Año 3 • No. 135 • marzo 29 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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En la Facultad de Biología de la UV
¿Para qué nos sirve el fechamiento?
Ricardo Luna
El descubrimiento de que el maíz no es tan antiguo como siempre se ha dicho y que su datación más precisa es la realizada en el Valle de Oaxaca, donde se reveló que el vegetal más antiguo es la calabaza (más de diez mil años de antigüedad), pudo hacerse gracias a la técnica arqueológica de fechamiento denominada espectrómetro de masas, dijo Joaquín García Bárcenas, miembro de la plantilla docente del doctorado en Historia, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana.

El investigador presentó una cronología detallada de las distintas técnicas que tiene la Arqueología para analizar los vestigios y hacer las asociaciones de secuencias de los contenidos fósiles, ya que su finalidad es descubrir la antigüedad en los rastros significativos que la actividad humana ha dejado a través del tiempo.

García Bárcenas señaló en su conferencia “Técnicas de fechamiento en Arqueología” que desde antes de 1899 se han empleado técnicas como la seriación por semejanza, una forma de hacer cronología relativa, pero que no siempre es confiable, ya que al realizar las anotaciones de las piezas por semejanza se pueden cometer errores o no saber cuál es la más reciente.

El experto dijo que existen otros criterios para realizar una fechación, como ordenar por estilos, dijo además que a principios de siglo, antes de que aparecieran los métodos de datación absoluta, los científicos dependían casi exclusivamente de los métodos relacionados con la historia; se basaban en las conexiones arqueológicas con los calendarios y cronologías que habían establecido los hombres del pasado. Estos métodos de datación aún hoy en día se utilizan.

García Bárcenas señaló que otras técnicas se apoyan en la Física, Química y Biología; sin embargo, una que todavía se utiliza es la llamada fechación de Varvas, uno de los sistemas más antiguos para la determinación absoluta de edades. La técnica consiste en identificar y analizar los depósitos de arcilla que se estratifican de un modo uniforme. Estos estratos se depositan en lagos en torno a los márgenes de los glaciares, debido a la fusión de las capas de hielo. El espesor de los niveles varía de año en año, lo que produce un estrato grueso en un año cálido, con aumentos de la fusión glacial, y un nivel más fino bajo condiciones frías. Al medir los espesores sucesivos de una secuencia completa y comparar el modelo con las Varvas de áreas próximas, se demostró que era posible vincular secuencias prolongadas entre sí.

Con la Segunda Guerra Mundial, hacia 1950, comenzaron a emplearse técnicas con base en fenómenos radioactivos y surgieron así lecturas de isótopos de uranio, uranio 40 u otros métodos químicos de datación como el carbono 12, 13 y 14, éste último es el más empleado, pero su efectividad de datación sólo permite descifrar cerca de 50 mil años, debido a su inestabilidad, por lo que algunas lecturas no corresponden a fechas absolutas, son probabilísticas, además de que para una lectura más exacta se requiere de por lo menos dos gramos de material a examinar.