Año 3 • No. 136 • abril 19 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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  La relajación controla la hiperactividad
Alma Espinosa
Contrario a lo que por décadas han recomendado padres de familia, educadores y hasta médicos, incluir a los niños con hiperactividad en actividades deportivas que requieran un gran esfuerzo físico no es lo más apropiado. De acuerdo con el psicólogo Javier Beltrán Guzmán, lo más aconsejable es que practiquen deportes tranquilos o actividades plásticas que no requieran un movimiento corporal dinámico.

Beltrán Guzmán, miembro del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana, ha estudiado el trastorno de la hiperactividad en niños desde hace 20 años, y en este tiempo ha podido constatar que lo mejor es diagnosticar a los niños antes de que cumplan siete años, con el fin de implantar estrategias enfocadas a controlar la hiperactividad.

¿Qué es la hiperactividad y cómo saber si un niño tiene este trastorno? El investigador explicó que la hiperactividad es “el volumen de actividad fuera de lo normal y hablamos de niños porque es en esta etapa en la que debe ser detectada y tratada por psicólogos con la ayuda de los profesores y padres de familia”. Esta aceleración debe ser mostrada en un plazo mínimo de seis meses para que pueda ser catalogada como hiperactividad.

Algunas características del niño hiperactivo es que habla excesivamente o interrumpe en momentos poco oportunos, es inquieto y no puede estar sentado por mucho tiempo o se balancea en la silla, corre y trepa en situaciones inapropiadas, le cuesta trabajo obedecer las órdenes, a menudo interrumpe los juegos, va de un lugar a otro sin motivo aparente, juguetea frecuentemente con pequeños objetos entre las manos y hace ruidos inapropiados con la boca.

Debido a que la hiperactividad es considerada como un trastorno y no como una enfermedad, el uso de fármacos no la elimina, sino la controla. A decir de Javier Beltrán en ocasiones los médicos o psicólogos recomiendan el uso de medicamentos, pero frecuentemente cuando se retira su uso las características regresan y a veces en mayor grado. Aclaró, que su uso no es completamente malo siempre que esté indicado por un profesional, pero existen estrategias que ayudan a controlarlo.

Entre los mecanismos de control, el investigador recomienda a los padres no inscribirlos en deportes de gran desgaste “para que saquen toda su energía, porque paradójicamente nunca se cansan. Lo que se pide es lo contrario, por ejemplo si hacen karate, cambiarlos a gimnasia o si los llevan a correr, cambiarlos a un lugar en donde hagan las cosas a paso de tortuga”.

Una estrategia adicional para ayudar a estos niños es mantener en casa un ambiente estructurado. Es decir, que el niño tenga reglas claras y sean las mismas siempre, lo que se refiere a la actitud y decisiones del padre y de la madre. Por ejemplo, el horario para levantarse, acostarse, ver la televisión, hacer la tarea, entre otros.

El problema al tratar de construir un ambiente estructurado, dijo, es cuando los niños deben permanecer varias horas en las casas de los familiares, debido a las actividades laborales de los padres. A pesar de que las reglas cambian de una familia o de una persona a otra, “aún en ese desorden se puede incluir un
orden”, afirmó.

Otras estrategias para controlar la hiperactividad son las cognitivas o metacognitivas, que consisten en introducir elementos verbales en el niño entre una acción y otra; es decir, darle explicaciones, reforzar sus logros y evitar las reprimendas que afectan su autoestima, la cual se disminuye cuando los adultos no lo aceptan o discriminan por ser “un niño problema”.