo que tarde o temprano se expresa en la disminución
de la actividad laboral de las personas hasta detenerla por completo.
Por tal motivo, el retiro del trabajo convierte a los adultos mayores
en personas totalmente dependientes de los sistemas de transferencia,
por lo que alrededor de 1.5 millones de adultos mayores reciben alguna
pensión o jubilación y esos ingresos por lo general
son insuficientes para atender sus necesidades esenciales, y casi
60 por ciento de los hombres y cerca de 20 por ciento de las mujeres
continúa trabajando después de los 60 años de
edad. |
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