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Nuestra
Otra Voz
Tepetzintla, la soñada tierra del Zacahuitl
Karina Arriaga Murrieta |
Lev
Antonio Martínez se convirtió en un estudiante de la
Universidad Veracruzana hace ya año y medio, tras decidir dejar
su tierra natal y estudiar la licenciatura en Administración
de Empresas. Tenaz y de mirada inteligente, expresó sentirse
orgulloso de su pueblo y tradiciones por lo que relató lo siguiente:
En la parte Norte del estado de Veracruz se encuentra el municipio
de Tepetzintla. Hay que hacer un viaje de siete horas desde Xalapa
para llegar hasta allá. En la cabecera municipal he vivido
desde que era pequeño y para ser sincero, creo que mi pueblo
es muy bonito y grande, con su palacio municipal, su plaza y su iglesia,
la
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Lev
Antonio Martínez. |
cual
actualmente están restaurando. Aproximadamente tiene una población
de 22 mil habitantes y el clima de la región es muy caluroso,
hemos llegado a sentir hasta 40 grados centígrados de temperatura,
por lo que la vegetación es de clima tropical, tenemos árboles
de plátano y de mango.
Para subsistir la gente se dedica al comercio, algunos cuantos
a la agricultura y otros a la ganadería, ya que hay una asociación
ganadera en el municipio. Incluso en Tepetzintla se fundó una
secundaria con carreras técnicas relacionadas con la agricultura,
ganadería y apicultura, las cuales considero que son muy útiles
debido a que son actividades propias de la región y que los
conocimientos adquiridos servirán a los jóvenes para
que puedan trabajar con mejores técnicas.
Alrededor de la cabecera municipal se ubican aproximadamente
unas 16 congregaciones y en algunas aún se puede observar población
indígena, como en el caso del Huno, de donde es originario
mi papá. Es triste que se haya perdido el lazo con lo indígena
y se haya dejado de valorar, es más, en mi caso, fue mi propio
padre quien decidió no enseñarnos su lengua materna.
Aún así, yo me considero indígena y estoy orgulloso
de ello.
En Tepetzintla es muy típico ver hornos de tierra en
forma de joroba, los cuales se calientan con leña en muchas
casas, en los cuales se elabora el zacahuitl, que es una manera más
de obtener ingresos. La gente lo vende no sólo en el municipio,
sino que van hasta Tampico a ofrecerlo y es típico además,
acudir al tianguis de los miércoles, el cual se pone en el
centro del pueblo, y desayunar un pedazo de este sabroso platillo.
Si mal no recuerdo, para prepararlo se emplea masa, manteca,
chile color, carne, entre otros ingredientes, y la mezcla envuelta
en hojas de plátano se pone encima de una batea y se envuelve
en un naylon de cuatro metros, además se debe preparar el horno
antes de meter el zacahuitl pues la temperatura debe ser la adecuada.
Para quien no lo conozca, es como un tamal muy grande y rico, al cual
es muy común acompañar con un tamal de frijoles doradito
llamado pique.
Una de las celebraciones donde se degusta esta comida es la
del
24 de junio, día de San Juan Bautista, cuando se hace una feria
con juegos mecánicos, bailes folklóricos, y se escucha
mucho el huapango. Otra fecha importante es el Día de Muertos,
cuya importancia puede notarse al mencionar que los preparativos se
hacen con 15 días de anticipación, pues se empieza a
hacer tamales, zacahuitl de olla el cual es más pequeño
y casero que el otro, además de prepararse sobre un fogón
y no en un horno, y pan de muerto, el cual es tradición
en mi familia.
Hay un pan que mis familiares saben hacer llamado chichimbré,
que tiene unos 30 centímetros de diámetro y está
hecho con chocolate, azúcar y harina, que al estar cocido queda
doradito. También hacen rebanadas, pan de camote, de huevo,
revueltos, tostadas, roscas, que yo, afortunadamente, he colaborado
en ocasiones a prepararlo. Mis abuelitos fueron quienes más
se dedicaron a la venta de pan, y se dice que cuando lo ofreces sales
a ranchar.
Esto es a grandes rasgos lo que puedo contarles de Tepetzintla. |
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